Perezosas despiertan las horas
tras pesada noche entre
helados caminos de ausencias
y muerte.
Sopla el frío viento del Norte.
Sopla a ras de mi sueño.
Rasga la mañana el grito
mudo de mi aliento.
Busca tu sombra entre mis cabellos.
Y tan sólo tu mano,
tu mano en mi pecho...
Foto y texto: Edurne
Sí, sí, muy bien eso de las ausencias, del frío y helado camino, del grito del mudo aliento...
ResponderEliminarMucha poesía, pero que me pregunten a mí. Que me pregunten por mis mañanas, por mi soledad, por el frío viento del Norte...
Que me pregunten si encuentro esa mano abandonada en mi duro y rocoso pecho...
Te comprendo perfectamente Rocamole, nadie te hace caso.
ResponderEliminarEl frío de la mañana, la soledad de los altivos, dura roca, mole de piedra con blando corazoncito...
Te comprendo.