domingo, 26 de febrero de 2012

¿POR QUÉ A MÍ?



Me creía libre, invicta…
¡Incauta de mí!
Días que pasan en un puro ¡ay!
Noches transitando a media vela.
Remedios por aquí,
remedios por allá…
¡Ay, ay y más ay!
No quiero,
me resisto,
pero un día más con esta tortura,
acabará con mi poca cordura.
Al sacamuelas mañana visitaré,
y hoy no sé si dormiré.

Imagen: Internet Texto: Edurne Dolor de muelas, oído, ojo, cabeza…: mío, mío, mío y mío

lunes, 20 de febrero de 2012

VAMOS CON OTRO MIXTO: El Texto

Ayer les convoqué a ustedes para dentro de unas horas, pues bien, esas horas ya han pasado y aquí me tienen, dispuesta a presentarles las palabras que acompañan a las imágenes que les dejé anoche.
Si han observado las fotos, hay una pequeña alteración que no se corresponde con el título. Me explico: la sucesión es la que sigue: Bilbao, Madrid, y de nuevo Bilbao.

Por mi Ría, los días se suceden como a ellos les viene en gana, unos son grises, húmedos, lluviosos; otros son alegres, soleados y azules a más no poder. Hoy mismo, lunes 20 de febrero a las 10:58 exactamente, el sol está abriéndose paso a empujones y ya ha tomado posesión de gran parte del espacio celeste. Bien, eso está bien, que ayer a la tarde ya hizo el amago y no duró demasiado, enseguida llegaron las huestes de nubarrones golpistas a fastidiar la alegría.

Estoy de asueto escolar, sólo hoy, qué lástima, hubiera necesitado también el martes, pero… los de Primaria somos unos sufridos. Además estoy intentando corregir unos exámenes y no hay modo. Anoche, cuando estaba más que mentalizada, se me interpuso la famosa Gala de los Goya, y qué quieren, el sofá me invitaba descaradamente a sentarme en él… y ahí me quedé, hasta que terminó. Esta mañana ando remolona, intentando encontrarme, traslado los papeles de un lado a otro, saco los bolis, los vuelvo a guardar, quito y pongo clips, miro el cuaderno de evaluaciones. Me asomo a la terraza, estornudo un poco, me digo “vaya, por Dios…” y al final decido que lo más productivo es empezar por mis crónicas foreras y botxeras…

Hace unas semanitas, el tiempo tampoco fue muy bueno que digamos, pero sólo ese fin de semana. Aún así, los paseos nos esperan y si podemos hacer risas mientras intentamos pedalear en uno de esos aparatos gimnásticos que ahora nos encontramos cada dos por tres por los parques de nuestras ciudades, pues mejor que mejor. Ahí me ven a mí, tronchada de la risa, con mi txapela y el un dos tres, uf, uf, uf…

Como la playa estaba desierta, enseguida me puse a cantar, lo mismo que ahora, y además para invitarles a que me hagan el coro, la famosa canción del verano (no recuerdo de qué verano fue, pero que yo era una cría, seguro) “La playa estaba desierta, el mar bañaba tu piel, cantando con mi guitarra para ti, María Isabel. Coge tu sombrero y póntelo, vamos a la playa, calienta el sol… chiribiribí poronponpón….” Algo así, la cantaban Los Payos, ¡no me digan que no se acuerdan ustedes!

Pues eso, que la playa estaba desierta, y que así, solitaria y todo, también tiene su encanto. Siempre me quedo embelesada mirando el romper de las olas, el juego que forman, la espuma, los cambios de color en el agua, las rocas que emergen y vuelven a desaparecer con cada embestida… Les aseguro que es un buen método para evadirse, para reflexionar sobre la vida, la nuestra propia, la general, sobre cualquier cosa que nos preocupe, o nos alegre…

¿Recuerdan la Odisea de Homero, las aventuras de Ulises y sus marineros que marcharon de Ítaca, dejando a una Penélope desconsolada, pero listísima, teje y desteje, esperándolo; y cómo las malvadas sirenas, con sus cantos, pretendían desviar el rumbo de la nave para hacerles naufragar y tal y tal…? Pues no sólo existen las sirenas, no, también hay sirenos, al menos en Algorta, en el Puerto Viejo (Portu Zaharra), hay uno bien guapo, pero que ya está cansado de mantenerse fuera del agua avistando el horizonte, y se va cayendo poco a poco… La historia es bien sencilla. En Getxo se organiza un concurso de fotografía, llamado Getxophoto, y las fotos a tamaño bastante grande, se exponen en el exterior. ¿Qué mejor enclave para un sireno, que las tranquilas aguas del pequeño Puerto Viejo de Algorta, donde puede ser visto por todo el mundo? Lo que pasa es que yo creo que ya está aburrido el hombre, y nos mira con cara de “tengan compasión de mí, y déjenme en el agua de una vez”.

Por el Foro, el frío y el sol son compañeros de juerga inseparables, y nunca gana ninguno en esos pulsos gitanos que se echan. Sol, sí, frío, también.

Da Vinci, el genio del Renacimiento, nos mandó invitación para que asistiéramos a una exposición de sus inventos en el recinto del Canal de Isabel II, allí, en La Plaza Castilla, ya saben, donde hay tantas torres y monolitos… La exposición estará unos meses más, así que si alguien está interesado en ver todos estos artilugios que ideó el amigo Leonardo, llega a tiempo. En verdad, en verdad os digo (esto me suena un poco a bíblico…), que merece la pena, tan sólo por comprobar in situ la cabeza que tenía este hombre, la capacidad, la genialidad… Inventos, aparatos que tienen que ver con la ingeniería militar, también la civil, dibujos magníficos, bocetos, también estudios sobre la Monnalisa y el Hombre de Vitruvio, la Proporción Aúrea códices de su puño y letra, ¡y vaya letra! Cuadros de otros pintores que, siendo coetáneos, pueden considerarse discípulos. Interesantísimo.

Compartiendo espacio, pero un poco más alejado, estaba otro genio, éste más contemporáneo, Picasso. Una serie de dibujos del genio malagueño adornaban los subterráneos del Canal. Carboncillos, litografías, planchas… Una se queda con la boca abierta al pensar que con dos trazos rápidos y unas sombras bien puestas, ya estaba formado el retrato. Genial. Sabido es que don Pablo fue un gran artista, y un mujeriego de tomo y lomo, que tuvo mujeres y amantes, todas las que quiso. Y ellas eran los motivos de casi todos sus cuadros y dibujos. También recomiendo visitar esta exposición.

Y de paso, el entorno, que siempre merece nuestro tiempo, poco o mucho, para admirar la composición del paisaje urbano, los cambios, los añadidos, las reutilizaciones de los espacios… y sacar unas fotos, ¡cómo no!

Avanzo, ya son las 11:30.

“Katmandú, un espejo en el cielo”, película de Iciar Bollaín. Temática de las que me interesan. Está basada en el libro “Una maestra en Katmandú”, de Vicki Subirana, o Vicki Sherpa, como se la conoce. Una maestra catalana, que un día decidió ir a Nepal y allí, después de las vicisitudes que nos cuenta en su libro, hechos reales, fundó una ONG para crear escuelas para los niños nepalíes. La película tiene una fotografía magnífica, solamente con el espacio natural que nos muestra, ya nos atrapa. Y después, el tema, para mí todo lo que tenga que ver con educación, solidaridad y demás, ya me lleva de la mano. Lloré un rato largo también, para qué negarlo, y es que una se ve identificada en muchas cosas y me acordaba de cuando terminé Magisterio a los 20 años, en el año 80, y me había empeñado en irme a Nicaragua, a trabajar con los sandinistas, a hacer escuelas y a alfabetizar, y rellené papeles y… en ese impasse, entré a trabajar en la Pública, y claro, ¡las lentejas, son las lentejas! La peli me gustó, no sé si es una gran película, ni si Verónica Echegui es merecedora de galardones por su trabajo, lo que sí sé es que a mí me llenó.

El domingo pasado hacía muchísimo frío, y los árboles, desnudos, mostraban ese frío. Las rocas, solitarias, también. En el estanque, los pobres patos se afanaban en nadar, pero lo más práctico era patinar, ya que las aguas se habían congelado. Un lorito vino a saludarlos y mientras les decía “hola, hola” sin parar, ellos deleitaban a todo el público allí congregado con unos pases de patinaje artístico, que ya querrían para sí los profesionales de este deporte… En los alrededores, las hojas caídas de los árboles, ahogaban sus penas entre hielos y aguas prisioneras.

San Valentín también se manifestó en forma de declaración espontánea, aunque no fuera la fecha (que para los amantes, todos los días son Santos). Encontré esta sencilla y apasionada declaración de amor en el suelo, y mi sombra no se pudo resistir a la tentación de fotografiarse junto a ella, y dejar constancia de que ¡sí, el amor existe!

¡Carnaval, carnaval…! Y en el Botxo de nuevo. Los disfraces, Mon Dieu, como todos los años, el Carnaval nos invade: los disfraces hechos por nosotros mismos, las celebraciones varias (Txitxiburduntzi, el asado de chorizos, el desfile, la chocolatada…). Y todo el tiempo mirando al cielo, que no te puedes fiar. Montamos el taller de costura en clase (este año íbamos de mexicanos, ¡ándale manitoooo!), asamos los chorizos en el frontón, el jueves llovió, y desfilamos por el barrio el viernes a la mañana, para después de nuestro lunch de siempre, volver al asunto infantil y darle al cazo repartiendo chocolate… terminé con la garganta hecha polvo y literalmente muerta, enferma. Todavía estoy recuperándome.

Mañana vuelta a la escuela y todo seguido hasta el 30 de marzo. ¡Socorro, que Dios nos coja confesados! De momento, Bilbao está soleado, los Carnavales siguen y mañana con el entierro de la sardina, agur, hasta el año que viene, pues sí… que una ya no está para muchos trotes. Pero… en mi barrio, el fin de semana que viene, se repiten los Carnavales, ¡sí, ya sé, unos irreverentes, jejejeje! Pero qué quieren, la gente necesita evadirse, ¡y ahora, más que nunca!

¡Carnaval, carnaval…!
¡Ah, y gracias por esperar estas horas!

domingo, 19 de febrero de 2012

VAMOS CON OTRO MIXTO: DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro XLIII) e HISTORIAS DE LA RÍA XVII
















































¿Y si les mando, así, a modo de adelanto, como un aperitivo, primero las fotos, y luego ya, cuando pueda, el texto...?

Es que, miren ustedes, llevo un rato con lo de las fotos (¡uf!), y ahora mismo no puedo ponerme a escribir el desarrollo de los hechos que aparecen reflejados en las fotografías. Y como luego sé que se me va a desconfigurar lo que me ha costado tanto ordenar...

Además, fíjense ustedes que mientras escribo estas líneas, San Blogger me pone unas letras en rojo avisándome de que: "No se ha podido establecer contacto con Blogger.com. Podrían producirse errores al guardar y publicar. Reintentando"

Nada, espero un minuto y en cuanto vea que no hay moros en la costa... ¡zas, le doy a publicar!

Y en cuanto pueda, el texto. Ya sé que no es lo habitual y que tal vez se me queden ustedes un pelín descolocados, pero... no voy a tardar, se lo prometo.

¿De acuerdo, entonces? ¿Me perdonan el desaguisado y me esperan unas horas para la siguiente entrega?


¡Gracias, sabía que me aceptaban la licencia!



Un abrazo y hasta enseguida.






Fotos: Antonio y Edurne Cartel peli: Internet Folleto "Da Vinci, el genio": De la expo.




miércoles, 15 de febrero de 2012

SIN DESTINATARIO (III) "A ti" (Replay)



A ti:

Hoy no hace falta que te nombre, porque ya sabes que eres tú quien recibirá mis letras, mis reproches, mis dudas, y, tal vez, mis felicitaciones.

Hace mucho que pienso en escribirte, hace mucho que ando buscando las palabras, los puntos y hasta las comas. Hace mucho, pero nunca encuentro el momento.

Hoy he decidido pararme conmigo misma, mirarme en el espejo y decirme esas cuatro cosas que van dirigidas a ti.

Tenerte en usufructo desde hace cincuenta años y... es una gran carga, no vayas a pensar que no, que no todo es coser y cantar. Que me has dado mucha guerra, me has plantado cara más de una vez, y siempre has salido victoriosa, ¡puñetera!

Sí, ya sé que la culpa no es tuya, que es la vida la causante de todo. Tú no querías venir, y yo estaba totalmente ajena al negocio, me llamaron y vine… y tú, conmigo, vamos, que venías en el lote.

Hablaba de felicitaciones; sí, claro, también tengo felicitaciones por ahí guardadas. Y es que el orgullo que sentimos a veces por las cosas bien hechas, las situaciones bien resueltas, es como ese orgullo de madre, de padre, por los hijos. Y tú, en el fondo, eres como esa hija secreta que nadie conoce, nadie más que yo.

Reconozco que me has costado lágrimas, amarguras, que me he sentido atrapada como en una telaraña, entre tus redes, pero que también has hecho que pueda dormir tranquila la mayoría de las noches de mi vida.

Aunque también tengo que preguntarte por qué has sido tan dura conmigo, por qué te has empeñado desde el principio en que mi camino fuera siempre recto, sin oscuros recovecos donde perderme distraídamente… Sí, ya, ya sé lo que me vas a contestar: que esa era, es, tu misión, que eres como mi ángel guía, una conciencia férrea, a prueba de bombas.

Hala, ya puedes colgarme todas las medallas que quieras, seguro que hasta me las merezco, pero deja que proteste un poquito, que me permita una pataleta de niña… No tendrás quejas de mí, ¿verdad? Siempre me he portado como querías, casi no he discutido tus mandatos, he escuchado tus consejos, he sido lo más buena que he podido.

Claro que he tenido dudas, sigo teniendo dudas muchas veces, pero ya me he acostumbrado a ellas (menos mal que vine a este mundo con una buena dosis de paciencia, de empatía…), y por eso puedo sobrellevar mejor todas las pruebas a las que me sometes.

Mi querida Conciencia, en el fondo estoy encantada de tenerte como compañera de camino, pero, por favor, relájate alguna vez, que ya me he aprendido las lecciones, que ya soy mayorcita… ¿no ves que es muy difícil que a estas alturas me descuide? Podrías tomarte unas pequeñas vacaciones, no sé, tal vez a la playa, creo que el mar hace milagros. Espero que ahora seas tú la que te dejes aconsejar…Tú vas, disfrutas y luego... luego ya vuelves y me cuentas.

Tuya, afectísima…

El cuerpo en el que habitas.


Dibujo: Aitor Texto: Edurne

martes, 14 de febrero de 2012

OTRAS LECTURAS





“EL MENSAJE QUE LLEGÓ EN UNA BOTELLA”
Autor:
Jussi Adler-Olsen
Editorial: Maeva
Lector-a: Edurne
Edad: 52
Profesión: Profesora

OPINIÓN
No soy una lectora asidua de este tipo de literatura (policiaca, negra…), sino más bien eventual. La extensión de la obra, en este caso 527 páginas, no ayudaba en un principio, pero pasados los siete primeros capítulos, he de confesar que ya estaba totalmente “enganchada” con la historia.

Si bien el desarrollo de la historia tiene una narración en segundo plano, con los hechos acaecidos trece años antes, al comprender el ritmo y la intención del autor para escribir esta novela, logra que el lector se implique por completo en ella.

Los personajes, que también se prestan a hacer un pequeño lío en nuestra cabeza al comienzo de la lectura, van, poco a poco, definiéndose y dándonos una imagen bastante gráfica y real de cómo es cada uno.

Sí me ha sorprendido la utilización de ciertos giros o expresiones del habla coloquial, y que, no he identificado como propias de la cultura y el habla danesa (siendo una perfecta ignorante al respecto). Claro es que la traducción habrá tratado de buscar y encontrar los giros más parecidos en nuestra lengua. Pero eso ha hecho que en ciertos pasajes me haya “chirriado” un poco. Imagino que conseguir una buena traducción no será nada fácil…

Dada la extensión de la obra, cabe pensar que ciertos pasajes, tal vez estén de más, o sean algo repetitivos. No sé si sea por eso o porque el ritmo trepidante de la acción te lleva, o… pero se deja leer, y bien. El autor te conduce por los entresijos que él quiere, y en mi caso, se agradece, pues ante la perspectiva de que fuera un “tostón”, puedo constatar que no ha sido ése el resultado.

Al no haber leído nada más del autor (desconocía todo de él hasta este momento), no puedo comparar con las otras entregas de las aventuras de “El equipo Q”, y por eso mismo, no puedo aventurarme a decir si es más de lo mismo, o si da un giro total en relación a los desarrollos anteriores…

En definitiva, que la novela me ha gustado, me ha llevado de la mano por el camino que el autor había dispuesto (creo que bien planificado), y he pasado un rato agradable leyéndola.







Escaneado libro y texto: Edurne





viernes, 10 de febrero de 2012

VIGÍAS DE LA NOCHE (Replay)





Levantan sus torres

como dos colosos en la noche.

Levantan sus torres con almenas,

los vigías de tu ausencia.




Otean el horizonte en busca

de la huella eterna.

Cambio de guardia en la garita

de mi oscura pena.




Corazón se altera,

ve llegar tu bandera...

cabeza se serena,

aún no se oyen las trompetas...




En la noche clara,

la luna, sobre mi alma riela.

En la noche oscura,

las estrellas, por mí velan.









Foto: Aitor Texto: Edurne (Texto ya publicado en esta Orilla el 5 de junio de 2007)

lunes, 6 de febrero de 2012

EL PASO OCULTO



Hay un paso oculto
entre las emociones
y la realidad de un sueño.
Nadie lo conoce.
Yo oí hablar de él,
ya no recuerdo,
tal vez a mis deseos…

Foto: Aitor Texto: Edurne

sábado, 4 de febrero de 2012

HOY NO SÉ




Hoy no sé muy bien cómo despejar la bruma que puebla mi mente. Y casualmente, mientras escribo esto, el cielo se abre para mí, y como si fuera yo una escogida por el Parnaso divino, un rayo de sol casi cegador, me está señalando (no les miento, tecleo según late mi corazón, según veo por el rabillo del ojo derecho, y según mis dedos nerviosos se deslizan arriba y abajo, derecha e izquierda).
Ha sido un momento, un instante de luz. La nube que transporta mis pensamientos más alegres del día, apenas treinta segundos, ya está buscando otros resquicios por donde lanzar su rayo solar… Pero, atención, a la zaga llega otra nube transparente con fuegos de artificio en su interior… ¡Dios, qué bonito! Y de nuevo me siento tocada, elegida. ¿Será premonitorio este derroche de claridad en este día invernal, triste y húmedo? No lo sé, pero de momento me paro y disfruto de mi regalo. Enseguida vuelvo.
Esta vez ha durado más. Era un convoy de nubes, y me ha tocado el vagón principal, detrás los pequeños, pero… ¡huy, otro! Me han visto, justo cuando he empezado a hablar de la bruma que recorre mi cabeza, han aparecido ellas al rescate, ¡seguro!
Bandadas de aves cruzan por este cielo que quiere redimirse y se muestra con traje de entretiempo… Al fondo mi monte, que, con puntillas blancas de nieve entre los verdes pinos, también llama mi atención y me saluda antes de retirarse a dormir.
Si es lo que les digo: un regalo de invierno.
Retransmisión en directo. Ahora voy a centrarme en lo que mis pensamientos van tramando para mí. En realidad, poca cosa, ya digo, tengo una bruma por ahí arriba, ocupada en colonizar mis neuronas, y un atasco catarral que me deja indefensa y sin fuerzas para defenderme de la invasora.
Me esperan exámenes para ser corregidos, me espera un libro muy gordo que estoy leyendo, me espera un poco de ordenamiento en mis cosas… lo propio de un fin de semana casero de invierno.
La televisión, la radio, el periódico, también me reclaman: pero hoy no tengo ganas de desesperarme más, ya está bien de tanto bombardeo, de tanta angustia y tanto miedo como nos meten a diario en el cuerpo. Me revelo.
Me apetecía esta escritura relajada, sin pretensión alguna, improvisada al cien por cien, espontánea. Me apetecía como modo de reencuentro, de reconciliación conmigo misma. Últimamente no tengo ni tiempo para eso, ni para mirarme al espejo y decirme: “¡Hola, guapa, cuánto te quiero!” Y eso, créanme ustedes, es primordial, quererse todos los días, aunque se nos instalen arrugas, ojos apagados, sonrisas forzadas y caras grises enfrente, según nos lavamos la cara, nos cepillamos los dientes…
La radio no para de hablar en la cocina. Ahora no son voces interesantes, sino esas chillonas de los periodistas deportivos afanados en que todo el mundo se quede sordo, en que le dé a más de uno un infarto con sus retransmisiones futbolísticas… Y desconecto. Prefiero el ticli-tacla de este ordenador cuando mis yemas golpean sus teclas, buscando las letras que formen las palabras que mi cabecita trata de emitir…
Estoy tomando un montón de cosas para reponerme y regenerarme este fin de semana y estar el lunes “apta” de nuevo para la lucha sin cuartel de todas las semanas. Sí, lucha sin cuartel, es que se está convirtiendo en algo así como una guerra. No tengo muchas ganas de hablar de algo que nos está quemando y desilusionando a los profesionales de la educación. Sólo decir que ni la experiencia de tantos años nos salva, ni nos protege. Prefiero no pensar en qué va a terminar todo este asunto.
Ya está empezando a oscurecer, y eso que los días han alargado una barbaridad. Mientras esto ocurre, yo estoy acabando con la reserva de pañuelos de papel… ¡vaya día que llevo! Y para cuando nos queramos enterar, febrero habrá llegado a su fin. Febrero loco, Carnavales, mucho evento, mucho agotamiento. Veintinueve días, año bisiesto.
Cuando estoy en casa me entra un hambre canina, estaría picando todo el día, vaya plan, oigan. Me tengo que sujetar, ¡no vean cómo me sujeto! A veces pierdo la batalla conmigo misma, como creo que va a suceder dentro de un momento… Pero me guiño un ojo cómplice, y me perdono, ¡qué le vamos a hacer!
No puedo parar, parar de hacer cosas, si lo hago, si me siento y me relajo, me quedo dormida, se me va todo a lo etéreo, ¡ni me entero! Un día me ocurrió que, hablando con mi ama en la cocina, sentada en una silla, me quedé dormida, ¡fíjense ustedes a qué niveles llega este agotamiento que acumulo…! Lo malo es que los intereses que devienen de ello no producen nada. Nada bueno, se entiende.
18:23. Oigo la radio de nuevo, mi Athletic juega en la Catedral, en San Mamés, y graniza, pobrecillos mis leones. Aquí todavía no, será una de esas nubes itinerantes… ¡Aún así, acaban de marcar un gol! La noche se acerca, ha mandado su manto de avanzadilla para que no nos pille de susto la oscuridad que llega.
La bruma sigue ahí, creo que más pastosa. Mi monte también sigue ahí, claro que más oscuro, se ha vestido con el traje de noche, va de fiesta nocturna. Y yo tendré que bajar el telón de este teatro vespertino y retirarme a mi camerino a prepararme para la siguiente función.


Muchas gracias por su tiempo, y que ustedes sean felices en este primer sábado de febrero. Sobre todo, que les cunda, que les sea muy pero que muy provechoso. Un abrazo.

Imagen: Internet (no se me ha ocurrido coger la cámara…lo siento) Texto espontáneo: Edurne

jueves, 2 de febrero de 2012

ÁCIDO



Me dan a beber aguas turbias,
ácidas pócimas, ocultas en
burbujas, cava y espuma.

Un día pensé,
y dije,
que anhelaba un poco de alegría,
y me trajeron un rosario,
de espinas dolientes
repleto.

Limones verdes duermen entre hojas frescas,
limpias con agua de llantos y sinsabores.
Ilusiones perdidas por los caminos sin retorno
del frío porvenir, y el pan nuestro de cada
día.


Foto: Aitor Texto: Edurne