jueves, 25 de agosto de 2016

AUSENCIAS (I)




Se deshace en mi boca

el jugo de tus besos, 

maná de tu cielo

para calmar el fuego

que abrasa este infierno

en el que peno mis días.

Se escurre entre mis manos

el deseo que altera mis noches

cuando tejo y destejo

la madeja de tus ausencias, 

cuando busco a tientas

tu abrazo y

el aroma de tu cuerpo.


Pintura: Antonio. Texto: Edurne


sábado, 20 de agosto de 2016

LA INCREÍBLE HISTORIA DE LA BELLA FLORENTINA (II) (Replay)




Nadie supo cómo Florentina pudo criarse tan hermosa con la madre muerta, y al cuidado de un padre alunado y una vieja criada sin capacidad para amamantar. Don Lázaro, el deán de la catedral, confesor de la pobre Eulalia y la única persona en la que podía confiar el desgraciado matrimonio, tomó las riendas; y a falta de madre, y de un padre que estuviera en sus cabales, él mismo se erigió en protector de la niña .

En vano buscó el buen hombre amas de cría por la región, pero nadie quiso prestar sus pechos a la pequeña, decían que aquella casa estaba maldita, que el fantasma del viejo Ancheta vagaba por sus estancias.
María Rosa, la vieja criada, decidió entonces hacerse cargo de la alimentación de la pobre niña con sopas de ajo en sustitución de la leche materna; y por extraño que pareciera, la criatura las tomaba con gusto y una agradecida sonrisa. Lo cierto era que a tres meses de su nacimiento, y a la vista estaba, Florentina parecía una niña sana.

Todo en aquella ciudad era decadente. La vida seguía su curso sin espíritu alguno de superación. Los días pasaban uno tras otro como mansas ovejas entrando en el redil. Tan solo el nacimiento de la pequeña Florentina había alterado el monocorde ritmo de sus horas. Los paisanos murmuraban por las esquinas, apostaban sobre cuánto viviría la heredera, hacían cábalas acerca de lo que sucedía en la casona, contaban historias de fantasmas, de antiguas venganzas…

 
Y no andaban descaminados los lugareños cuando hablaban de fantasmas… Eulalia de Ancheta se presentaba todas las noches junto a la cuna de su niña para cumplir con sus funciones de madre: amamantaba a su tan deseado retoño, le cantaba nanas, la besaba y abrazaba, le contaba todas esas historias que llevaba guardadas para ella desde antes que naciera… Y Florentina alzaba los bracitos hacia su madre dejándose querer. Madre e hija eran felices en esas horas que les pertenecían solo a ellas, a ellas y a la luna que las protegía…

(Continuará)

Entrada ya publicada en esta Orilla el 11/5/14, continuación de la entrada de hace tres días. Pueden leer AQUÍ los comentarios de entonces.



Foto: Internet   Texto: Edurne (el comienzo, ya saben, más abajo...)

jueves, 18 de agosto de 2016

LA LUNA


"La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento..." 
     Espronceda. "La canción del pirata" 
    (De pirata a pirata)



Hoy llevo la luna,
envuelta en bruma y misterio,
hasta el umbral de tu noche;
y allí la dejo,
guardián de tus sueños
más allá del frío invierno. 
Hoy te dejo un beso 
con tul de argentina urdimbre
y níveo deseo.

Foto y texto: Edurne 

lunes, 15 de agosto de 2016

LA INCREÍBLE HISTORIA DE LA BELLA FLORENTINA (I) (Replay)



Cuando Florentina Bartolomé vino al mundo, éste giraba en torno a los caprichos de la Madre Naturaleza y los del género humano.

Avanzaba, no sin poco esfuerzo, una primavera algo desmadejada y que arrastraba flecos de un duro invierno. Las paredes de aquella casa rezumaban un frío que se diría extraño, y en la alcoba matrimonial, el vaho de la muerte se dejaba caer pesado, inerte…

La partera, que había asistido a doña Eulalia en todos sus alumbramientos, no pudo reprimir una lágrima: “ahora, a mas de la criatura, también la madre ha perdido la vida. ¡Qué desgracia!”  Y así se lo anunció a un padre incrédulo y desencajado que esperaba nervioso en la regia balconada de madera que daba al patio de la casa.

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Diez hijos y ahora mi amada esposa… Yo tampoco merezco vivir”. Estas fueron las palabras que pronunció Juan Bautista Bartolomé antes de que su razón volara a tierras de las que ya nunca pudo volver por mucho que en ciertos momentos así lo pareciera…

Florentina, convertida en un pequeño amasijo de carne y sangre, debió sentir un leve escalofrío al oír esas palabras y sus ganas de vivir se avivaron en el mismísimo umbral de la muerte. Un llanto apenas imperceptible llamó la atención de la partera que todavía se afanaba junto a la vieja criada de la familia en limpiar la sangría del lecho, con el cuerpo de Eulalia pidiendo ser entregado al regazo de la madre Tierra.

Y como resurgida de aquélla, la pequeña Florentina, respiró y lloró gracias a la azotaina de aquellas rudas manos a las que ahora debía la vida. Su llanto resonó por toda la casa, y dicen que hasta en el pueblo y más allá… ¡Al fin un nuevo Bartolomé, un nuevo Ancheta, la maldición había sido conjurada!

Eulalia de Ancheta era descendiente de Joseph de Ancheta y Ruiz de Uriondo, uno de los fundadores de aquella región perdida en el mapa. De ruda estirpe vasca, Ancheta supo arrancar los tesoros escondidos en las entrañas de la montaña y hacer de aquel lugar olvidado, el centro de la vida del país. Hasta que el maná dejó de alimentar bocas, ambiciones, sueños… y la región entera cayó en un letargo de cuento.

Si no duró cien años aquel sueño, sí lo suficiente como para que pronto los olvidaran y que tan solo perdurara en la memoria de unos pocos el eco de unos tiempos como nunca antes se conocieron.

De aquellos tiempos, a estos otros, en los que la maldición de los Ancheta acababa de ser conjurada permitiendo que un descendiente del viejo Joseph viera la luz, habían pasado muchas vidas, si bien es cierto que más bien con mucha pena y poca gloria.
                                                               (Continuará)


Texto ya publicado en esta Orilla el 21/4/14, con motivo del fallecimiento de Gabriel García Márquez, tal y como apuntaba en aquella ocasión. Hoy, lunes 15 de agosto de 2016, y después de terminar la lectura de un libro del que daré debida cuenta, me han entrado las ganas de recuperar esta historia y de forzarme a continuarla...
AQUÍ, los comentarios de entonces.

Foto: Aitor. Texto: Edurne (Mi pequeño homenaje al gran Gabo, salvando todas las distancias, por supuesto). 
Ayer se me metió en la cabeza la frase de inició y he estado todo este tiempo rumiándola, hasta que me he sentado hace un rato a traducir en líneas lo que me rondaba, y lo lanzo sin corregir nada, mis disculpas si algo chirría. La muerte de García Márquez me ha afectado, para qué lo voy a negar. No he leído nada de él hace tiempo, aunque creo que he leído casi todo, y ahora mismo tampoco he abierto ninguno de sus libros todavía, pero, me parece que su espíritu me ha abducido en cierto modo, como muestra, el título de esta historia, que irremediablemente nos lleva al de "La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada". Pido perdón, pero me salió así... 
Estoy utilizando nombres y apellidos de mi propia familia para montar esta historia, que no sé si será corta o larga. El personaje de Joseph Ancheta Ruiz de Uriondo existió de verdad, fue uno de mis quintos abuelos -así que yo también soy una Antxeta- y de él solo sé que nació el 9 de diciembre de 1756,  y yo un 7 de diciembre de 1959-. Lógicamente, su vida me la estoy inventando...

lunes, 8 de agosto de 2016

SUMMERTIME



Un poco de marcha veraniega para estos días, independientemente de que podamos o no disfrutarlos como tal... 
La música amaina, y a veces hasta espanta, las penas que llevamos por dentro y por fuera.
Me sean felices, lo más que puedan. ¡Y bailen, bailen y canten, no importa si desafinan, si no llevan el ritmo...!

Vídeo: Youtube. Un recuerdo: Hoy, 5 de agosto, es mi santo, el mío y el de mi amatxu, y el de todas las Blancas, Zuriñes, Nieves, Edurnes y Neus... Hoy también cumpliría años Blanca, una buena amiga que se fue con 53 agostos. Mi recuerdo para ella y un beso a las alturas.

miércoles, 3 de agosto de 2016

HISTORIAS DE LA RÍA XXXVI (Con apuntes costeros: Hondarribia y Portu Zaharra)


Por aquí asomamos el morro de nuevo, no vaya a ser que nos pille el toro, y contemos las cosas precisamente  “a toro pasado”.

La Ría está desconcertada, el Botxo, ni les cuento, y los botxeros, locos perdidos. El verano nos marea: hoy nos derretimos, mañana nos empapamos. Calor del bueno, del que se gastan de la Meseta hacia abajo, y agobio, o bien humedad y cielos grises, lo que se da con mayor frecuencia, que no siempre, por estos lares. ¡Así se las está gastando este mes de julio! Por cierto, un mes que ya se nos ha esfumado, así, sin enterarnos casi. ¡Ay!


Una cosa de las que me siento más que orgullosa es de la capacidad de atracción que tiene mi ciudad, vayas por donde vayas, ¡turistas! Y les diré que se trata de un turismo selecto, un turismo de tipo cultural ( Museos) o al menos, curioso. Los nacionales, vienen con ganas y salen encantados, y los de más allá de las fronteras, hasta viajan en familia, o sea, que por fuerza ha de ser un turismo de posibles. También se ven muchos grupos con guía, otra novedad. Me encanta ver a tanta gente con el plano en la mano y mirando. El otro día me ofrecí a una pareja para orientarles  pues estaban un poco despistados, y lo que buscaban lo tenían al lado, pero lo que es no saber... Resultaron muy agradables y agradecidos.



Voy a contarles una novedad, algo que no había ocurrido antes: el Museo de Bellas Artes ha estado cerrado durante 43 días. Inaudito. ¿La causa? Pues el empleo precario, los sueldos bajísimos que tenían los trabajadores que subcontrata  la empresa que se hace cargo de los distintos empleos del Museo (seguridad, recepción…). Así que todos aquellos que hayan venido a Bilbao antes de la solución del problema, hace diez días, se ha marchado sin poder visitar la tercera pinacoteca nacional, ¡una lástima! aunque más lástima es el hecho en sí, el de tener un sueldo mísero y tener que recurrir a la huelga para que nos hagan caso. Pero, ahora están batiendo records, el otro día, sin ir más lejos, el museo recibió su mayor afluencia de visitantes en una jornada en su historia.




La exposiciónEscultura Hiperrealista 1973-2016”, está causando furor. La vimos, claro que sí, pero he de decirles que no fue la mejor forma de ver una exposición de este tipo. Exposiciones tan comerciales, con un reclamo tan atractivo, atrae a muchas personas que no visitan museos normalmente, y que no tienen costumbre de pasear por ellos, de admirar en silencio o con respeto, las obras expuestas. Imaginen un tumulto de todo tipo, corriendo, tocando y sacando fotos con todas las figuras sin importarle nada, ni el resto, ni las normas, ni nada… ¿Se habrán enterado de algo? Lo dudo, eso sí, contarán a todo el mundo que vieron la exposición, que parecían de verdad, que había muchas tías en pelotas, que… ¡En fin! Volveré a verla pero en otro momento, y con más tranquilidad. Apuntar que sí, que el hiperrealismo es total, que alucinas observando las arrugas, la flacidez de la piel, las uñas cortadas, los gestos, todo, absolutamente todo. Si te quedas parado, corres el riesgo de que te confundan con una de esas esculturas. Recomendable, ¡por supuesto!



El Casco Viejo de Bilbao tiene un encanto especial, y no es porque lo lleve en mis genes, no, es que al ser tan recogido, te puedes mover y cambiar de ambiente en un santiamén. Callejear por las Siete Calles, por la Plaza Nueva, La Rivera, la Plaza de Santiago, la de Unamuno y todos los aledaños, o cruzar el puente del Arenal por el Arriaga y presentarte ante don Diego que señala incansable con la Carta Magna de Fundación de la muy noble y leal Villa de Bilbao en su mano, dónde está el inicio de esta urbe que sigue redescubriéndose día a día…




A una hora de Bilbao, enfilando hacia la frontera, llegamos a Hondarribia (Fuenterravía), ciudad amurallada y de gran tradición (el Alarde con su polémica, la trainera Ama Guadalupekoa, villa marinera…). Preciosa. Hacía muchos años que yo no iba por allí, y la verdad que quedé encantada, vi cosas que no conocía y recordé otras que ya estaban en mi bagaje vital. Merece muchísmo la pena una visita a esta ciudad. Al llegar nos recibió una bruma y una fina lluvia (sirimiri) propia, pero que fue despejando poco a poco, y a la tarde, en la playa, el cielo tenía un color totalmente mimetizado con el mar. Y en el otro lado, Hendaia. Una maravilla, un regalo para los ojos, para el alma, para el espíritu…







Y ya en nuestra costa más próxima, la vizcaína, tenemos Portu Zaharra (enlace a una web particular, la del bar "Arrantzale", pero con un montón de fotos de antes y de ahora), en Getxo, un lugar encantador que fascina a todo el que visita nuestra zona por primera vez, un rincón que es parada obligada. A doce kilómetros del centro de Bilbao, la Ría se derrama en el Cantábrico por El Abra con el Puente Colgante de testigo y mediador y donde las dos márgenes se hacen visibles: la izquierda, obrera y proletaria, y la derecha, señorial y burguesa.




Entre pintxos, paseos y disfrutes amistosos varios, algún librillo ya se nos ha colado:

·     “DIARIOS. Tercer volumen 2008-2010”, de IñakiUriarte. Edición de pepitas de calabaza. Diarios, conversaciones con uno mismo. Un estilo que a mí me resulta muy, pero que muy familiar y fácil de entender. Pues eso, como encontrarse con uno mismo delante del espejo, a la vuelta de la primera esquina del pasillo…


·   “EL VIENTO COMENZÓ A MECER LA HIERBA” de Emily Dickinson. Poemario bilingüe  e ilustrado de Nørdica Libros. Otro encantador libro que he tenido el placer de disfrutar. Poesía de una mujer atormentada, pero verdadera.



El último día de clase, hace un mes ya, terminamos de recoger lo que quedaba en nuestro pequeño huerto escolar, y aparte de todo lo que repartimos entre los niños, algunos de nosotros nos trajimos plantitas para casa, yo traje una planta tomatera que había despuntado con tres flores pero que ni idea de lo que pasará ahora. Y una planta de pimientos verdes. A estos pimientos los estoy siguiendo con especial interés todos los días, los observo, los animo y fotografío cada mañana. De momento, solo tiene dos pimientos, ¡pero me hace una ilusión!



Cuando salgan estas Historias de La Ría yo estaré por Madrid de nuevo, así que dejaré la entrada programada, y al final de agosto me lanzaré al agua con otras Crónicas del Foro. Entonces, y con el broche de la Aste Nagusia de Bilbao ya tendremos que decir adiós, agur, a este verano, otro más que me pasa por delante, o por encima, según se mire…




Ustedes, aprovechen, sigan a lo suyo: descansen, rían, lean, paseen, solácense, cultiven la amistad, los lazos familiares, el amor; coman y beban con moderación, báñense en el mar, en la piscina, en el río, o a la luz de la luna; reencuéntrense con sus "yos" más auténticos y no dejen que nadie que realmente merezca la pena en sus vidas se les escape. La vida es demasiado corta como para perderla en caminos que no llevan a ninguna parte. Sean listos.





¡Un abrazo enorme!


Fotos: Antonio y Edurne. Enlaces: Internet. texto: Edurne