viernes, 29 de junio de 2007
REGÁLAME TUS BESOS
Dame a beber de tu boca,
regálame el néctar de tu risa,
que árido desierto
atraviesa mi alma,
huérfana ya de
la lluvia de tus besos.
Escribe tu nombre en
la palma de mi mano,
amor...
Escribe tu nombre
para que toque mi piel
marchita,
sedienta de tu caricia.
En la noche,
habla a la luna de mí,
cuenta a las estrellas
que me quisiste de puntillas...
Y después,
haz que me guíen
hasta el remanso donde
esperas para darte,
para darme el jugo,
la savia de tu vida...
Foto: Antonio Texto: Edurne
miércoles, 27 de junio de 2007
LAS PUERTAS DEL PARAÍSO
sábado, 23 de junio de 2007
HABEMUS LIBRUM
lunes, 18 de junio de 2007
UNA DE GATOS
miércoles, 13 de junio de 2007
UN CAPRICHO
jueves, 7 de junio de 2007
GAJES DEL OFICIO
¡Pues sí, respetable público, sí! Estos aconteceres forman parte de la vida de una maestra... De una maestra de los tiempos que corren, que antes... ¡kiá, para rato!
Quién me iba a decir a mí, ayer a la mañana, cuando salía tan ufana de mi casita, cruzando el parque con ese paso presuroso pero pausado de mañana; admirando los hermosos Castaños de Indias, los ciruelos, los osados mirlos, los del footing mañanero, los estudiantes y currelas, amatxus con sus peques, abueletes en pleno paseo anticolresterol... quién me iba a decir a mí, que tan sólo una hora más tarde iba a ver las estrellas, pero no las de las noches estrelladas, ¡no! Estrellas, las de la rabia y el dolor.
Esto les pasa a mis manos, por lo que comentaba el otro día, por lo de ser ONG.
Separe usted a dos que se están machacando en clase, y reciba en sus propias carnes lo que no le iba destinado: ¡toma fisura de falange al canto!
Pues ya ven, ¡adornada que está la manita! Y que aunque sea la izquierda, una con la siniestra hace de todo también...
¡Inválida, que me siento inválida! Pero me lo tomaré a chufla, que no es cuestión de amargarse los últimos kilómetros!
Estas cosas, ya ven... ¡suelen suceder!
Foto, mano, dolor y rabia: Edurne
martes, 5 de junio de 2007
VIGÍAS DE LA NOCHE
Levantan sus torres
como dos colosos en la noche.
Levantan sus torres con almenas,
los vigías de tu ausencia.
Otean el horizonte en busca
de la huella eterna.
Cambio de guardia en la garita
de mi oscura pena.
Corazón se altera,
ve llegar tu bandera...
cabeza se serena,
aún no se oyen las trompetas...
En la noche clara,
la luna, sobre mi alma riela.
En la noche oscura,
las estrellas, por mí velan.
Foto: Aitor Texto: Edurne
domingo, 3 de junio de 2007
UNA TARDE
viernes, 1 de junio de 2007
MIS MANOS
Y quién me iba a decir a mí, a estas alturas de mi vida, que estas manos me iban a responder...
De pronto las he descubierto.
Mirándolas, hasta me han parecido manos ajenas. Pero hay algo que las hace mías... es esa redondez de mano pequeña, son como manos a medio camino, en tránsito.
No sé si en algún momento de su desarrollo decidieron plantarse: ¡Aquí nos quedamos!
Pues ahí están, aquí están. Conmigo a todas partes.
La verdad es que se ajustan muy bien al tamaño, a la talla de mujer en que decidí convertirme hace algunos años ya.
Me ha dado por preguntar, nunca antes se me había ocurrido pensar en ellas, en cómo se sentirán siendo embajadoras de tanto movimiento y sentimiento... y es que ellas suelen ir por delante. Las lanzo a la aventura la mayoría de las veces. Y si lo pienso, me han salvado en más de una.
¡Me caen simpáticas! Son juguetonas, nerviosas, inquietas estas manos mías. No me planteé darles estudios, me iban casi solas, todo lo aprendían de puro impulso, de tanta curiosidad y atrevimiento... ¡osadas mis manos!
Gemelas por lo de dos, pareja un tanto dispareja. La derecha nos salió más rebelde, siempre ha de marcar la diferencia, y así, un día decidió adornarse con pequeñas marcas de carácter... Por ellas sería muy fácil identificar a la dueña en caso de pérdida, extravío u otras circunstancias menos favorables...
Están esperando cualquier ocasión para "echarte una mano". Son muy cariñosas, yo diría que tienen vocación de ONG... manos de acogida.
Aún no han perdido su inocencia y es por eso que conservan ese aspecto de manos de niña, más bien de adolescente en evolución. Las observo, les pregunto, y sus respuestas están escritas en mis palmas. Surcos, rayas, marcas... profundas, largas, cortas, entrecortadas, claras... con luces y sombras. Ahí no mienten. Ha pasado bastante vida entre sus manos, mis manos...
Prestas para sujetar, sostener, acariciar, acompañar, amar... redondez que envuelve. ¡Hasta a mí me quieren! ¡Cuántas veces han sido ellas las que me han amansado, sujetado y acariciado!
Llegados a este punto, las noto nerviosas. No quieren tanto halago. Son manos humildes pero a las que les gusta llevar anillos... y curioso, ¡nunca se les caen!
¡Ay de mis manos! Cuánto las veo y cuán poco las mimo. Sé que son duras y están acostumbradas. Y sin embargo son ellas la herramienta que hace posible que mi corazón salga al exterior a través de mis letras garabateadas presurosamente... manos inquietas.
Les gusta bailar y ya me piden terminar, necesitan danzar...
Foto: Aitor Tapiz y texto: Edurne