martes, 28 de agosto de 2007

LA NADA


No hay preguntas que oculten
las respuestas.
No hay letreros que señalen
los caminos.
Nada. No hay nada.

Miradas perdidas en mi espejo
y la mueca de una sonrisa
apenas esbozada.
Desde el otro lado
alguien a quien no conozco
me interroga.
Nada. No hay nada.

En círculo,
camino en círculo...
ya pasé por aquí,
a ti ya te vi...
Me olvidé de vivir.
Nada. No hay nada.

¿Cuándo fue que ocurrió,
cuándo que mi mirada
se extravió?
Ingrávidos pensamientos
se ciernen sobre mí,
atascando la libre expresión
de mi llanto asustado.
Nada. No hay nada.

Callada sinfonía inunda
mi cerebro.
Y el cuerpo se mueve,
avanza y
se desploma sobre mil
plumas de blanco marfil,
mil plumas de cisnes alados...
Nada. No hay nada.

Serpentea la brisa que
acaricia mi cara.
Serpentea y despierta mi alma,
con calma,
acercando el olor del pasado,
el sabor de la dicha...
Nada. No hay nada.


Pintura: Antonio Texto: Edurne

IDA Y VUELTA


Dicen que uno es de allá en donde se sienta bien, acogido. Que se puede ser hoy de aquí, y mañana de allí...
Dicen bien. Solo hace falta la voluntad. La voluntad de que te acojan y la de dejarse acoger, la de integrarse con el asfalto, la piel del lugar...
Yo voy y vengo, subo y bajo.
Me siento de aquí, soy de aquí, pero también me puedo confundir con mi allá particular.
Hoy Bilbao, mañana Madrid, y vuelta a empezar.
Y mientras, ahí está Felipe III, a caballo, impertérrito, viendo cómo pasan ante él generaciones y generaciones de propios y ajenos. Ahí, dejándose fotografiar. Dejando que se lleven un trocito de la Historia del país de Sagitario, el de la piel de toro...
Ahí, en medio de esa Plaza Mayor, con la Real Casa de la Panadería en uno de sus laterales, con esos frescos (las pinturas y los otros, los frescos de verdad), con esas arcadas que cobijan y esos arcos que la adornan y hacen de puerta por donde pasan las otras historias, las nuestras...
Ayer estaba ahí, hoy estoy aquí, mañana volveré a estar allí...
Dicen que la vida es un ir y venir, una sucesión de hechos encadenados que conforman la historia particular de cada cual... que hoy estamos aquí, y mañana allí.
¡Y lo mejor de todo es que la vida es una pura sorpresa!


Foto-postal: Ouka Leele

miércoles, 22 de agosto de 2007

BILBOKO JAIAK


"Gure Marijaia, gure Marijaia..."
Así, en gris, en blanco y en negro, como está el tiempo por mi querido botxo.
Y con nuestra Marijaia de desmadre y desmelene festivo, de paseo por las txoznas, dejándose querer por todo el mundo: propios y ajenos...
Todavía le quedan unas cuantas horas de juerga y parranda hasta que el domingo 26 desaparezca bajo el humo de la ilusión, y para renacer de sus cenizas, como el ave Fénix, con más fuerza si cabe, el próximo año, lista para vivir una nueva Aste Nagusia.
Sucede que cuando una está fuera de su sitio (aunque nuestro sitio puede ser todo aquel que sintamos como nuestro, todo aquel que nos acoja como propios...), recuerda más a menudo sus rutinas, añora sus cachivaches...
Una, que a estas alturas de la peli ya debiera peinar canas, ya ha vivido muchas "Aste Nagusia"; es más, hasta tiene una foto de periódico, testigo gráfico de aquella primera Aste Nagusia recuperada después de los años en que lo único que representaba a Bilbao en fiestas eran las corridas de abono, el circo y las barracas...
¡Yo formé parte de la mítica Samasiku, la comparsa que ganó el primer premio de comparsas, en reñida liza con la incombustible Txomin Barullo!
Bueno, morriña pasada por agua, aunque a mí no me toque.
Pero vaya desde esta orilla mi pequeño homenaje a nuestra siempre joven Marijaia que tan bien representa el carácter alegre, abierto, festivo, acogedor y tan bilbaíno... de los habitantes del Botxo.
Gora Marijaia!
Foto: Periódico digital

martes, 21 de agosto de 2007

DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro II)


Dicen que todo depende del cristal con que se mire.
O... ¡de la altura desde que se mire!
Entre estas señoritas jirafas y la que suscribe hay una diferencia de altura.
¡Diferencia más que evidente!
Mientras que ellas sólo ven lo que las alturas les ofrecen, una, ve a ras de suelo, a ras de vida.

¿Cómo verán la vida las jirafas, serán felices?
Tal vez sí, porque ramonear las hierbas lo hacen de lo más tranquilas, con una gran parsimonia. Caminan lentamente, contoneando su fino, grande y frágil cuerpo. Con esas patas tan laaaaargasssss, con ese cuello tan altivo...

Pero claro, para comer tienen que doblegarse. Doblegar la voluntad, la testud, el cuello... y bajar a estas alturas de nuestros días y nuestras vidas.
Y allá en lontananza tal vez les espere el peligro, convertido en depredador habitual de jirafas...

No crean, que a veces ya me gustaría ser como ellas, por tener el cuello tan largo, que por lo de ramonear por lo bajo... más bien no.

Y es que poder agudizar la vista y darse cuenta de que allá, donde casi nadie llega con ella, está el enemigo... pues es como lo de predecir o intuir lo que va a ocurrir.
Ellas simplemente lo ven. Lo ven y toman sus medidas: carrera alocada por la sabana africana, por ejemplo.

Aquí, las pobres de carrera alocada, ná de ná, que están encerradas en unos escasos metros polvorientos y cementados...
Y atisbar el horizonte... más allá de los gigantes urbanos... ¡como que no!
Ya ni depredadores naturales, ni enemigos reconocidos les quedan.

Pero ellas pasan sus horas en el Foro, seguro que terminarán hablando castizo, y quién sabe... ¡lo mismo un día de estos salen de chulapas a pasearse por la verbena de La Paloma!

Se habrán acostumbrado a su nuevo hábitat, que a todo se acostumbra uno en esta vida.

Se habrán acostumbrado a ver lo que hay pero a disfrazarlo con los colores secos y áridos de su tierra.

¡Da igual, desde las alturas o desde las bajuras... todo depende del cristal con que se mire!

Foto: Antonio

viernes, 17 de agosto de 2007

CUANDO LA TIERRA TIEMBLA


Cuando la Tierra tiembla, se nos encoge el corazón.
Y ante ese enfado repentino de la Madre Tierra, de Ama Lur, de la Pacha Mama... no hay nada que hacer.
Algo debemos de estar haciendo mal, está claro.
Y hay algo que me sorprende al ver las imágenes que nos llegan a través de las televisiones, al leer la crónicas de los periódicos, al escuchar las noticias de las radios, algo curioso: siempre son los más pobres y desfavorecidos los que sufren las consecuencias, los que pagan los platos rotos por la arrogancia de los otros, de los ricos, los poderosos... A ellos nunca les pilla un tsunami, ni les lleva la casa un huracán, ni un tornado barre su pueblo del mapa, ni un terremoto mata a toda su familia...
Y seguro que son ellos los más culpables, los de las emisones de gases a la atmósfera, los que firman protocolos que luego incumplen con todo cinismo, los que se ríen de todo y todos y en nuestras propias narices... los que luego, compungidos, salen ante las cámaras, hablan ante los micrófonos y prometen ayudas y más ayudas... ¡Seguro!
Y quién le devuelve a esta mujer su humilde casita, quién restaura la paz y la tranquilidad, la salud a tanta gente... ¿quién?
Cuando la Tierra tiembla, no entiende de buenos y malos, de ricos y pobres, de trabajadores y holgazanes...
Cuando la Tierra tiembla, ruge... ¡es porque ya está hasta las narices de todos nosotros!
Foto: EITB digital

domingo, 12 de agosto de 2007

PREGUNTAS



¿Quién dijo que las aguas venían oscuras?

¿Quién habló de terribles presagios?

¿Acaso no vieron las luces

en el horizonte...?

¿Acaso no escucharon el oráculo,

ni consultaron los arcanos...?

Entre bambalinas danzan mis alegrías;

entre bambalinas, buscan las tuyas.

En copa de plata se escancia

el preciado elixir del amor,

en fino paño se guarda

la ternura del deseo oculto...

Y como rayo en la oscuridad,

un beso,

cruza fugaz la bóveda de

la noche inconclusa.

Foto y manipulación: Aitor Texto: Edurne

miércoles, 8 de agosto de 2007

UNA RUINA


Una ruina, eso es lo que tenemos ante nuestros ojos, una verdadera ruina.
Una ruina mis vacaciones. Bueno, las que estaban programadas, que luego siempre se buscan sustitutos a los lugares que teníamos que haber visitado...
¡Y siempre se encuentran!
En vez de Praga, estuvimos en Pragalajara y cambiamos los encantos de Budapest por los de Budagovia...
Las ruinas se pueden reconstruir, por mucha ciática que ataque y nos deje inmovilizados.
Son cosas que, a veces, suelen suceder.
Y ya se sabe: " Al mal tiempo, buena cara".
Y dicho esto, ¡el chiringuito queda de nuevo abierto!
Foto: Antonio