Dos cursos bastante tormentosos, y ayer les llegó el turno de despedir la que ha sido su casa desde los 2 años. Diez años en el mismo sitio, marca. Ahora la incertidumbre de cómo les irá, no solo en el Instituto, sino como preludio de la vida que les espera.
Algun@s lloraban amargamente, se me agarraban y no querían marcharse. Otr@s, en cambio, estaban contentos con esos nuevos aires que les soplaban ya en la cara...
C'est la vie! Nosotros seguimos en el mismo sitio, recogiendo cada nuevo curso pequeños corazones con la cabeza cargada de sueños, con inquietudes y muchísima curiosidad.
Treinta y dos son los cursos escolares que cargo sobre mis espaldas, y los que todavía me esperan, porque con estas perspectivas...
En estos años, yo me he ido haciendo mayor, por dentro y por fuera, aunque me sigo viendo en aquel tren que me llevaba a Santurtzi, mi primer destino, con mis 22 recién estrenados, y con ese miedo que me agarrotaba las entrañas. Ha llovido mucho, ha diluviado. Ha pasado de todo. Y sigue pasando. La Santa Infancia, como me gusta llamarla, además haciendo un ejercicio de retroceso a mi propia infancia, cuando recaudábamos dinero para aquella otra Santa Infancia, la de las misiones... Los de mi quinta y un poco más, lo tendrán presente también... La Santa Infancia, retomo el hilo, también ha cambiado, yo vengo observando ese cambio tan radical en estos últimos años, al mismo ritmo que la sociedad. Hay crisis, crisis en todo y de todo. Pero siempre tenemos oasis donde refugiarnos, a los que agarrarnos y seguir pensando que todavía existe la inocencia...
Cada grupo que voy dejando marchar, se lleva una parte muy importante de mi. No solo mis desvelos y preocupaciones por todos y por algunos mucho más en particular; se llevan mis ganas de seguir peleando por esta profesión, se llevan mi rabia, mis decepciones, mis sonrisas, mis buenos y mis malos momentos, se llevan un cachito de Edurne que para cada uno es única e irrepetible, pues lo mismo que yo los he vivido de una forma, ellos y ellas, a mí también.
Para algun@s estaré siempre en su recuerdo, para otros, posiblemente ya haya pasado al olvido...
Ayer se fueron. Siempre hay quien te agasaja de alguna forma, dibujitos, postales y manualidades hechas por ellos mismo, o algún bizcocho, detalles que te alegran y te sueltan ese manantial interno que ahora llevo sin cerrar...
"¡Edurne, vamos a venir a visitarte, y el 7 de diciembre también, que es tu cumpleaños!" Y ha habido generaciones de ellos que han venido y siguen viniendo.
Y los que me piden la vez para hacer las prácticas de Magisterio conmigo, de esos y esas... ¡a punta pala! Además, alguno de ellos, después de haber sido mis alumnos, y haber hecho también las prácticas conmigo, luego han sido mis compañeros de trabajo. Este año, Iban, el profe de gimnasia, por ejemplo.
Orgullo. A lo que siento yo, se le llama ORGULLO, con letras mayúsculas.
Solo por eso, hay que seguir, como sea, pero seguir. Y aunque me jubile, algún día no se sabe cuándo, no dejaré de ser nunca maestra. ¡Qué palabra tan hermosa!
Que les vaya bien en la vida y que, sobretodo, sean buenas personas, es lo que siempre les digo. Yo ya he cumplido mi cometido con ellos. Ahora, ¡a caminar!
Fotos y manipulación foto grupo: Edurne