miércoles, 4 de noviembre de 2015

LUCHA


Cuando dejo que los dedos recorran las teclas
de este espacio virginal para mis sentimientos,
algo dentro de mí bulle
y lucha por salir sin miedo,
sin  freno.
Es la hora de la verdad,
la del corazón en la mano y las verdades en la boca.
Y es entonces cuando la niña que me habita
sale de la mano de la mujer que me vive día a día.
Una sonríe y la otra llora.
No pueden separarse,
se necesitan.
Una es el día, la que sucumbe ante la noche.
La otra es la noche, la que da paso al día.
La niña sin la mujer,
no sería.
La mujer sin la niña,
moriría.


Foto: Aitor. Texto: Edurne

8 comentarios:

ro dijo...

El texto es precioso.

Besos.

M. Blanca dijo...

Te entiendo, tuve un proceso interno destructivo y solo me ayudó a salir de él, reencontrarme con la niña que fui y volver a ser quien era de su mano.

Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Necesariamente complementarias, sin duda.
Besos.

Edurne dijo...

RO:
Gracias, profe!
Un besote!
;)

BLANCA:
Yo nunca he soltado a mi niña,nunca, y gracias a ella sobrevivo.

Un beso enorme.
;)

PEDRO:
Totalmente necesarias y complementarias.

Un beso.
;)

Antorelo dijo...

Complemente necesario para vivir. Un abrazo

Francisco Espada dijo...

"Es la hora de la verdad,
la del corazón en la mano y las verdades en la boca".

Tienes un momento muy productivo, pero estoy deseando que de paso a otro tiempo, aunque sea más silencioso.

Besos.

Abejita de la Vega dijo...

Lucha, Edurne. Y sigue con tu parte de niña, es lo mejor que tienes, que tenemos.

Edurne dijo...

ANTORELO:
Completamente!

Un abrazo.
;)

PACO:
Gracias por tus ánimos, siempre, amigo Paco!

Yo también espero a que lleguen nuevos tiempos, aunque sean más silenciosos...

Un abrazo enorme.
;)

ABEJITA.
Siempre en la brecha, luchando, no lo dudes. Y siempre con mi niña de la mano.

Un beso grande!
;)