sábado, 22 de agosto de 2009

CRÓNICAS VIAJERAS III (Praga)




















































































Y el periplo centroeuropeo cierra con broche de oro, Praga. Dorado por el color de muchas de sus torres y cúpulas, y porque Praga es una ciudad “dorada”, es grande pero recoleta, es entrañable, es acogedora, manejable, es… Praga, ¡una joya!

Praga, Praha, es la capital de la República Checa, de Chequia, y ahí, después de la separación de la antigua Checoslovaquia, me parece a mí que Chequia ha salido ganando, en detrimento de su vecina, Eslovaquia.

Nuestra llegada a Praga, a través de carreteras de la zona de Moravia y Bohemia, fue tranquila. Dos cosas llamaron mi atención: la casi total ausencia de animales en sus campiñas, apenas unas cuantas reses diseminadas y nada más… y, campos y campos de una planta desconocida por mí, muy alta, como si fueran tomateras pero en plan salvaje. Más tarde supe que era lúpulo. ¡Claro, lúpulo, cerveza… la famosa cerveza checa! Y es que hay que decir que Chequia tiene una fama bien ganada en esto de la cerveza, en la producción y en el consumo.

Praga, la ciudad de las torres. Mires por donde mires se levanta alguna torre. Torres de un corte especial, con un encanto que te hace sentir como en un cuento de hadas.
Calor, al llegar a Praga, el calor nos recibió descarado y desafiante. Y nosotros, sufridos turistas, aguantando el tipo como Dios manda. ¿Quién dijo que la vida del turista era fácil?

Una visita a pie de la ciudad, partiendo de la famosa Torre de La Pólvora, caminando por sus calles, muchas de ellas que desembocan en la Plaza del Ayuntamiento, sí, allí es donde está el famoso reloj astronómico. Reloj que no hay quien entienda, o sea, para saber la hora, mejor acercarse al que está en un lateral de la torre, porque el primero sólo es entendible por astrólogos y astrónomos, pero, una maravilla de reloj, ¡sí señor! He de confesar que lo imaginaba más grande, con mayor empaque, no sé… A las cuatro en punto de la tarde fuimos testigos de esa excursión que se marcan los apóstoles desde las ventanitas, y de la llamada de La Muerte y del canto del gallo… Estoy hablando del carillón del reloj astronómico. Y todos los turistas que allí estábamos, sacando fotos y aplaudiendo. ¡Ya ven, si somos como niños!

Muchísima gente. Al ser una ciudad “protegida”, los autobuses y coches (salvo excepciones) no pueden circular por el centro histórico. Y al igual que en Viena y Budapest, ¡tranvías! No había otra que patear la urbe. Terminamos cansados pero sorprendidos gratamente por lo que nuestros ojos veían.

En Praga, lo mismo que en Budapest y en Viena, también hay río, de los que marcan la vida de la ciudad. Aquí las aguas toman el nombre de Moldava.
Y la ciudad se divide en dos: Ciudad Nueva y Ciudad Vieja, aunque la primera… de nueva nada, que tiene sus cientos de años, no crean.

Praga nos concedió un día más, y eso era lo mejor del viaje, terminar con ella.

Seguro que todos ustedes habrán oído hablar del archifamoso cristal de Bohemia, ¿verdad? A cada paso había una tienda especializada en cristal de Bohemia. Pero no, yo no me arriesgue con el finísimo cristal.

También nos dimos una vuelta por el Barrio Judío, visitando algunas de sus sinagogas ( la más bonita, la llamada Sinagoga Española, que más bien parecía una mezquita, por la ornamentación), sus casas, sus tiendas…

Las vistas desde la parte alta son sorprendentes, verdes, azules, doradas…
El Barrio del Castillo guarda en su interior sorpresas para el visitante: El propio Castillo de Praga, sus patios de armas, sus salas donde desde una de ellas fueron arrojados por la ventana (defenestrados) por los nobles calvinistas (doctrina mayoritaria en Bohemia) los dignatarios del recién nombrado emperador Fernando II, católico, dando lugar así al comienzo de la Guerra de los Treinta Años, una de las tantas guerras de religión acontecidas en tierras europeas. Todo eso ocurrió en el siglo XVII.
También nos sorprenderá en este paseo por el Barrio del Castillo la magnífica catedral gótica, y sus callejas, sus casitas, en una de las cuales solía alojarse Kafka para escribir.

Decir Praga es decir Carlos IV, el rey más famoso de los checos. Carlos IV lo impregna todo con ese aroma carolingio que se traduce en Puente, puente sobre el río Moldava, en Universidad…
Y también es Wenceslao IV, otro de los reyes importantes. Bajo el reinado de este último tuvo lugar uno de los hechos que han marcado la historia checa: la insurrección husita. Juan Hus era un clérigo que se permitió criticar a la Iglesia, a las prebendas que ella mismo se concedía, a las licencias que se tomaba… y claro, eso, suele traducirse en escisión, en este caso en las “Guerras Husitas”.
Chequia, al contrario de Hungría y Austria, que son mayoritariamente católicas, es protestante, calvinista, husita, imagino que el rito judío seguirá practicándose, o simplemente agnóstica. El culto católico es escaso, pero existir, existe.

Tuvimos un día más para hacer una excursión a la ciudad-balneario de Karlovy Vary, que como su nombre indica, tiene mucho que ver con el ya nombrado rey Carlos. Cuenta la leyenda que un día andaba por aquellos pagos el rey con sus amigos de cacería, y que uno de los perros, al saltar sobre uno de los pequeños charcos cayó en él, y lo rescataron escaldado. Las aguas de aquella zona eran anormalmente calientes. De ahí a convertirse en lo que es hoy en día han pasado unos cuantos años.
Hasta allí han viajado y viajan personajes ilustres, a tomar las aguas, ya saben, que queda muy bien, ¿dónde va usted? A tomar las aguas.
Carl Marx estuvo en tan singular ciudad, siguiendo un tratamiento termal, rodeado de comodidades, mientras escribía su famoso “El Capital”, ¿qué les parece? Paradojas de la vida.
La ciudad preciosa. Construcciones que compiten entre ellas por ese glamour tan al estilo de la Costa Azul, de Biarritz… Las aguas, clasificadas en distintas temperaturas, se toman con unas jarritas especiales, que están en las manos de casi todo el mundo, grande o chico, y en los escaparates de todas las tiendas. Sí, me traje un par de ellas.

Y llegó el último día. Madrugón y a las siete de la mañana, supuestamente, de vuelta. Y digo supuestamente pues con esto de los aviones, ya se sabe.
Todo marchaba sobre ruedas. Y sobre ruedas se desplazaba nuestro airbus por la pista de despegue, haciendo ruido y todo, cuando, oh, cielos, el avión que frena, que da la vuelta y que nos devuelve al punto de partida. Nerviosismo entre el pasaje (no era para menos). Agua, zumos para calmar los ánimos y que tranquilos, que habían detectado un pequeño fallo técnico y que esperaban subsanarlo enseguida. Nada, por fin nos invitaron amablemente a descender del avión. Susto, miedo, incertidumbre… Unas horas de espera y al final, después de recoger nuestras maletas, nos trasladaron a un hotel de cinco estrellas junto a la terminal 1 del aeropuerto. Un día perdido. Y la incógnita, como una espada de Damocles, que pendía sobre nuestras cabezas: ¿volaríamos al día siguiente?

Y llegó el día siguiente, otro madrugón, otra vez el mismo proceso de facturación, seguridad, espera… y la hora de despegue que iba sufriendo retrasos, y los ánimos que se caldeaban… y que al fin sí, tarde pero embarcamos. Se imaginarán ustedes cómo estábamos: pilotando todos a una, como los de Fuente Obejuna (abro este paréntesis para hacer una pequeña referencia a la forma de escribir el nombre del pueblo cordobés, puede escribirse, y así está admitido por la RAE, tal y como lo he escrito o de las siguientes formas: Fuenteovejuna, Fuente Ovejuna). Al llegar a Bilbao, aplausos y más aplausos, y respiraciones de tranquilidad. ¡Uf!

Hace dos años se nos atravesó este viaje, ahora lo hemos podido hacer pero… con final raro. Aún así, yo, volvería a Praga.

Agradezco la atención prestada, aunque hayan sido pocos los chapoteadores, pero ya se sabe, estamos en verano, el calor, las vacaciones, la pereza…
Espero que hayan disfrutado con las fotos y la narración de estas Crónicas Viajeras.


*Creo que me he hecho un pequeño lío al colocar las fotos, por obra y gracia de los duendecillos del calor, seguro, así que ruego disculpas.
De la 5 a la 15 pertenecen a Karlovy Vary, el resto, son de Praga.
Gracias.


Fotos: Antonio y Edurne


























































































21 comentarios:

MRB dijo...

Edurne:
Me he gozado tu viaje, tus fotos y leer sobre todo tu bitácora. Me alegra que hayas disfrutado tanto ese pedazo de cielo que es hermoso a más no poder.

Como sincronía, mi última entrada de mi blog "bitácoras de viaje" estoy en Praga. Visítame y mira Praga con otros ojos: los míos.

Un placer leerte y saber que has vuelto llena de energía y ganas de compartir tus vivencias.

Abrazos.

http://bitacorasshanty.blogspot.com/

Ferran Porta dijo...

Pues sí señora, todo un viaje explicado con pelos y señales; muy bien, oiga!
Por cierto, en Praha estuvo un servidor hace la friolera de 13 años, y... ¿sabes cómo recuerdo la plaza del famoso reloj? como un poco de "cartón-piedra"! No sé, estaba todo como excesivamente bien puesto, ¿sabes que quiero decir? Me gusto, sí, pero... no sé, me pareció un pelín artificial.

El resto de la ciudad, genial
Y Karlovy Vary, en la lista de pendientes!

Unos cuantos muxus de feliz semana!

Edurne dijo...

SHANTY:
Qué casualidad, aunque bueno, tal vez desde que tú estuviste, ocho años ya, haya cambiado algo...
Un besito y gracias por tu chapoteo!

FERRAN:
Gràcies, incombustible!

Lo que apuntas de "cartón-piedra", puesss fíjate que yo tenía esa sensación de cuento, así que tal vez pueda ser lo mismo: artificialidad, no en el sentido estricto, pero sí en el de mantener el "chiringuito" siempre bien para las visitas.

Bueno, pues todavía me queda una Crónica del Foro y... paro!
Tengo una semana justa para ponerme a tono y volver al trabajo, así que... ralentizaré el ritmo de publicación.

Ya estás frente al Mare Nostrum de nuevo?

Hala, petons, molts petons!

Una ET en euskadi dijo...

Bueno viajera, como decís: el verano, la pereza y etc hicieron que me enganchara en el último punto de tu vieje.
¡Quién diría que sos profesora! y profesora de historia para más datos. Muy bien explicado, sí señor, hasta como se escribe Fuenteobejuna, explicó la chica (¿Lo habré escrito bien?)

Edurne dijo...

BIBI:
Nada, que el verano hace estragos, está claro, jejejeje!
Pues que me alegro de que te haya gustado este periplo centroeuropeo.
Nos vemos a la vuelta de la esquina!
Muxus!

MiLaGroS dijo...

Esto es un viaje como Dios manda. Gracias por compartirlo con los que nos hemos queddo sin vacaciones este año. Un beso. me alegro mucho

Edurne dijo...

MILAGROS:
Pues más me alegro yo de tu chapoeto, Milagros. Gracias por acercarte, tomarte la molestia de leer y comentar.
Besitos!

Ferran Porta dijo...

Estoylo, sí señora (¿cómo narices se escribirá "estoylo", si es que se puede escribir??). Por un tiempo, que el próximo período berlinés ya tiene fecha; me encanta vivir con un pie en cada una de "mis dos ciudades" :-)

Muxitos!

Edurne dijo...

FERRAN:
Suena raro eso de "estoylo", sí, pero creo que está bien escrito, al menos a mí me sale escribirlo así!

Bueno, pues ahora disfruta de tus vistas marítimas y después... Germanolandia!

Me ha gustado eso de "muxitos", jejeje!

Fermín Gámez dijo...

Hermosas fotos las que has tomado de Praga y buen texto que la acompaña.

Edurne dijo...

FERMÍN:
Praga es preciosa y se merece fotos y letras, tal vez mucho mejores que las mías, pero esta entrada es mi homenaje a tan bella ciudad.

Saludos y gracias por la visita!

Víctor Hugo dijo...

hola... estoy de vuelta al mundo virtual y he venido a tu orilla desde la imaginaria mía...

Has tomado unas fotos extraordinarias... hermosa ciudad es Praga y puedo apreciar un aire Bizantino...me ha gustado...
Te leeré con mas calma otro día ..
te dejo un abrazo desde el fin del mundo ... es decir desde Chile

VH

Edurne dijo...

VÍCTOR HUGO:
Bienvenido de nuevo a esta orilla Don Imaginario!

Me alegro de que te haya gustado lo que he mostrado en estas crónicas viajeras... tan distinto a tu periplo cubano, verdad?

Un abrazote!

María dijo...

Wauuuu!
Llegas empapadaimpregnada de la vieja europa.
Música y arte arrastras con el polvo del camino.
Luego vengo más despacio y leo todo-todito.

Muxus!

Edurne dijo...

MARÍA:
Ongi etorri polite!

Pues nada, empezaremos de nuevo asubir y bajar escaleras, a caminar orillas... que la rutina ya está aquí, a dos días de ná!

Muxus!

Luna Azul dijo...

Que envidia orillera, tengo pendiente el viajecito a Praga y a Budapest. Buenoooooo y a tantísimos sitios jajaja.
Todo un viaje y bien relatado y fotografiado.
Muxus

sinver dijo...

Hola, doña Edurne. Un inciso, aprovecho para corregirla. Una profe como usted no me puede decir que la escisión de Checoslovaquia acabó con dos paises llamados republica Checa y Eslovenia. Más bien Eslovaquia, ¿no? Ya se, ya se, que se equivocó escribiendo, pero bueno, no me resisto a corregirla :-) Era un oculto deseo infantil, corregir a la profe.
De Praga que decir, para mi, la ciudad más bonita de Europa. Usted se murió de calor, y yo de frío. Fuí en invierno, en el famoso puente de diciembre, y aunque me jarte de congelarme, creo que la nieve le dió un encanto especial a la ciudad. Y Carlovivari(no se si se escribe así) precioso. Lo del avión con el tiempo se olvida, y el cansancio de las caminatas... al final queda el recuerdo del viaje, y seguro que es bueno. Un saludo.

Edurne dijo...

LUNA AZUL:
Lo pensiente hay que cumplirlo, más tarde o más temprano...
Muxus!

SINVER:
Ayyyy, jajajajajaj! Qué razón tiene usted, pero sí, es un mero lapsus, Eslovenia, antigua Yugoslavia y Eslovaquia, antigua Checoslovaquia.
Mila esker por la corrección porque ni me había dado cuenta, ya ve usted!
Eslovaquia, capital Bratislava y Chequia, capital, Praga... Buenoooo! Oiga, no se lo diga a nadie, que ya no me van a creer! Jejejejeje!
Muxus!

Landahlauts dijo...

Qué maravilla de fotos! Esa ciudad merece una visita. Leyéndote y viendo tus fotos he recordado (y ahora mismo está sonando aquí) "Vltava" (que es el nombre en checo del río Moldava). Es uno de los seis poemas sinfónicos de "Má vlast" (Mi Patria), de Smetana. Una música digna de esas fotos.

El lúpulo, cuando se prepara la cerveza, tiene un olor muy particular. Como decimos en Andalucía: huele a "potaje mal aviao". Lo sé porque no muy lejos de la casa de mis padres está la fábrica de Cervezas Alhambra y me llega el olor según sople el viento.

Muxus!

Landahlauts dijo...

Por si lo quieres oír:
http://www.youtube.com/watch?v=LlLPLO90fSk

Edurne dijo...

LANDA:
Además de tener un humor especialísimo, de ser un super fotógrafo y demás... también eres un melómano de los de aúpa!
Gracias por la reseña, pero mañana la oiré, ahora estoy como para que me lleven a la cama en grúa! Jajajaja!
Así que el lúpulo huele a "potaje mal aviao"...! Uffff!
Muxus!