martes, 23 de mayo de 2017

BEATRIZ LA LOMBRIZ




Pues sí que era mala suerte eso de nacer tan arrastrada, tanto como a ras de suelo.
¿No había otro cuerpo libre en el reparto? No, había llegado tarde a la convocatoria y lo único que quedaba era un stock de lombrices de parque, de esas que salen a reptar después de un día lluvioso. Pues nada, no podía quedarse así, en el limbo de los que no llegan a ser ni una cosa ni otra, condenada a vagar por el éter. Tenía que asumir su nuevo karma.

¡Lombriz, ahora le tocaba ser una lombriz! No quedaba otra que adaptarse a la nueva situación. En sus otras vidas ya había sido casi de todo, pero todavía no había alcanzado el nivel suficiente para optar a un cuerpo humano, el que fuera, un niño, un adolescente rebelde, un adulto amargado, un viejito tranquilo… Cuando fue tigre de Bengala tuvo que soportar las burlas de todos sus compañeros por no querer atacar ni comer a ningún otro animal ni a ningún humano, a él le valía con comer hierbas y demás vegetales. ¿¡Dónde se había visto un tigre vegetariano!? Pues él lo era, ¡y a mucha honra!
Estaba convencido de que si practicaba la empatía con sus semejantes y los que no lo eran, su vida sería más tranquila, más feliz, y además acumularía puntos para poder escoger un mejor cuerpo en el que habitar en el reparto de su próxima vida.

Así estaban las cosas: su último ciclo vital había terminado. Ser una mariposa tropical tampoco estuvo tan mal, la única pena es que todo se le pasó en un suspiro, no le dio tiempo a disfrutar de casi nada. Eso sí, las pocas personas que se percataron de su existencia, admiraron la belleza de su cuerpo, los colores tan vivos de sus alas, el baile acompasado de su vuelo…

¡En fin! De nada valía quejarse, ahora en vez de volar le tocaba reptar. El panorama cambiaba radicalmente. Solo había que procurar que nadie te espachurrara, que no te comieran o que ningún aficionado a la pesca te viera y te utilizara de cebo para atrapar verdeles, merluzas o cualquier otro animal con escamas…

¡Y encima le habían hecho otro regalito, una miopía de tomo y lomo! Menos mal que en el lote venían las gafas. Se había visto reflejada en un charquito de parque y, vaya, no le quedaban tan mal, ¡hasta parecía una lombriz intelectual!

Su nueva familia resultó ser de lo más divertida, ¡la estaban esperando con una pancarta de bienvenida y todo! Se ve que el sistema de comunicación entre lombrices funcionaba a las mil maravillas. Ni siquiera le hizo falta explicar de dónde venía, lo sabían todo de ella. Tenían previsto hasta el último detalle. Su hermana más pequeña le regaló un libro de historias en las que los protagonistas eran todos animalitos. ¡Fue todo tan fácil!

Por las mañanas salían todos juntos a recorrer los caminitos del parque en busca de alimento. Mientras tanto, jugaban y se gastaban bromas, no paraban de reír… ¡Resultaba de lo más guay ser lombriz! Aprendió a reptar en un santiamén, parecía que lo hubiera hecho toda la vida. Se estiraba y encogía como un acordeón, no dejaba de alucinar, ¡parecía que se había subido a una montaña rusa!

Decididamente le gustaba ser una lombriz. Tenía pensado montar una pequeña escuelita para lombrices preescolares, para enseñarles a leer, porque ya se sabe, en esta vida, el saber no ocupa lugar y hay que estar preparado para cualquier situación. Tal vez esa también podría ser una forma de ir acumulando puntos para el próximo reparto de vidas…

¡De momento, a disfrutar! Porque reptar era parecido a patinar: zisszass zisszass…


Imagen: Internet. Texto: Edurne

6 comentarios:

Ishtar dijo...

Qué graciosa la amiga Beatriz! Y que bien que le esté gustando su nueva vida, lo principal es deslizarse con garbo. Me ha recordado al principio del libro de David Safier "Maldito Karma"

Beatriz por esos mundos subterráneos, queremos saber más ... :)

Un besitomusu!

Myriam dijo...

Cada vida vivida otorga experiencias y
de ser posible, crecimiento. Y no importa lo que se sea,
lo que importa es SERLO plenamente.

Simpática tu lombriz, antes tigre vegetariano.

Besotes
eta besarkadak

Bertha dijo...

Pero ella es feliz ,no importa la forma que tenga; si lo de fuera no deja de ser un adorno, lo importante es que te sientas a gusto contigo misma.

Me encanta esta metamorfosis porque es feliz Beatriz: hasta el nombre le queda como anillo al dedo.

-Pre-evaluación:dolor de cabeza, etc etc:¿que tal lo llevas seño?

Un fuerte abrazo Edurne

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué maravilloso relato de la felicidad.
Besos.

Edurne dijo...

ISHTAR:
Muy graciosa, sí, con buena actitud frente a los avatares de la vida.
No he leído nada de Safier...

Muxutxuak polite!
;)

MYRIAM:
Sí, muy simpática y adaptable ella...

Muxutxuak eta besarkadak!
;)

Edurne dijo...

BERTHA:
Lo importante es ser feliz con lo que tenemos, cono lo que somos y cómo somos...
esta historia nos ha dado para trabajar muchas cosas en clase.

Mucho estrés, mucho.
¡Ánimo y al lío!
Abarzosss
;)

PEDRO:
¿La felicidad, ay, la felicidad!
Dichosa esta pequeña lombriz que parece muy feliz con cada uno de sus estados...

¡Besos y a procurar ser felices!
:)