Aitatxu mío:
Ya has marcado la
distancia. Llevas ocho días caminando por esos nuevos pasillos que estrenaste
el viernes. Corro y corro tras de ti, pero no puedo alcanzarte.
Ocho días, y me has
dejado sin las palabras que tanto necesito decirte. En su lugar solo encuentro
lágrimas, y ese recuerdo agridulce de tus últimas horas, cuando nos agarrabas
las manos, cuando nos mirabas con esos ojos llenos de amor, y nos decías, con esa
voz que se te quedó atascada, cuánto nos querías, que éramos tu vida… Aún
resuena en mi cabeza ese irrintzi mudo que quisiste dedicarnos como muestra de
todo lo que querías decirnos, y que todos sabíamos.
Una semana llevo queriendo
hablarte, pero te busco por dentro, te busco por fuera, y solo me sale este
grito ahogado, este llanto atormentado, y tu nombre: ¡AITA! ¡AITA! ¡AITA!
No tengo consuelo, no
ahora, y tú lo sabes. Me pasaste el testigo en todas esas noches intensas de
miedos y angustias que vivimos juntos, y hasta el último día me miraste con
fuerza, apretando mi mano, dándome tu valor, tu coraje… Querías ocultar mis
lágrimas, que asomaban sin pedir permiso, con tus besos y diciéndome: “Edurnita,
sé fuerte que eres la niña de mis ojos…”
No puedo contener esas
lágrimas. Ahora me he convertido en un manantial que inunda todo lo que mira,
todo lo que toca… y en todo estás tú, aita, en todo. Me has dado 54 años llenos
de amor, desde antes de que aquella niña llorona que yo era asomara por este
mundo, hasta las seis de la mañana del viernes 24 en que, aferrado a mi mano,
echaste a correr y me dejaste atrás, llamándote, diciéndote: “¡Espera, espera…!”
Los dos sabíamos que te iba a acompañar en tu último paseo. Salimos a ese
pasillo como tantas otras veces, pero, tú ya no volviste…
Y ahora me siento
vacía, aunque estoy llena, llena de todo lo que me has dado y me has enseñado. Estate
tranquilo, no te voy a fallar, lo sabes, voy a cuidar de ellos, de amatxu y de
Aitor, y ellos de mí. Tú nos proteges, ahora eres la energía que nos mueve.
No querías marcharte,
todo lo que has hecho hasta el final, con los esfuerzos que te suponía, todo,
lo has hecho por nosotros, y sin quejarte ni un ápice, como un niño bueno. ¡Has sido un auténtico txapeldun! Pero
tu cuerpo ya no podía más, querías descansar. Lo decías todas las noches: “¡Hala,
vamos a descansar, a ver si os dejo descansar…!” Ahora ya estás descansando, aita. Y tenemos
que dejarte partir…
Dicen que el lunes, en
tu funeral, puse a media iglesia a llorar, y a la otra media a punto. Pero todo
lo que dije, lo poco que dije, era lo que mi corazón decía, era la verdad, era
lo que tú eras, lo que eres, porque siempre seguirás vivo en nosotros, que
hemos sido agraciados por tenerte en nuestras vidas. Eskerrik asko, aita,
eskerrik asko danagatik!
No corras tanto, aita,
espera, que tengo miedo, que tengo frío y está muy oscuro sin tu luz, deja que
te acompañe un ratito más…
Foto,
carta, lágrimas, rabia, impotencia, tristeza,
ahogo…: Edurne
27 comentarios:
Mi aita falleció el pasado viernes 24 de enero, después de un proceso devastador.
Al fin está descansando, pero nosotros tenemos que recomponer este puzzle que ha quedado completamente desarmado...
Lo conseguiremos, poco a poco y con su ayuda, porque él nos ha enseñado a navegar sin perder el norte entre las más terribles tormentas.
Goian bego!
Lo siento muchísimo, amiga.
Te acompaño en tu dolor.
Un abrazo enorme.
Todo mi apoyo y mi cariño en estos momentos dolorosos que os toca vivir por la ausencia de tu aita. Él ya está descansando y ahora, poquito a poco, vosotros tenéis que iros recomponiendo, marcando bien el paso, guardando con celo esos hermosos recuerdos que os ha dejado.
Un beso muy fuerte y un cálido abrazo lleno de cariño y amistad.
Mis condolencias Edurne.Son momentos de vivir vuestro duelo, tu aita ya descansa.Todo ira volviendo a su cauce,os deseo mucha paz.
Besos cuídate.
No hay una sola palabra que pueda decirte para mitigar este dolor...solo que por experiencia propia se que los seres amados nunca se van del todo...quedan en nosotros...y , a veces vienen de visita a nuestros sueños...sobre todo cuando nos hacen mucha falta....beso y abrazo Edurne...y no te prives de llorar...por que tu Aita merece ser llorado...
Te acompaño Edurne en el dolor y te abrazo muy, muy fuerte. Tomará tiempos recomponer el puzle, pero lo lograrás, lo lograrán.
Te mandó mi abrazo y mi cariño.
Besos.
Edurne, anoche entré, te lei y no pude comentar.
Que decir cuando sé que ese dolor que sientes nada te lo puede mitigar.
Cuando murió mi madre un compañero me dijo: lo único que puedo hacer por ti es ofrecerte mi hombro para llorar.
Y eso es lo que te digo yo a ti.
Un fuerte abrazo y todo mi cariño para ti y los tuyos.
Un abrazo fortísimo desde mi orilla para vuestro desconsuelo.
Ángeles
Otra vez Edurne, otra vez se acaba de ir mi padre. Otra vez lo recuerdo en su último paseo por el pasillo detrás de una enfermera no sé a qué prueba. Otra vez la cara de dolor de los últimos días. Otra vez Edurne.
Y otra vez las lágrimas, éstas nunca se van, siempre andan al acecho para derramarse tras la marcha de todos los aitas, de todos los padres.
Se calmará el dolor, sí, el tiempo es la mejor tirita, pero sólo será una ilusión, cualquier gesto, olor, color, objeto, o marcha de otro aita, convertirá tu calma en congoja, porque la pena siempre formará parte de ti, agazapada en cualquier rincón de tu alma, pero sin dejar de latir.
Otra vez Edurne, otra vez nada que decir para aliviar tu pena, sólo recordarte que me llevas a tu lado, sólo mueve tu mano y te encontrarás con la mía.
Besos.
Lo siento, amiga. Es terrible lo del proceso devastador. Un abrazo
Mi muy querida Edurne:
No busques lo que no existe, pues en mi caso han pasado 42 años y sigue ese vacío que no conforta ni siquiera la pátina del tiempo.
Se nos ha dado la vida encadenada; somos eslabones de una cadena que se pierde en el tiempo aunque sólo recordemos al que nos precedía. Para siempre nos faltará su asidero, pero tenemos que pensar que nosotros lo somos para nuestros descendientes y así infinitamente.
Se te habrán quedado montones de cosas sin decirte, como nos pasa a todos y a él le sucedería de igual modo con su aita. Me consta que le has dado todo, que te has dado tú misma, al igual que tu hermano, y es ahí donde está el consuelo, en el amor que es imperecedero.
Habla con él, cuéntale lo mucho que le extrañas y cuánto lo necesitas. En tal situación, volverás a llorar, pero creerás haber oído su consuelo o cómo pasa su mano por tu cabeza acariciándote. El está ahora en otra dimensión fuera de nuestro alcance, pero nosotros sí que lo estamos para su percepción. ¡Ánimo!
No se que decir...
Se por lo que estas pasando y lo siento muchísimo.
Tan solo que si me meto en los zapatos de tu Aita y puesto que todos nos tendremos que marchar algún día no se me ocurre mejor manera que en compañía y de la mano de las personas que te quieren profundamente.
Es lo que quiero para mi.
El vacío nunca se llenara y así es como debe ser, las lágrimas que derramamos riegan nuestro árbol de la vida y el dolor que sentimos lo abona con una fortaleza renovada.
Llora y no olvides nunca.
Un abrazo.
Edurne, te mando un abrazo bien fuerte, con toda mi energía. No hacen falta más palabras.
lo siento mucho amiga, te dejo beso grande
Un abrazo, Edurne.
Todo vuelve a ser... ya nunca igual, pero todo vuelve a ser. Mi padre murió hace menos de un año y es extraño el mundo después... pero todo vuelve a ser, aunque ya nunca es lo mismo.
Mi abrazo... siempre mi abrazo.
Siento no haber podido leer esta entrada tuya antes.
Un beso, Edurne, un beso y un abrazo.
Edurne: Lo siento mucho , acabo de leer tu triste y bella entrada. Ojalá cuando me muera alguien me escriba una carta como la tuya y alguien me quiera y me lleve en su corazón el resto de los días de su vida, pero con no con dolor, sino con la alegría de haber compartido la vida...Has tenido suerte de tenerle y él de tenerte a ti.
Besos
Acabo de leer esta entrada, no sabía nada. Estoy con Gómez cuando dice que desearía que alguien sintiese por mi algo como lo que has escrito.
Quizá nos veamos mañana. Un abrazo muy fuerte y muchos ánimos.
Mari Cruz
Han pasado ya veinticinco años desde que el mío me dejó. El tiempo mitiga, pero siempre el dolor de alguien cercanos nos recuerda el nuestro. Esto me ha sucedido hoy contigo. Lo siento y espero que aprendas a sobrellevarlo. Un fuerte abrazo desde mi mejana
pues aquí te acompaño con lagrimas en los ojos yo también. siento mucho lo que estaréis pasando. Mi yaya, mi segunda madre se fue en agosto y aún duele mucho, pero sé fuerte, podrás recomponer el puzzle aunque duela
Un abrazo enorme
Edurne, un abrazo.
Te deseo tiempo y muchas hojas en blanco donde poder escribir...
Lo siento y acompaño en el sentimiento. Y es una bonita entrada.
Hola Edurne siento lo de tu padre y espero que el tiempo palíe tu dolor. Un abrazo Irune
INFINITAS GRACIAS A TODOS LOS QUE HABÉIS PASADO POR AQUÍ PARA DEJARME VUESTRO CARIÑO, ÁNIMO Y APOYO.
¡GRACIAS, MUCHÍSIMAS GRACIAS!
ESKERRIK ASKO!
;)
Lo siento mucho Edurne.
Besos.
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