Juego de nubes al alba azul
y dorada de la mañana.
Espumas y conchas que reposan
en la orilla de mis pasos dormidos,
vienen a traerme fresca
la brisa y cálida la hora
de la partida.
Esta hora de despedida,
este adiós de la amanecida...
Despierto mi cuerpo,
despierto mi alma,
quieta,
callada...
Y dejo que entre en mí
toda la fuerza del canto
de este mar doliente.
Cormoranes, pececillos
de mil colores,
caracolas y corales...
que agarrados a mí,
viajarán en mi maleta
de los recuerdos,
en mi corazón transeúnte,
latiendo con mi sangre.
Pintura: Aitor Texto: Edurne
3 comentarios:
Tod eso me llevaba yo en mi maleta.
Todo eso y mucho más!
Pero, ah, los hados son los que disponen del destino, y héte aquí, que la maleta... tal cual fue, así volvió!
Menos mal que las ilusiones siguen intactas, y la sonrisa...
Y los pececillos de colores, vivitos y coleando!
me da que donde tú pones tu maleta ahí está tu hogar y que viaja mucho y que está repleta y que de ella sacas todos los días albas azules y doradas mirando o no al mar.
Pues va a ser que tiene usted razón, que mi maleta y yo vamos y venimos con toda una carga de emociones de un sitio a otro, y que sí, que allá donde la plantamos, levantamos la carpa del lar.
Muy bonita tu apreciación, muy bonita...
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