Palabras de sal entre la bruma
de la mar.
Calor que evapora la magia,
y la eleva hasta el raso
del cielo eterno,
donde vigila el juego de
nuestros encuentros.
Palabras de espuma entre los minúsculos
granos de arena.
Calor que enciende la hoguera
de la casa dormida,
desde donde llama la voz
de la vida.
Palabras que se enredan entre la madeja
de tus besos.
Besos trenzados con prisa
de tarde encendida.
Palabras.
Calor en mi cuerpo,
calor en mi sueño...
Calor que busca el agua
del manatial de tu risa.
Pintura: Aitor Texto: Edurne
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4 comentarios:
Toc-toc ... Da Ud. su permiso??
Seguí el aroma, confieso, no sin intención, de un comentario en "locotidiano". Cual minino, fuí trás el aroma de la tibia crema, que me condujo hasta esa vuestra ventana.
Confío no me juzguéis golosa. Es que ... si ponéis en vuestro alfeizar tales cosas ....
Saludos
Avanti, avanti, Lady golosa!
Cofieso que yo también merodeo por su esquina enverso, y que hasta ganas de sentarme en sus sillas de plazoletas urbanas me entran!
Después de esta amable intrusión, es seguro que lo haré!
Saluditos y bienvenue a esta pequeña orilla...
tus palabras me sugieren una playa con olor a salitre, calor del sol y encuentros de besos, todo ello aderezado con palabras (denuevo) y con risas. Muy sugerente y muy de agradecer en esta tarde gris de otoño, no por ello menos apetecible de disfrutar.
Hombre, yo no es que vaya la playa en otoño, pero ya me doy unos paseos virtuales y soñadores por orillas de acá y de acullá, que relaja una barbarité, ya lo creo!
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