¡Oh, cielos!
Siempre me pillan así, de "pasaba por aquí".
Siempre me pillan a eso de las ocho: las de la mañana, las de la anochecida...
Cielos que vienen y van. Cielos que rompen aguas, que rasgan vestiduras.
Cielos de algodón.
Dulces, densos, cielos de pacotilla.
Amargos, tenebrosos, cielos de miedo.
¡Oh, cielos! Y yo con estos pelos.
Un segundo, una nube, una vida. Un segundo y todo cambia.
¿Detrás de qué, de quién, correrán las nubes?
Detrás de una ilusión, del día que muere sin remedio...
Y tú... ¿detrás de qué corres?
Siempre me pillan así... ¡estos cielos!
Foto y texto: Edurne
2 comentarios:
oh cielos!! no me importa que me pilles siempre; me gustas así, dulce y cariñoso a veces, y a veces incomprensible y tenebroso. Sí, sí, no te hagas el loco!! pues claro que corro detras de ti.
Los cielos están ahí para hacerse un poco los locos,para confundirnos con sus cambios de humor, para sorprendernos con sus filigranas, con sus colores y arrebatos...
Oh, cielos Leoncio!
Siempre hay quien te dice que te pasas la vida mirando al cielo (que no es lo mismo que estar en Babia, que por cierto, ni idea de dónde está la tal Babia...!)
Pero el cielo, los cielos, uno y tantos a la vez... qué bonito paisaje, qué poema de nubes!
Bóveda celestial, oscuro firmamento lleno de estrellas, pabellón infinito, morada del Astro Rey, de la enigmática Luna...
Pues claro que hay que correr detrás de él!
Besos luneros y cascabeleros.
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