viernes, 9 de mayo de 2008

ROJO BURDEOS


El regio tapiz que amortiguaba los pasos de todo aquel que entraba en la estancia, quedó teñido con el rojo de la sangre que manaba de la herida abierta, justo en el centro de su inmaculado pecho. Su blanca carne apareció ante los ojos del verdugo como un rubí rutilante y tembloroso…

Nunca hubieran imaginado que ése pudiera ser el fin. Sir Anthony, aún excitado como un caballo tras una larga carrera, sostenía en su mano derecha la daga con la que acababa de herir mortalmente a su joven esposa. Y Lady Catherine sujetaba con su pequeña mano esa vida que se le escapaba mientras su mirada interrogante no se apartaba de la de su marido.

El fuego chisporroteaba en la chimenea haciendo que la escena fuera más fuerte y violenta si cabe. Una copa en el suelo, a los pies de la dama, y el rojo vino derramado, confirmaban que la muerte no estaba esperando para llevarla esa noche. Las botas de Sir Anthony estaban sucias y el suelo había quedado manchado con un polvillo de arcilla que parecía indicar un camino extraviado.

Como todos los días al atardecer y antes del crepúsculo, cuando el sol iniciaba su retirada, Lady Catherine esperaba a su marido. Éste se demoraba después de la cena un buen rato en dar las órdenes pertinentes para el buen funcionamiento de la casa y la hacienda; en poner al día los acontecimientos de la jornada; en darse una vuelta por las caballerizas… O en departir amigablemente con algún invitado que hubiera honrado su casa aquel día.

Su esposa solía esperarlo en la amplia estancia de la torre, donde tenía la habitación conyugal. Lo esperaba leyendo junto a la chimenea y con dos copas del vino más rojo de sus viñedos… Leía, y como el atardecer en aquella época del año ya empezaba a ser frío, se cubría con una fina bata de terciopelo carmesí. El sol había caído hacía poco y en el cielo quedaba, como un rescoldo, el luminoso testimonio de su reinado. Recortados en el horizonte podían verse los extensos viñedos que daban fama a sus vinos, los mejores y más afamados de la región.

La joven Lady Catherine era la única hija de un lord venido a menos a causa de su magnanimidad, y ella había heredado el corazón de su progenitor. Huérfana desde los cinco años, se crió con su padre y el viejo tío Thomas. Su belleza, según iba creciendo, era comentario obligado en todas partes. Sir Anthony quedó prendado de ella un año antes, cuando coincidieron en la fiesta de la vendimia. Desde entonces sus corazones se buscaron hasta que Lord Brahanm accedió a entregar su hija en matrimonio.
Nada enturbiaba la paz, la armonía de la casa, era un matrimonio perfecto, se adoraban y todo el mundo los quería.

Sir Anthony volvió a mirar su daga ensangrentada, teñida del rojo de ese corazón amado. Sus ojos, enloquecidos por el dolor del crimen cometido, paseaban de una a otra esquina de la pieza: del tapiz profanado, del crepitar del fuego, al cobrizo tono de la noche. Del débil aliento de su esposa a su blanca mano luchando por retenerlo…

Había cabalgado durante largo rato después de la cena. Había cabalgado para borrar de su mente las palabras oídas furtivamente, al azar, por casualidad… En su rutina diaria de pasar por las caballerizas escuchó cómo dos mozos hablaban mientras cepillaban unas yeguas. Alguien nombró a su esposa, alguien nombró al Marqués de Saint- Lázare…

No sabe qué ocurrió, no sabe por qué ese nombre entró en su cabeza, en su corazón, como un puñal, como un veneno. Ensilló su caballo y salió al galope. Se adentró en los viñedos destrozando las verdes y doradas uvas… Bramando por dentro. La furia salía como rayos hirientes por sus ojos, y el púrpura de su capa se confundía con el de su dolor. Dio la vuelta y sin pensarlo, irrumpió en la habitación, en el sagrado oráculo de sus noches, con la daga desenvainada. No vio, no sintió, sólo ejecutó las órdenes de su corazón desbocado, descargó la cólera de sus entrañas…

Se derrumbó, cayó junto al cuerpo inerte de su amada. Lloró. Y todo se volvió rojo.

Pintura: Lourdes, mi Blondigemela Texto: Edurne


22 comentarios:

Cecy dijo...

Orillera, que texto tan fuerte como el rojo intenso, me has dejado muda, amiga.
Me gusto muchisimo.

besotes

Anónimo dijo...

aiiiii y porque no se fué en busca del otro??? que igual se hubiera defendido lñes

Pero muy guay el texto

Edurne dijo...

CECY:
Pues mira, lo terminé de escribir el jueves, aunque estaba empezado desde quince días antes... y nada, me dió trágica, un drama, ya te digo! Jajajajaja! Pero eso sí, rojo, rojísimooooo!
Tu color, no?
Besotes, linda!

MAITE:
También tienes razón, podía haber ido a buscar al Marqués, o pedir explicaciones a la dama, pero... nada, que se me volvió loco!
Seguro que su abogado alegaría enajenación mental transitoria debida a los celos, al exceso de amor... Buenooooo!
Besitos y me alegro que te haya gustado!

Anónimo dijo...

eso como el libro que me estoy leyendo, a la primera de cambio se cargan al chucho, si vale, cojo de una pata, pero pobre perroooooo

Para que me lo meten en el libro si ahora me lo quitan.... Nada que aparqué el libro porque no quería seguir sin "Brincos"

bettylalinda dijo...

que relato amiga!!! casi,casi, estoy metida en la sala viendo como se comete el asesinato!!ahora, bien que este Sir Anthony podría haber pedido explicaciones antes no?? que es eso de andar repartiendo puñaladas a troche y moche?? y el dialogo?? y la confianza en su esposa?? jajajaja, bueno, eso quedara para otra historia, por ende...queremos mas!!!!
besos

Anónimo dijo...

Hay que ver el genio que se gastan unos, como para andarse con bromas con el señor de la daga. Ya veo que las locuras se pagan y no sólo la víctima, en esta ocasión la dama, sino también el verdugo que pierde la posibilidad del reencuentro.
Bueno, lo he pasado bien con este relato de caballeros andantes.

Un abrazo; sin daga...

Maricruz dijo...

Pues yo qué te diría, querida Edurne, con mi tinte defesorademujeres lo primero que se me ocurre es que siempre pasa lo mismo, que primero las matan a ellas en vez de suicidarse directamente o de matar al posible amante por ejemplo. Pero nada hija, que el amor debe ser pasión y posesión y no entrega y sensibilidad. ¡Qué le vamos a hacer!! Ahora, buenísimo el texto, no me extraña viniendo de donde viene y con la inspiración de la pintura que también me se de quién eees...

Congratulations milady

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Muy bueno, Edurne, desconocía tus dotes de autora de suspense, engancha hasta el final aunque el final se conozca desde el principio
Me gustó mucho

¿Soy Yo? dijo...

uhhhhhhhhhhhhhh excelente excelente


pero que habra escuchado???
a ese no se le podria decir un no porque te descartaba en 1 segundo un loco barbaro.

pobre mina le habra dicho el porque cuando la ejecuto???

muy muy buen texto muy bueno.

¿Soy Yo? dijo...

JJAJAJAJAJ!!! mira si los tipos estaban diciendo: a esta yegua le voy a poner el nombre de... (no me acuerdo el nombre) y el otro que justo pasaba por ahi escucho: se la voy a poner a la yegua de... y se enloquecio y salio como una loca en busca de la pobre mina que no tenia ni la minima culpa/responsabilidad
ajajajjajaja un verdadero loco.

Edurne dijo...

MAITE:
Es que algunos disfrutan matando a todo el mundo, hasta al apuntador! Jejejeje!

BETTY:
Ya, ya vemos, el tipo en cuestión se volvió loco y ni se dio tiempo para pensarlo... ziss zass!
Un poco arrebatado, no?
Ya veremos lo próximo...
Besitos.

Edurne dijo...

FERNANDO:
Si es que a algunos no se les puede preguntar nada, ni la hora...!
Ves como las armas tienen mucho peligro? Es lo que tiene tener una daga a mano...!
Saluditos.

MARICRUCHI:
"La maté porque era mía!" Seguro que pensó que podía disponer de su vida así, sin ningún problema.
Que me vuelvo loco de celos? Pues nada, unas puñaladitas por aquí, por allí y listo!
Y claro, ellos, ná de ná!
Se ve que la cosa viene de lejos...

Recuerdas que el jueves dije que lo iba a "colgar" y que me acababa de venir a la cabeza qué pintura iba a poner...? Pues eso, como ya me gustó el caballero, le pedí permiso a mi gemelilla hace tiempo para usar alguna de sus pinturas... y aquí, que ni pintado (que sí, que pintado está!) Jajajaja!
Muxus!

Edurne dijo...

BIBI:
Pues nada, me tendré que dedicar al género del suspense medieval.. jejejeje!
Me alegra que te gustara!
Muxus!

POLLITO:
Vaya usted a saber.. lo mismo tenés razón y el tipo se confundió totalmente, se le cruzaron los cables y la lió pero bien liada!
Nada, ni hablar, ni preguntar a nadie... él solo con su locura, con su imaginación desbordada y hala... pimpampum, se acabó!
Por si las flys ni te acerques a él...!
Saluditos!

Juan de la Cruz Olariaga dijo...

Que hermoso texto, que bien redactado, me fue llevando sin pausa. Me encantó. Solo un par de nombre escuchó, y sus celos e inseguridad hicieron el resto. Mi querida esto tan bien redactado, es casi historia de todos los días en este mundo que vivimos. Hermoso, me encantó, creo que se debe continuar. Un beso enorme.

Edurne dijo...

JUAN:
Ah, mira que ya te echaba en falta por esta orilla...!
Lamentablemente esto es el pan nuestro de cada día; y lo bueno de esta historia con tintes tan rojos es que es mentira... al menos una vez, es mentira!
Me alegro de que te gustara!
Un beso enorme también para ti!

Anónimo dijo...

un sobresalto gemelillo al ver al caballero rojo burdeos... ay!!!,
continuará...

Anónimo dijo...

sólo espero que por lo menos en la habitación de la dama estuviese victorioso y jadeante el Marqués de Saint- Lázare... Vaya caballero de pacotilla, el anthony, haciendo caso a las charlas de las caballerizas. Corazones así, tan voluptuosos y rojos, no gracias, me quedo con corazones más tranquilos en pechos de plata jejeje.

Edurne dijo...

BLONDIGEMELA:
Sabía yo que te iba agustar encontarte con tu caballero plateado por la orilla.. a que queda chulo, eh?

Bueno, pues si te digo la verdad, tengo mis grandes dudas acerca del affaire entre el tal Saint- Lázare y Lady Catherine, más bien creo que sir Anthony es un caballero de pacotilla, como tú bien dices, y que se le subió el Burdeos a la cabeza y... la lió, querida, y cómo la lió!
En fin, el jueves lo oirás de mi propia voz.
Ahora estoy con el otro cuento, con el blanco...
Hasta el miércoles!

EmPapeLada dijo...

Los celos (los VERDADEROS celos), nos pueden llevar a cometer los más atroces crímenes SÍ Y SÓLO SÍ nos dejamos dominar por ellos.

Buena historia. Pero llevando esto a la vida real, en la actualidad, no sé si en esa época se daría, pero el caballero pasaría mínimo 20 años en prisión acusado de homicidio culposo, se arruinaría la vida, por culpa de alguien que no se lo merece (si en caso, la infidelidad fuera cierta ¿verdad?, supongo que lo habrá comprobado antes de matarla, porque dejarse llevar por rumorcillos...).

Mejor la hubiera dejado, se hubieran divorciado y tatatán! Yo por eso dudo en casarme...

Gero arte Edurnetxu!

Edurne dijo...

TXANA:
Huyyy, en esa época seguro que no le pasaba ná de ná... una locura y listo!
Además que ya digo, la dama para nada que le fue infiel, eso fue un episodio de enajenación que le dio al tipo, no sé muy bien pourquoi, pero que le dio y mira la que montó!
Y tristemente estos sucesos son el pan nuestro de cada día.. hasta cuándo? Ayyyyy!
Muak muak!

sinver dijo...

Es curioso, pues en cierto texto que estoy acabando podría tener cierta conexión... mejor no adelantamos acontecimientos. Pues nada, si los hombres somos igual de asnos mentales desde hace, hace, hace mucho tiempo... el cuadrete ese debe ser sin duda de alguna artista talentosa en ciernes,... Viva el talento pictórico

Edurne dijo...

Que sí, don Sinver, que la foto del cuadrito en cuestión es de aquel día en el molino, y a la pintora pues... que ya la conocemos!