martes, 13 de enero de 2009

MARTES Y TRECE


Dicen que en martes y trece “ni te cases, ni te embarques”.
Bueno, de momento no está en mis planes para el día de hoy, ni lo uno, ni lo otro, así que tranquilos, no preocuparse.

Dicen que el trece es número gafe, nefasto, número de los de no andarse con bromas con él. Lo dicen los supersticiosos, que hasta para decirlo, llamarlo, numerarlo... se las ingenian y dicen aquello de “doce más uno”. ¡Paparruchas!, con todos mis respetos para quienes se sientan incómodos ante la sola visión o perspectiva de tener que nombrarlo.

TRECE / 13 / TRECE / 13 / TRECE / 13 / TRECE / 13…

Dicen que dicen… ¡Dicen tantas cosas!

A mí se me antoja número de la suerte, no sé, mágico tal vez, aunque mi número es otro (del que ya sabrán en su momento). Y se me antoja precursor de cosas fantásticas, o cuando menos, curiosas, graciosas, extrañas.

Y yo digo que el trece es como el que aquí les presento, un trece con casa, con espacio propio, con una puerta que esconde, que oculta y protege de la vista de curiosos y malintencionados; con una puerta que se cierra y, una puerta que también se abre. Tan sólo hay que empujar, atreverse y abrir, mirar…
De puertas adentro. De puertas afuera.
¿Quién se atreve con el trece?

“Había perdido las llaves de casa, y cuando llegó, la puerta estaba cerrada. Extraño. Llamó, pero nadie contestó. A esa hora, la del almuerzo, siempre había alguien en casa y la puerta se mantenía entreabierta entre las dos y las tres menos cuarto para todos los miembros de la familia que iban llegando. Miró el reloj del ayuntamiento, el de su muñeca, el de la torre de la iglesia…Eran las dos y veinte. Volvió a llamar. Nada. Pegó la oreja a la puerta y trató de escudriñar en el silencio. Y es lo único que obtuvo: silencio, vacío. Nada. Rebuscó en los bolsillos del pantalón: un pañuelo sucio y arrugado, tres monedas de dos céntimos, un billete de cinco euros, un clip roñoso, dos caramelos de menta, un chicle de hace tiempo… pero ni rastro de las llaves de casa. Miró hacia arriba, y entonces se fijó, aquél no era el número de su casa, observó las muescas en el quicio, no había duda, era la puerta de toda la vida. Estaba ante la puerta de su casa, en la plaza de su pueblo, junto a la licorería de Andrés, pero… no era su casa.”

Foto y Texto: Edurne

29 comentarios:

silvia dijo...

ahí va! menudo descoloque tiene que tener el tipo en cuestión...y digo yo, ¿esto tiene continuará o ahí se las componga cada cual con el the end? la licorería, dices?
a mí el trece me mola...
muxu asko (zenbat idatzi duzu... amatxo maitia! txakur polita, benetan!)

Landahlauts dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cecy dijo...

El cuentito inquietante me gusto, porque me hizo pensar en varias cosas al mismo tiempo, como posibilidades de que pudo haber ocurrido. Y quizas solo fue producto todo de su imaginacion.
Je

No tengo una licoreria a mano, jaajajaaj

Amiga, el TRECE, 13.

es mi número favorito, asi que le digan lo que quieran, mejor, asi es solo mio, bue... te lo presto porque eres mi amiga.

Besos Orillera hermosa.

Landahlauts dijo...

Resulta inquietante esa puerta cerrada y ese silencio de soledad. Yo... me preocuparía. Quizás... no viva ya ahí... quizás los suyos no están ya ahí...

Me gustó.

A mi me da igual todas esas supersticiones. No me creo ninguna. Conocí a alguien que era muy supersticioso y se murió un martes trece. Es lo que tiene...

Ainhoa dijo...

Qué horror, te imaginas que te pasa a ti? Bueno, vamos a ver que nos depara el martes y 13, de momento aquí llueve sin parar. Ayer se derritió toda la nieve.

Ferran Porta dijo...

Me gusta tu visión del 13, claro que sí! A mi me encanta desmontar supersticiones, léase pasar por debajo de escaleras, sonreir cuando me pasa por delante un gato negro... incluso embarcarme en un día 13! (¿vale "embarcarse en una aventura?)

Angustiosa , la historia del tipo. Como Silvia, me pregunto si nos contarás qué sucede en otro capítulo. ¡Necesito saberlo!

Muxu bat, orillera!

Anónimo dijo...

Hace tiempo que decidí que no iba a dejarme llevar por las supersticiones. Nunca lo fuí excesivamente, pero solía tener cuidado con esto o aquello... por sea caso.
Te vás a reir, pero en una antigua serie de tv "kungFú", el maestro le dijo al alunno:"Las supersticiones son como las olas del mar, si las temes, te arrastran..." y me dije, se acabó!

Interesante relato. A mi personalmente me ha provocado cierta sensación de angustia e inquietud.

Gracias por visitar mi blog. Siento no venir más a menudo, no siempre me es posible.

Un besazo

Nerim dijo...

Nunca he creído en supersticiones de ningún tipo, es más, hoy sería el cumple de mi amatxu si viviera.A lo mejor es que por ese motivo el "trece" nunca nos ha asustado a nadie en casa.
En cuanto a la puerta, todo es mental mi querida Edurne, uno se abre y se cierra las puertas dependiendo si consideramos que necesitamos un premio o un castigo quizás por algo que sucedió ayer?

Un beso y un fuerte abrazo

Libertad dijo...

Hoy amaneció el día regalándonos un cielo sin nubes, el sol se atrevió a salir de nuevo. Hoy pude salir a pasear de nuevo, sonreí al Sr. Huraño de siempre, el que pasea a la misma hora a su perro. Hoy me siento contenta. Luego me advirtieron que era Martes y trece y pensé que o bien el sol se equivocó de día o bién el trece es tan sólo un número.
El trocito de texto que acompañas me dejó muy pensativa. Cambió él y todo cambió a su lado.
Un abrazo Edurne. ´Que tengas un buen día, un buen Martes y trece.

Anónimo dijo...

es su casa, la de siempre, la del número trece; el que es "otro" es él; erroneamente sigue creyendo que es el de siempre, el del "otro tiempo", de cuando el chicle era aromático y el clic no tenia roña, ah!!! y cuando los martes se comía en casa de dos a tres. Lo siento chico!!, llegas tarde.

JUANAN URKIJO dijo...

A mí me gusta el trece. Y también ese relato de la puerta. Muchas veces estamos ante lo que nos rodea habitualmente y, sin embargo, por algún motivo nos parece desconocido.

Un beso, Edurne.

Anónimo dijo...

No sé si eso de la puerta de su casa que no lo es tiene algo que ver con el número trece. Cuando he leido ese trozo de relato, que está muy logrado, me he imaginado un desaucio; es decir, no pagó la hipoteca. En ese caso creo que se comprende.

Muxus.

Anónimo dijo...

qué bueno fernando, no, si cada uno a lo suyo

A.Tapadinhas dijo...

13 comentários! Salvei-me de ser apanhado pelo número fatídico...
Como não acredito, acho que te visitei na altura ideal... se tiver a chave certa...
:)
António

Luna Azul dijo...

Que intriga de relato ¿continuará?.

Nunca he sido supersticiosa así que me dan igual los martes y 13. La actitud ante esas supersticiones es la que atrae la mala suerte.
Un besazo.

Maricruz dijo...

pues vaya flash...a lo mejor ha pasado una puerta de esas del espacio sin enterarse y se encuentra en otra dimensión, en una dimensión como simétrica de la realidad o así. Lo de la hipoteca me parece menos factible, pero no se, no se...

Felices sueños

Edurne dijo...

Ufff, este número trece y la puerta misteriosa han suscitado muchos comentarios! Vaya, vaya, no está mal...
En cuanto pueda me acerco y les contesto a cada un@; no teman, que ando cerca... rondando por la orilla!
Muxutxuak per tutti!
Ahhh, y gracias, cómo no!

Fermín Gámez dijo...

El trece es un buen número, claro que sí. Sólo es perjudicial si uno es poseedor de "trece supersticiones", pero por las supersticiones en sí, no por el número de ellas.

Edurne dijo...

SILVIA:
Lo dela licorería seguro que tiene algo que ver, no lo había pensado pero... vaya usté a saber! Jajaja!
Muxutxus!

CECY:
Guapaaaa, qué bien que te guste el trece! A mí siempre me ha caído simpático, así que no tengo ningún problema con él!

Y a cerca de lo que le pudo ocurrir a nuestro personaje con las llaves, la puerta de su casa, el silencio y demás... habrá que pensar en ello!
besitos orilleros!

LANDA:
Se autosuprimió usted mismo eh! Jajajaja! Y es que ya se había pensado que había vivido el martes y trece! Jajajaja!

El de la puerta seguro que está en una fase de "enajenación mental transitoria", pienso, porque sino...
Muxus!

AINHOA:
Nooo, prefiero no pensar que me pueda ocurrir a mí! vaya angustia, Ya lo creo!
Oye, pues adrale a les frites para aguantar el frío y la lluvia, que no es mal remedio! Jajajaja!
Muxutxuak!

Edurne dijo...

FERRAN:
Uno puede embarcarse en lo que le dé la gana, hasta en que le hagan una réplica en cera y lo llleven a un museo, ya te digo! Jajajaja!

Pues que viva el trece!
Acerca de nuestro protagonista... quién sabe, lo mismo le inventamos un desenlace o lo dejamos así, al libre albedrñio de cada cual!
Petonssss!

CARMEN:
Eso del "pequeño saltamontes" me encantaba, siempe lo veía.. y porlo que veo, las enseñanzas del maestro tenían mucho de verdad.
Fuera supersticiones!
Besotes, y tranquila, lo mismo que yo, nos visitamos cuando podemos.

NERIM:
Buena referencia para el trece, eh, el cumple de tu ama!
A mí, esto de las supersticiones, tampoco me ha afectado nunca, así que no las hago ni caso, aunque sí sé de gente que vamos...!

En fin, pensaremos en qué hemos hecho de bueno y de malo cuando nos ocurra algo semejnate a lo del personaje de la historia...
Besitos!


LIBERTAD:
Pero, dónde estabas tú el martes y trece? porque en Bilbao se pasó todo el día lloviendo y no asomó el sol ni un momento! ;)

Bueno, lo que apntas acerca de los cambiso a nuestro alrededor y el cambio en nosotros mismos, tiene mucha lógica, ya ves, no nos damos cuenta y todo cambia, nosotros cambiamos...
Un beso enorme, amiga!

Edurne dijo...

BLONDIGEMELILLA:
tal vez, tal vez... o como apunta Fernando, tal vez sea el asunto hipotecario el que le ha confundido... jejejeje!
Sea como fuera, el tipo no da con la casa, no da con la puerta, no da con las llaves, no da con su familia... no da con él mismo, en definitiva!
Muxutxus!

DÉDALUS:
Y cómo podríamos denominar a semejante fenómeno, al del confusionismo repentino?
me alegra saber que tambiñe eres de los del club de fans del trece! jejejeje!
Muxus!

FERNANDO:
Ayyyy con estos bancarios! Jajajaja!
Así que tú crees que el euribor y las hipotecas, los tipos de interés y demás...
Pudieraser, que con tanta crisis, uno entra en crisis y ya no recuerda ni dónde está su casa!
Abrazoskis (que suena a polaco sí! ;))

ANTÓNIO:
Efectivamente, has tenido suerte y te has salvado del trece, has llegado a ocmentar en el momento ideal! Jajajaja! Será eso, que tienes la llave verdadera para entrar por la puerta!
Gracias por tu visita, he pasado por tu rincón y he visto tu obra, me ha gustado mucho, y atu nieto, al pequeño Rafael.. también me ha gustado mucho!
Volveré!
Saludos!

Edurne dijo...

LUNA AZUL:
Bravo por no ser supersticiosa, que imagino yo ha de ser una tortura! Y bastantes torturas padecemos todos lso días!
Besitos!

MARI CRUZ:
Compi, qué bien que pasaste por la puerta, que te pusíste a chapotear un poco por la orilla!
Lo dela dimensión simétrica ala realidad... no está mal, pudiera ser, pudieraser...
Muxus!

FERMÍN:
Pues que no, que yo, ni una ni dos, ni mucho menos trece supersticiones! De eso no quiero nada de nada!
Abrazos!

EmPapeLada dijo...

Edurnetxu!! Jiji, aprovecho para decir que no hay nada mejor que el 13, porque hace 22 años, una (futura) atolondrada niña nació pues...un martes 13, así que para mí el 13 es motivo de sonrisa y no de temor.

(Como diría mi hermana) "13 4ever!"

Me ha dado miedito la historia, quiero pensar que la persona vuelve a la que era su casa después de tiempo y bueno...ya muchas cosas no vuelven a ser igual (porque algo de eso es, ¿verdad?)

Saluditos ^^

Edurne dijo...

TXANA:
Pues enhorabuena por ese primer martes y es eprimer trece en tu vida, que llegaron de la mano hace 22 añitos!

En cuanto a la historia, ya ves, hay distintas explicaciones... cada cual aporta la que más le identifica o...

Muxutxuak!

Libertad dijo...

Edurne, me gusta venir y ver que dejaste unas palabras al comentario que hicimos. Me gusta esa costunbre que, aunque nos lleva tiempo, nos hace como terminar la conversación con un ¡Gracias amiga! por tu aportación.
Ya sabes que, aunque las dos Norteñas,vivo ahora en Santander. Llueve, cmo en Bilbao, casi todos los días pero el Martes amaneció bien bonito y duró hasta pasadas las seis de la tarde! Nos dio ese regalo, entre tantos días mojados.
Un abrazo.

Edurne dijo...

LIBERTAD:
Ajajaja, te pille!
Sí, ya sabes que yo también contesto a todo aquel que comenta, a veces antes y aveces más tarde, pero siempre lo hago, creo que es como tú bien dices, dar un gracias por venir, por leer lo que tengo que contar y compartir...

De que vives en Santander me había enterado hoy ,al leer tu testimonio en el club del optimista vital (muy duro pero totalmente entero y tierno... no te he comentado todavía, pero lo haré), así que cuando decías que había lucido el sol tod el día... jajajaja! Me preguntaba que dónde habías estado tú!
Bueno, pues nada, seguiremos "conversando"!
Un besote y a ser feliz, a seguir luchando por serlo!
Besitos!

sinver dijo...

Hola orillera, don sinver abandonado al habla. Para mi que el nene iba bolinga y estaba en la puerta del vecino. Lo digo por que me suena, vaya :-) dejavouuuuuuuuuuu

Edurne dijo...

SINVER:
No le habrá ocurrido a usted, verdad??? Ahhh, no me asuste, que con lo formalito que parece...
;)

Anónimo dijo...
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