Esta mañana, todo sucedió esta mañana.
Hacía tiempo que no veía nada parecido; y así, entre mi mar de dudas matutino, el que nos acucia justo a la hora de salir, el de no saber por qué indumentaria optar, y más en un día como el de hoy, así es como he recibido este regalo celestial (porque del cielo venía).
La cámara, dónde diablos estaba la cámara... Y yo en pijama todavía, y el reloj que marcaba las ocho y media, y yo aturullada por semejante impacto, semejante derroche y poderío cromático...
Justo, el tiempo justo: llegar y zas, foto! Y acto seguido, como si me hubiera estado esperando, el cielo se ha cubierto con el manto más gris que en su atrezzo había. Y el arcoiris, espantado de su propia osadía ha puesto pies en polvorosa, dejándome boquiabierta y con el rastro de una sonrisa en mi mañana dormida...
Ahora rugía, el cielo rugía: rayos, truenos y centellas, granizo y agua bendita. La oscuridad, como en la noche de los tiempos. Y Eolo soplando, espantando los restos del espejismo.
Y todo sucedió esta mañana, en unos minutos, mientras me vestía para salir a pelearme con la vida...
Foto y manipulación: Edurne
2 comentarios:
Pues aquí le voy a poner un par de haikus primaverales.
La lluvia primaveral:
Entre los árboles se ve
Un sendero hasta el mar.
(Otsuji)
En los intervalos
Del rudo viento y la lluvia,
Las primeras flores del
cerezo.
( Chora)
Olas de calor;
A cada golpe de la azada,
¡Cómo huele la tierra¡
( Rankô)
Empieza a oscurecer;
Cae granizo,-
¡La locura de la primavera¡
(Kitô)
Ahhhh... los haikus, la primavera vera vera... La lluvia que es una maravilla (en Sevilla)! Y no sé cuántas cosas más!
Grazzie tante siñora, grazzie por ese regalito tan nipón!
To by continued, n'est pas?
Besitos.
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