Aconteció que, montados en su Galloper, por allá que trotaban Don Quijote y Dulcinea, más contentos que unas pascuas, en busca del Árbol Perdido (y bien hallado)... Por allá, por tierras de La Mancha, camino de Tomelloso, a falta del Toboso.
Nobles tierras, salpicadas de viñas, de paisajes eternos y rasos, de gigantes y molinos (según se mire), de nombres que dan Tembleque ¡y hasta Turleque! Y llegados a este punto recomiendo tener a mano un buen mapa para ponerse en el camino.
Pero, ¡ayyy, héte aquí que todo el aparato eléctrico descargó rayos y centellas, sembrando de espesa bruma y tupida cortina de agua el camino, volviéndose éste, casi hasta tenebroso, vamos, que daba "susto"!
¡Y todo por el Árbol!
Mereció la pena, no crean ustedes, que allí nos esperaba él, todo recatado y formalito, como si supiera que no le íbamos a defraudar, que contra viento y marea... iríamos.
Y Tomelloso se descubrió ante nuestros ojos, como un lugar laaargooooo, y como alguien dijo, polvoriento. Sembrado de banderitas, de animación callejera y de mucha Vírgen de las Viñas.
Rompía el tono natural el estruendo de la Peña Los Modorros, vociferando desde sus altavoces pseudocanciones de otra galaxia.
Lo mejor, la vuelta.
Aconteció que, de noche se hizo y ya de vuelta, Don Alonso Quijano y la buena de Aldonza, toparon por el camino con el amigo Lorenzo, que de retirada estaba... allá que se iba; entre nubes rojizas, de fuego, rosadas, de tierna mirada, y azules rasgados de velo celeste...
Como un túnel sin final cierto, así, boquiabiertos, y con el alma tranquila, llegaron hasta el cabo del libro.
Foto: Antonio
2 comentarios:
¿quién se encargó del making off??, aja, vale, vale. El árbol pérdido, qué emoción!!, rayos y centellas justo en el momento justo, qué susto!, banderitas y virgen de las viñas para animar, Tomelloso cauto y formal para confiar, y por fin Lorenzo, languideciendo, pero eso sí entre rosado y azul, de mirada tierna, como un tunel sin final. Ya veo ya lo mejor: la vuelta.
Making off compartido que... "tanto monta, monta tanto!
En este caso, los molinos son de Don Quijote, siempre de Don Quijote!
Al árbol ya lo conocerán ustedes, que es un poco tímido él...
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