Horario Prime Time de la franja nocturna.
Habían anunciado por medio de flashes informativos a lo largo de la semana, la presencia de dos personajes cuya fama no era de esas efímeras, dos personajes que habían traspasado la barrera del tiempo y de la ficción para estar allí esa noche, sábado 23 de abril, y relatar lo que nadie antes había podido contar, a excepción de su propio hacedor...
El país entero estaba pendiente de la televisión, y la cadena que emitía el programa, esperaba batir todos los records de audiencia. Además, la noche se prometía llena de primicias, ya que los dos personajes en cuestión habían irrumpido en el mundo del papel couché antes de que la prensa del corazón existiera. Había rumores, jugosos rumores a los que era necesario atender.
- ¡Acabad presto ya, Sancho, de aviar el jumento, y venid a ayudarme con la armadura!
- Calma, mi señor Don Quijote, que al punto estoy con vuesa merced, es sólo que Rocinante está
inquieto y no se deja aparejar...
- ¿Y qué te parece, mi fiel Sancho, la empresa que vamos a acometer esta noche? Pues yo, he de
confesarte, que mis inquietudes tengo...
- Tranquilo mi señor, a mí me pareció muy de fiar aquel joven escribano que nos encontró cuando ya
desesperábamos por saber dónde nos hallábamos.
- Ya Sancho, ya, pero... ¿y si todo fuera un invento para llevarnos a una trampa y terminar, como
otras tantas veces, molidos a palos?
- Pero Don Quijote, vos sois el caballero, el que no ve los peligros, y yo quien os frena a causa de mi
poca sapiencia...
- Dijeron que tan sólo tendríamos que contar nuestra vida como caballero andante y escudero.
- Y a cambio nos concederían el derecho sobre la Ínsula Barataria...
- Sí, sí mi noble Sancho, la que yo dejaré después bajo tu gobierno, y así poder partir en busca de la
dama de mis sueños, la bella Dulcinea...
- La más noble de las damas... Ellos han prometido deciros cuál es su paradero. Tranquilizaos mi
señor Don Quijote.
- Estará en poder de algún malvado hechicero, presa de un encantamiento... ¡Vamos, vamos Sancho,
no puedo esperar más!
Luz roja. Aplausos. Estruendo. Cascada de aplausos. Música y... ¡Dentro!
- ¡KETCHUP PARA TODOS! Buenas noches señoras y señores, amables televidentes, gracias por estar
aquí, por estar ahí...
Aplausos. Risas y luces de neón. Don Quijote y Sancho creen estar muertos, el infierno debe de ser algo parecido a lo que están viendo. Alguien les conduce a unos asientos frente a una hilera de personajes vestidos tan estridentemente como el maestro de ceremonias de semejante circo...
Y enseguida empiezan las voces, las preguntas ininteligibles...
- ¿Reconoce en esta foto, Don Quijote, a su amada Dulcinea?
- ¿Y este hombre no es acaso su fiel servidor Sancho Panza?
- ¿Y no es cierto que usted pensaba que su escudero estaba atendiendo a su mujer y su hija durante
la enfermedad de Sanchica...?
- ¿Sancho, qué tiene que decir a todo esto?
- ¿No es cierto que estas fotos ya estaban pactadas con la revista "TODA SU MANCHA"?
- ¡Sancho!
- Mi señor...
- ¡Esperen, no contesten, todavía no! Este entuerto tendrá solución después de... ¡la publicidad!
Luz roja. Aplausos. Música y... ¡KETCHUP PARA TODOS!
Foto: Antonio Texto: Edurne
4 comentarios:
no voy a decir nada, que luego la gente se acojona de mi memoria (tengo cerebro pequeño y por eso mi memoria es muy selectiva para lo que quiere)pero a mi me da que ésto ya lo he escuchado, que no leído hace más o menos dos años ¿en un recinto conocido??? y que ya entonces nos hizo reir.
El amigo alemán todavía no te ronda, bien, bien!
Así que el chapuzón piscinero te ha resultado.
Sí, allá en un Lago conocido, allá que Don Quijote y Sancho nos inspiraron.
Allá en un lugar de La Mancha bilbaína, de cuyo nombre...
resultan sí los baños de piscina, pero chica, dónde esté refrescar los pies en la orilla.....
blondegemela, para no ser menos y que la sincronización no decaiga… : lupita bonita tb. recuperó en su blog el escrito escrito hace un par de años en el mismo recinto lago manchao de bilbao.
Buscaré, buscaré...
Un chapuzón piscinomanchego
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