lunes, 30 de abril de 2007

LA MAÑANA


Perezosas despiertan las horas
tras pesada noche entre
helados caminos de ausencias
y muerte.
Sopla el frío viento del Norte.
Sopla a ras de mi sueño.
Rasga la mañana el grito
mudo de mi aliento.
Busca tu sombra entre mis cabellos.
Y tan sólo tu mano,
tu mano en mi pecho...
Foto y texto: Edurne

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, sí, muy bien eso de las ausencias, del frío y helado camino, del grito del mudo aliento...
Mucha poesía, pero que me pregunten a mí. Que me pregunten por mis mañanas, por mi soledad, por el frío viento del Norte...
Que me pregunten si encuentro esa mano abandonada en mi duro y rocoso pecho...

Edurne dijo...

Te comprendo perfectamente Rocamole, nadie te hace caso.
El frío de la mañana, la soledad de los altivos, dura roca, mole de piedra con blando corazoncito...
Te comprendo.