A vosotros, sí, a vosotros, os
llaméis como os llaméis: Zozobra, Incertidumbre, Duda, Traición, Angustia,
Desconfianza, Ansiedad, Miedo, Tristeza, Humillación, Desasosiego...
A vosotros os escribo hoy, en
esta tarde soleada de un verano que me ha torcido la vida una, dos y hasta tres
veces.
No penséis que os vais a ir de
rositas, no. Yo tengo una capacidad inmensa de adaptación al medio, incluso al
más hostil, pero esto ya rebasa lo soportable por cualquier persona buena y
honesta.
No quiero veros ni en pintura, y os habéis empeñado en ser
mi sombra continua, en atormentar cada segundo de mi vida. Os escondéis en los
lugares más inesperados, y cuando, al dar la vuelta a la esquina de mi pequeño
mundo, paso despacito y con tino... vosotros os lanzáis sobre mí con susto, burla y
escarnio.
Esto es de juzgado de guardia. Tendré que buscarme un buen
abogado, experto en las desesperanzas de la vida, para que me ayude a
interponer una denuncia, una querella por atentado a mi intimidad, a mis
sueños, mi tranquilidad y mi esperanza...
Yo estaba más o menos tranquila, sí, recomponiendo todavía
las piezas del último puzzle roto... No hay derecho a que os cebéis en mí con
tanta saña, no, no lo hay. ¿Pero vosotros sabéis lo que habéis hecho conmigo,
de verdad lo sabéis?.
Recordad una cosa: “El que ríe el último, ríe mejor”.
Ya, si ya os veo, de momento sois vosotros los risueños,
los que os frotáis las manos y murmurando bajito, con la boca pequeña, os
congratuláis de mi pena.
Estáis expectantes, observando cada paso que doy, derecho
o titubeante... pero no os confundáis, que soy yo, la pequeña Edurnita, la que
de tonta no tiene ni un pelo... Ahora estoy como estoy, igual que un alma en
pena, mordiendo las esquinas de mi dolor para que nadie me vea, sonriendo con
alegría prestada para no alterar la calma de quien nada sospecha.
Mientras, yo voy nadando contracorriente por el mar de mis
angustias, sacando la cabeza de vez en cuando, tomando un poco de aire para
poder seguir avanzando en esta loca carrera en la que me habéis metido
vosotros, malditos seáis...
Os aviso, llegaré, llegaré a la meta y llegaré victoriosa.
Ni me despido de vosotros, no os merecéis más que mi
desprecio, el más profundo de mis desprecios, no os quiero en mi vida, no os
quiero...
Pintura: Antonio. Texto: Edurne