miércoles, 30 de abril de 2008

DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro V)


Cuatro meses son muchos, demasiados, pero ya estoy aquí de nuevo.
He venido hasta el centro para recoger mis mimos "in situ".
Prescripción facultativa.
Sí, desde Navidad que no había vuelto por aquí, y los culpables han sido los estados etéreos y volátiles que me gasto en los últimos tiempos.
Respiro. Respiro este aire de la Meseta y me tranquilizo.
Tengo unos cuantos días por delante, aunque el martes estaré otra vez en el Botxo.
Hace fresco, aunque el sol está entre nubecillas juguetonas. No importa, tengo tiempo de sacarle los colores a este Lorenzo remilgón... (¡otra vez con los colores a cuestas!).
Mayo, comienza mayo y el día 2 será la fiesta, la gran fiesta de este Madrid cosmopolita. Doscientos años de aquel otro dos de mayo de 1808. Número redondo, aniversario por todo lo alto. Inevitable acordarse de Goya y sus "Fusilamientos".
Pues nada, que un saludito a todo el mundo desde aquí, desde mi otra casa.
Y que ustedes lo disfruten, el puente, ¡quien lo tenga...!
Foto: Antonio

martes, 29 de abril de 2008

SIETE COLORES (V)


ROJO

Amapolas hambrientas
caminan en pos de
una vieja utopía:
convertir el mundo
en roja armonía.

Sueñan con
escupir rojo,
vomitar rojo,
sembrar rojo y
morir después…

Amapolas alocadas
corren sin rumbo
tras el mago de
los sueños imposibles.

Rojo corazón latiendo
bajo la tierra,
listo para la gran explosión.

Color que anida en altos montes,
serpentea entre arroyos
y valles,
mientras las voces
se confunden con el viento
caluroso
del amor.


Pintura: Antonio Texto: Edurne.

domingo, 27 de abril de 2008

SIETE COLORES (IV)


VERDE


Vienen en grandes ejércitos,
vienen pisando las esperanzas
-verdes remansos
agonizantes de tanta
lucha amarga-.

Pero abanderados de lejanos
sueños traen calma
entre sus manos,
dicha en sus miradas.

Vienen en grandes ejércitos
los enemigos
de nuestra casa,
lanzando rayos de
desprecio y lluvias de
oscura y fría locura…

Nubes de pequeños átomos
irisados
acuden con paso presto
a nuestro llamado.

La batalla está servida
en el campo
de la desidia.


Verde que lucha
y más tarde
muere…

Pintura: Antonio Texto: Edurne




viernes, 25 de abril de 2008

SIETE COLORES (III)


AMARILLO


Ciego de tanta luz
escribo sin ver las palabras
que traerán mi muerte.
Ciego por no ver
la vida en su color.
Ciego por cerrar los ojos
a la verdad eterna,
por saltar el muro
de la indiferencia.
Ciego.
Escribo con letras ciegas,
con manos muertas.
Manos que vienen
de ahogar tu sonrisa
entre la lluvia amarilla
pálida y serena
de esta mañana incierta…
Pintura: Antonio Texto: Edurne

PERSONAS / VIDAS


Esta mañana caminaba yo por la calle, pasando calor, preocupada por mi pequeño retroceso en mi proceso vertiginoso.
Venía de solucionar unos asuntos referentes a mi baja, y trataba de calmar esa angustia que llevaba en la boca del estómago, ésa que se te instaura cuando una ve que va mejorando aunque sea de a poquitos y una noche vuelven las cosas atrás...
Semáforos.
Y en uno de estos semáforos de nuestras ciudades, todos iguales, a veces, se dan situaciones como la que me ha acontecido esta mañana.
Una se para, muy prudente, mirando al hombrecito rojo por ver cuándo se pone verde... y como tarda y tarda, pues una se entretiene en mirar a ese ejército de desconocidos que están frente a ti.
Personas.
Personas como tú, como ustedes, con las mismas características: altos, bajos, flaquitos, rellenitos, rubios, morenos, con cara de malas pulgas, con gafas, con cara sonriente, inquietos, torpes, niños, abueletes...
De todo.
Y en esos pensamientos simples me andaba yo cuando de pronto me dio por pensar en sus vidas, en sus problemas, en si alguien de todas aquellas personas que tenía frente a mí, alguna estaría enferma, alguna estaría sufriendo por algo, por una pérdida, por la falta de trabajo, de casa, por una enfermedad, un malentendido...
Me preguntaba si alguna de esas personas se sentiría mareada como yo. Y entonces me pareció una nimiedad lo de mis mareos y las inseguridades que me crean en estos momentos. Sé que lo mío pasará, que voy mejorando, pero hay veces, como ahora, en que he retrocedido un par de pasos, pues que estoy más sensible, muuucho más sensible.
Y me dio por hacer una historia de cada uno, de cada una de las personas que estaban ahí, frente a mí, esperando pacientemente a que el hombrecillo se pusiera verde. Verde para poder pasar, arrancar, volver a empezar, dejar atrás lo malo, para tener otra oportunidad...
¿Cuántos estarían esperando esa nueva oportunidad de la vida?
Foto: Antonio

miércoles, 23 de abril de 2008

CON LAS BOTAS PUESTAS


Aquí mis Katiuskas, aquí unos amigos...
Bonitas katiuskas, plastificadas, agalesadas, tipi-tapa, tipi-tapa... o mejor dicho: plisti-plasta, plisti-plasta...
¿Ustedes saben hasta dónde estoy de ellas?
Sí, adivinaron, ¡hasta el mismísimo moño!
En septiembre, cuando las compré, me fuí a casa tan contenta, pensando en que ya no me calaría los piececillos con las txaparradas repentinas y pertinentes, con los "txurraskos" insistentes, y que total, no iba a ser para tanto...
¿Para tanto? ¡Noooo, ha sido para más que tanto y cuanto!
Sales de casa con ellas, porque claro, una mira y ve, una piensa, deduce y decide... y una carga con las botitas todo el santo día, cuando ya brilla el sol en las alturas y tus pinrelillos están ahogaditos los pobres, sufridores donde los haya...
Hoy amaneció lloviendo, y ahora, los claros avanzan por la pradera celeste, es decir, que se cerró el grifo.
Pero en fin, que las katiuskas, las pobres también pasan lo suyo, que llevan una temporadita casi sin descanso, trabajando a destajo, y bueno, pues que se me ha ocurrido hacerles este pequeño homenaje, porque... se lo merecen, ¿o no?
Que no sólo va a ser el Día del Libro y la Rosa...
Foto: Edurne

lunes, 21 de abril de 2008

SIETE COLORES (II)


AZUL


Anudando los suspiros
de una luna trasnochada,
camina por el cielo obtuso
el peregrino de mi corazón
iluso…

Suspiros azules
que resuenan en el fondo
del agua de mansas miradas,
en el infinito
de una loca carrera
hacia el fin de los tiempos
inciertos…

¿Cuándo sobrevino
el frío que inundó
la noche con mi grito?
¿Cuándo desperté
bañada en azul platino
susurrando tu nombre
a las sombras?

Silencio.
Quieto y mudo
silencio
en la casa
de mi amado.

Azul el sueño
que rodea el abismo
de mi desamparo.

Pintura: Antonio Texto: Edurne

SIETE COLORES (I)


NARANJA


Hoy llegaron mirlos y golondrinas.
Anidaron bajo mi ventana,
se sentaron a escuchar
mi risa.

Hoy cociné con bailes
y cantos,
me chupé los dedos
de la alegría.

Hoy vestí de naranja
la mañana.
Lavé y planché
todas las penas,
las guardé en el fondo
de la alacena,
perdidas entre el polvo
y la tristeza…

Hoy soñé que el mundo despertaba,
que tus manos
me tocaban…

Pintura: Antonio Texto: Edurne



miércoles, 16 de abril de 2008

ORO Y MAR / ESPUMA Y SAL



Buscando entre la tierra y el mar,
me encontré con ninfas y coral.
Caminando entre nubes de cristal,
allá, con tu mirar.
Oro y mar,
espuma y sal.
Prendidas a mis sueños,
damas de mi despertar,
mil algas de verde soledad…
Orilla hacia el infinito,
con horizonte de amor
ya extinto, se extiende
frente a mi casa abandonada.
Libres de pesadas cadenas,
desnudos los pies de arena,
avanzan mis anhelos en pos
de una quimera perdida.
Huellas difusas,
Ecos de una risa…
Visto de azul y escarcha,
perfumo de océano enardecido
mi mirada, y…
camino, tan solo

camino...


Foto: Aitor Manipulación y Texto: Edurne

lunes, 14 de abril de 2008

FUNDIDO EN NEGRO




Reír. Reír es la más pura y simple de las manifestaciones de su cobardía.
Ha decidido terminar con todo. Es ahora o nunca, pero ya no puede seguir arrastrando esa carga.


Se pasa los días en el letargo del olvido voluntario, y las noches queriendo reírse de su propia osadía. Protege su existencia y desprecia a los demás. Instalado en su mundo irreal lanza amenazas que nadie escucha. Camina altivo, el mentón prominente, marcando el rumbo. Pasos inciertos...


Al igual que sus pensamientos, es un ser negro. Y viste de negro, bebe en negro, fuma en negro, duerme y despierta en negro. Y coronado por negro bosque, maraña impenetrable que cobija la oscuridad de su negra rutina, nido de negros pájaros. Pájaros que revolotean sobre su cabeza, chillando sin parar.


Desde la altura vigila. Habla con sus fantasmas dormidos, y despierta la herida de su destino... Su edad, incierta, ¡puede que haya vivido ya tantas vidas...! Y la rutina. Rutina anclada en esos cincuenta metros que le separan de una madre triste y el banco frente al bar donde pasa todo el tiempo. Camina. Se sienta. Mira. Fuma las horas. Bebe los días... Tirita, camina. Vomita.


“¿Y por qué me miran? ¿Acaso no han visto nunca un escarabajo revolcándose en su propia mierda?
Allá... allá van esos dos, son los de siempre, los de todos los días. ¿Y qué? Sí, bonitos trajes, bonitos zapatos, italianos, seguro, corbatas de firma... ¿Y qué? Yo también tengo un traje, y una corbata. Será por eso por lo que hoy me miran más. Yo también puedo ser como ellos, yo también puedo tener una vida normal. ¡Qué saben de mí! Humo... si al final todo es humo, todo se desvanece como el humo de este cigarro.

¡Sí, creo que me voy a dejar las uñas largas! Luego mi madre dirá que...
Me encanta... me encanta ver cómo mi madre se enfada, se desespera y llora... ¡sí! Aunque... si lo pienso mejor, serían un impedimento para descorchar las botellas.
¡Y esas malditas pastillas! Después de aquel ataque de ansiedad ya no las tomo... ¡Si supieran lo que hago con ellas!

¿Qué hora es? Las once, aún son las once... ¡Qué larga es la vida!
Me miran. Yo también les miro. Y no saben nada. No saben que un día me buscarán, me buscarán para escupirme su desprecio, pero... ¡no me van a encontrar! Y entonces se arrepentirán de mirarme como me miran, así, con asco, con sorna, con lástima. Y yo seré el que ría el último, más fuerte y más alto... ¡Mi risa se oirá hasta en el último rincón! Ya, ya verán...

Tendré que beber algo para animar el circo de esta noche, para inspirarme, para pensar... y para que no vuelvan los guardianes de mis mazmorras. A ésos tendré que desterrarlos, no puedo vivir con ellos pegados a mis talones...
A ver, vamos a ver... ya no me queda dinero, no he calculado bien... Necesito beber, necesito pensar. Pensar cómo escapar de esta cárcel.

Miro. Izquierda, derecha... ¿Sabrán estos imbéciles cuál es la izquierda y cuál la derecha? Creo que no. Lo miran desde otro punto, no están en mi punto, el preciso. ¡Y qué sabrán de mí, de mis puntos, de mis derechas y de mis izquierdas...!
Y tú... ¿Tú qué miras gorda con cara de rana? Croac, croac... ¿No veis cómo me río, no escucháis mi risa? Están todos sordos, les escupo mi risa y no la escuchan...
¿Y estas manos? Parecen las mías, sí, pero son descomunales... Mira, se están alargando... ¡hasta el infinito! Nada, que no puedo alcanzar la Luna.
Un plan, necesito elaborar un plan. Un plan sencillo pero increíble. Un plan para poder llegar hasta allí, hasta la Luna. Escapar, escapar... Y ya verán, entonces verán de lo que soy capaz. Beber, necesito beber, tengo que pensar.”


Ha decidido terminar con todo. Es ahora o nunca, pero ya no puede seguir arrastrando esa carga.
Y tan solo es capaz de continuar rumiando las soledades de las horas vacías. De seguir bebiendo el tiempo perdido y respirar el aire contaminado, negro, de la oscuridad incierta, de navegar entre las turbias aguas de sus dominios más recónditos...


Como Sísifo, acarrea un día y otro la misma carga, la misma roca dura y pesada.
Mira a los demás, los mira desde la indiferencia de su mundo artificial y... ríe.
Reír. Reír es la más pura y simple de las manifestaciones de su cobardía.

Dibujo: Aitor Texto: Edurne





viernes, 11 de abril de 2008

RECLAMACIONES



A quien corresponda:
Hace un par de noches que vengo observando que algo no funciona bien en el "Servicio de Sueños Contratados a la Carta".
Me explico:
Yo diseñé mi propio programa de sueños individualizado, en base a las plantillas que su empresa facilita. Hasta aquí todo bien, y durante los primeros meses todo ha funcionado a la perfección, mis sueños eran tal y como yo los había soñado: idílicos, tranquilos, reposados, alegres...
Me levantaba todas las mañanas con esa sensación placentera de haber recargado la mente y el cuerpo, de haber vivido experiencias maravillosas con las que me deleitaba a lo largo del día. Si algo iba mal, mis sueños salían a la superficie y me rescataban de los malos momentos.
Ya les digo, ¡una maravilla!
Sé que es un servicio caro, pero pensé que merecía la pena hacer semejante inversión, por eso contraté sus servicios; ustedes se ofertaban como la empresa más seria y responsable en esto del mundo onírico...
Pero desde que mis sueños no son los pactados, ando como un alma en pena, mi vida se ha vuelto gris y oscura, estoy amargado, triste, irritable, nada es como creía...
¡Me siento estafado!
No sé si es que existen hackers que se dedican a robar los sueños ajenos y a reutilizarlos bajo otros parámetros o... son ustedes mismos quienes, llegado un tiempo, manipulan nuestros programas para ofrecernos otro servicio más completo, más seguro y, por supuesto, más caro... alegando quién sabe qué razones.
No quiero que las guerras, los enfrentamientos, decepciones, asesinatos y demás barbaridades entren a formar parte de mi otra vida, ésa que vivo mientras duermo. Ahora me siento solo, abandonado, ¡me siento víctima! Y no quiero experimentar el dolor, el sufrimiento, la desilusión, el hambre ni el miedo.
Por favor, ruego, exijo, la pronta restitución de mis sueños, por los que ya pagué un alto precio.
Esperando que mi petición sea atendida lo más rápidamente posible, me despido de ustedes lamentando haber tenido que llegar a estos extremos de reclamar lo que me pertenece.
Atentamente.
Texto: Edurne

lunes, 7 de abril de 2008

¡MALDITAS MOSCAS!


"¡Malditos roedores!"
Emulando al gato Jinks, pero yo con malditas moscas voladoras.
Les cuento:
Llevo una semana toreando a un ejército de moscas que se me han instalado en plan okupas en una habitación, sin saber por dónde han entrado, por qué han elegido mi humilde morada...
Y yo, aquí me ando, cual matadora en el ruedo, con el bote de insecticida en ristre: zzzzzzsplaf va y zzzzzzsplaf viene...
¡Pero nada, que no les da la gana abandonar el calorcito de mi casa!
No les miento ni exagero cuando les digo que el otro día me las tuve que ver con catorce o quince de ellas, me volaban y revoloteaban alrededor... vamos, que se burlaban de mí, pero yo, zzzzzzsplafplafplaf y una a una me las quité de encima.
Lo malo es que tengo la sensación de que han anidado por algún sitio que no encuentro por mucho que busco y las muy canallas vuelven a salir cuando menos me lo espero.
Y que nadie se piense que en esa habitación tengo algún cadáver troceado y guardado en bolsitas... ¡nada más lejos de la realidad! Tengo mis sospechas, pero claro, carezco de pruebas, así que por si las "flys", no he vuelto a abrir la ventana que da al patio, ¡que cualquiera sabe... hay que evitar las tentaciones!
Pero lo mejor de todo es que no son unas moscas cualquiera, ¡qué va! Estas malditas son todas del mismo calibre: gordassss, grandessss, azulessss y carroñerassss...
¡Ay, ay, ay, ayyyyyy!
Si alguien conoce una solución a mi problema, por favor, que me informe, que le quedaré eternamente agradecida.
¡Las cosas que pasan!
Dibujo: El Roto para El País