domingo, 27 de mayo de 2018

MEDIO ORFIDAL





Meto la mano en el bolsillo interior derecho
de esta mañana brumosa,
y me encuentro con las estrellas de noches anteriores
acurrucadas entre los pliegues del forro.
Están dormidas.
Me dan pena,
son como niñas chicas.
Intento espabilarlas.
Solo consigo un poco de polvo
impregnado de sueños inconclusos,
lágrimas secas de tanto esperar
la orden de salir a escena,
sonrisas envueltas en fina ironía,
recién llegadas del departamento
de sonrisas olvidadas y resentidas…
Ninguna entera,
ninguna que brille con luz propia,
ninguna que sea solo mía…
Las miro desde la distancia,
no en vano llevo la cabeza
sujeta con una cuerda
trenzada de días invisibles.
 El helio me lleva de acá para allá,
embriagada de penas rancias
al aroma de conformidad incómoda
y persistente.
Tocan a diana,
y ni siquiera tengo
manta de la que tirar.
La culpa es del medio orfidal
que se adentró anoche por mi canal sanguíneo,
que se distrajo enredando por mis conexiones oníricas,
y que, al final,
se instaló cómodamente
en las áreas de descanso
de mi despistado cerebro,
— las pobres,
ay, inesperadamente alteradas
por un extraño visitante—.
Prefiero mi insomnio crónico,
el conocido,
el de ondas hertzianas bajo la almohada,
con esas voces moduladas y lejanas
que saben cómo cantarme,
cómo contarme:
Tengo, tengo, tengo,
tú no tienes nada ,
tengo tres ovejas en  una cabaña…
Una,
dos
y tres.
Prefiero mi insomnio de suspiros
ayes sincronizados,
medidos y acompasados.
Hoy llevo los ojos con limpiaparabrisas.
Trabajando a destajo.
¿Será que todavía estoy soñando ?


Imagen: Internet. Texto: Edurne



martes, 15 de mayo de 2018

NIEBLA




Congelados están los buenos momentos de la vida,

ocultos,

a la espera de que despeje por cualquier esquina.

La niebla,

espesa,

rodea todos mis días.

Respirar me cuesta,

caminar me duele,

y sonreír…

¡Ay, sonreír, se me olvida!


Texto y foto: Edurne. Malos momentos para mí y mi familia.