sábado, 31 de diciembre de 2011

LAS UVAS DE LA IRA (sic.)


Este año, el quinto consecutivo que saco a relucir las uvas de la ira, tampoco quiero faltar a la cita, al ritual, manido, tal vez, pero que sirve un poco como recordatorio, inventario de hechos, sucesos y aconteceres varios que han tenido lugar en los doce meses que despedimos hoy con bastante rabia, a decir verdad.
Sé que es psicológico, que la frontera que separa un año de otro, es tan minúscula que apenas se aprecia, es como subir o bajar una planta de un edificio, como cruzar una calle, como acostarse y levantarse de la cama… ahora es hoy, luego será mañana. En fin, bromas aparte y sin hacer demasiado caso al galimatías temporal y cuasi metafísico que me acabo de plantear yo solita, el hecho en sí es bien sencillo: se acaba el 2011 y empieza el 2012. El milenio sigue su avance imparable. Cada año es lo mismo: doce meses, 365 días o 366 como será el caso del próximo, año bisiesto. Dicen que los bisiestos son raros, no sé si la rareza de los bisiestos vendrá revestida de fortuna o de más agonías.

La Orilla cierra por quinta vez el periplo navideño celebrando con estas uvas, llamadas de la ira, por varias razones. A saber:

Cuando se me ocurrió poner este título a la entrada del 31 de diciembre del 2007, me gustó, me llevó a la novela de John Steinbeck, y a la película de John Ford, tan genialmente interpretada por Henry Fonda.

Al año siguiente, siguió pareciéndome sugerente el título y decidí institucionalizarlo para todos los 31 de diciembre que durara la aventura orillera.

Más tarde, en años posteriores, el título me viene que ni pintado, por todo: por lo personal, por lo comunitario, por lo universal, por… por todo eso que compartimos y nos hace ser más solidarios, a caso, más humanos.

Así que como uvas de la ira, pero con vocación de reconvertirse en otro tipo de uvas más dulces, aquí les dejo este platillo de hijas de la madre vid.

Recordar este último año, nos daría para muchas letras, demasiadas, que, salpicadas con toda clase de sentimientos y emociones, harían que nos extendiéramos más de lo debido y convenido en este día, donde todo el mundo anda a la carrera, con ansias por llegar al otro lado, por saltar el charco y lograr salir lo más secos posibles del salto…
Yo intentaré tragar mis doce uvas de la suerte con el mayor de los optimismos, y recordaré todo lo bueno, aunque no haya sido demasiado, que nos ha traído el 2011. Intentaré hacer un ejercicio de positivismo y atraeré la alegría y el agradecimiento hasta mi corazón. Hasta intentaré reír, por una vez, y no llorar como suelo hacer siempre, y dejaré que mi risa se expanda y llegue a todas partes. En una palabra, intentaré compartir con todo el mundo lo que merece la pena de la vida, que no es poco…
Les deseo a todos y cada uno de ustedes, a sus seres más próximos y queridos, a los que no pueden ni sonreír, a los que tienen la vida escondida y arrugada por diversas causas… la mayor de las felicidades y los mejores deseos para el año que cruzaremos dentro de unas horas.

Que la PAZ inunde nuestros corazones.

¡Me sean felices, por favor!



¡FELIZ AÑO NUEVO!


URTE BERRI ON!




Foto: Edurne (uvas: de la cocina de mi amatxu)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE LA RÍA XVI





















Se va a terminar este año, y la Ría quiere vestirse con sus galas más festivas. Será por eso de paliar las penas que nos abruman, y recibir al 2012 con otra cara y otro ánimo…

Se va a terminar el año, y yo quiero terminarlo con unas breves Crónicas Botxeras, con lo último que ha acontecido por estos lares. Que ha acontecido y que ha tenido que ver directamente con mi persona, claro, porque suceder… ¡todos los días suceden cosas!

Se va a terminar este año, y yo todavía sin comentar algo sobre el último film (¡vaya cómo hablo!) que he visto, que ya fue hace un mes, pero… que aquí se lo acerco a ustedes. La película en cuestión es “Un método peligroso”, que aborda la relación de los psiquiatras Jung y Freud. Una película “psicológica”, podríamos decir. Si están ustedes interesados en el Psicoanálisis, en sus comienzos, en cómo fueron las relaciones entre dos de sus máximos exponentes, el padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud) y su alumno más aventajado (Jung), y en cómo se rompió esa relación tan estrecha… esta película, sin duda, les va a interesar. La historia es compleja, pues ahonda en los recovecos más íntimos de nuestras emociones, pasiones, más primitivas, más primarias, en cómo cualquiera de nosotros puede sucumbir ante ellas (de hecho es lo que le sucedió al propio Jung). La fotografía de la película es magnífica, se desarrolla en su mayor parte en Suiza, así que con eso ya les he dicho casi todo. Y respecto a la trama, a la historia en sí… bueno, he de confesar que el primer cuarto de hora estuve a punto de irme del cine. ¡Sí, a punto! Era tan creíble, tan profunda la interpretación de Keira Knightley (¡vaya nombrecito!), que me produjo una angustia que creí no poder aguantar durante toda la película. Afortunadamente, la escena fue rota con la intervención de Jung, que de paso, es como si fuera al rescate de espectadores angustiados como yo. La interpretación de los actores que dan vida a Freud (Viggo Mortensen), Jung (Michael Fassbender), y la ya mencionada Keira que interpreta el papel de la paciente rusa Sabina… es muy buena. Pero, más allá de estas consideraciones, la historia tal vez adolece de, eso exactamente, falta de historia. Más bien en una sucesión de hechos reales y novelados, con exponentes científicos acerca de las teorías psiquiátricas en boga en aquella época. En cualquiera de los casos, la recomiendo.

Se va a terminar el año, y también he de comentar un par de librillos que han caído en mis manos y que me han gustado. Los dos muy distintos en estilo, en forma, en temática… pero, ya saben ustedes, en la variedad está el gusto, y además, que hay que tener apertura de miras lectoras.
El primero, "Por la boca muere el pez", es un libro escrito a cuatro manos entre Andrea Camilleri, de quien ya hablé hace poco al referirme a otro de sus libros: ”El traje gris”, y que me entusiasmó, y Carlo Lucarelli, del que, confieso, no había oído hablar. Pues bien, este librito es muy peculiar, y no sólo por estar escrito al alimón, sino porque no tiene la estructura de un relato al uso. Me explico, la fórmula ideada por estos dos escritores italianos para hacer realidad un proyecto como el de publicar algo pensado y escrito por los dos, utilizando a sus dos personajes más famosos (apunto aquí, que estos autores son especialistas en novela negra o policiaca, y que sus personajes son, eso, dos policías: Grazia Negro y Salvo Montalbano) como protagonistas, requería de una urdimbre especial para tejer una historia sin que diera demasiado el “cante”. Así pues, las cartas, las fichas policiales, las reseñas periodísticas, los informes forenses… son los documentos que dan forma a esta historia que, efectivamente, es una historia negra, con cadáver incluido. También he de hacer una pequeña confesión: hubo un momento, ya avanzada la lectura, en que me perdí un poco, pero no fue difícil retomar el hilo de la trama y volver al buen camino. Sí, también recomiendo su lectura.
Y por último, la que todavía me queda por terminar, pero que me está gustando muchísimo, no sólo por el estilo, por el lenguaje, no sé… tiene algo (para mí) desde que empecé a leerla, que me ha atrapado sin duda alguna. Hablo de una novela que descubrí en una de las casetas de la Feria del Libro de este año en Madrid: “La Librería” de la autora inglesa, ya fallecida, Penelope Fitzgerald. Una delicia de libro. Una historia sobre el tesón, y el valor de las personas. Nada ñoña, se lo aseguro. Con un toque de ternura que llega, y hace que te identifiques con la protagonista, una mujer de mediana edad, “invisible” a los ojos de sus paisanos, menos cuando decide abrir una librería en un pueblecito que… Y no sigo contando, tienen que leerla, de verdad.

Se va a terminar este año, y de entrada, ya ha terminado el primer trimestre escolar. Y dejen que diga mi frase favorita en los últimos tiempos: “¡Me quiero jubilar!” Uf, necesitaba decirlo. Gracias. Pues sí. Quiero, quisiera, claro, que otra cosa es, a saber cuándo podré hacerlo. Eso que yo me las prometía más o menos felices pensando en que me quedaban ocho años… ¡Ja! Pero bueno, hemos llegado a diciembre, que es lo importante, primera etapa, quemada, con salida para cantar el Olentzero y todo (observen qué caritas de santos tienen mis pupilos, y qué contenta parece estar la andereño, o sea, yo….) Mi amiga invisible, que resultó ser Nerea, una niña encantadora, me regaló en uno de los mensajes previo que nos intercambiamos durante la semana, antes de saber quién era quién, un trocito de “El Principito”, y un añadido en Euskera que se lo voy a traducir, y que, evidentemente, fue obra de su ama, a sabiendas del trabajo que estoy teniendo con ellos… el texto en Euskera dice así: “A veces, puede parecer que estés perdiendo el tiempo con nosotros. Pero, un día de éstos estaremos “domesticados”. ¡Muchísimas gracias!” Pues eso, que estas cosas, te emocionan, y hacen que tu profesión siga mereciendo la pena.

Se va a terminar el año, y algunas lo han terminado dando carpetazo a una vida laboral. En nuestro caso, de las cuatro jubilaciones previstas para este curso, la única que se retira con todos los honores, o sea, a los sesenta, sin una arruga y con la prima de prejubilación, más la satisfacción del deber cumplido, es Karmele, que desde el viernes ya está libre de labores escolares. Hubo un lunch de despedida, hubo aurreskus, hubo regalos, hubo recuerdos, hubo fotos, hubo irrrintzis (míos), hubo mucho de eso que te deja el alma un poquito tocada… Los demás, tendremos que esperar, ¿a tiempos mejores? Creo que ya no.

Se va a terminar este año y no puedo dejar de hacer mención a un regalito que me ha traído el Olentzero, y que lo he canjeado esta mañana: conocer a Ferran. Hemos compartido tan sólo un par de horas, pero ha sido como si nos conociéramos de siempre. ¿No les ha pasado a ustedes alguna vez? Ferran es un catalán que vive y trabaja en Berlín, y que, ¡está estudiando Euskera! Sí, euskera y en Berlín, vamos, para aplaudirle y no parar. Claro que él domina unas cuantas lenguas y su interés por los idiomas es más que palpable. Hacía tiempo que decía que si se acercaba a Bilbao a visitar a su amigo Óscar, me avisaría. Y así ha sido. Dos días en Bilbao y un ratito ha sido para mí. Ferran es el segundo amigo de blog que conozco personalmente. A Miguel lo conocí a principios de año, cuando yo estaba en Madrid y coincidió con la presentación de uno de sus libros. Ya ven, el mundo de la blogosfera en enooorme, y la gente que lo habita, merece la pena. Estoy contenta. Y seguro que poco a poco conoceré a alguien más, hay más días que longanizas, como reza el dicho popular.

Se va a terminar el año y por la Ría suben y bajan las aguas fresquitas, la marea gora, la marea behera… los amigos que se juntan en estos días, a veces después de meses, o todo un año sin verse. Pues de todo eso acontece por esta Ría de mis amores. Ya ven, las historias, como en todas partes, ¡vivas!
Por aquí les dejo unas fotos de acompañamiento.

Fotos: Edurne



sábado, 24 de diciembre de 2011

HORRA, HORRA...



“Horra, Horra, gure Olentzero…”


¡Y a vueltas con la tradición un año más! Casi sin darnos cuenta, se nos ha echado encima una nueva Navidad: LA NAVIDAD DE LA CRISIS. Pero, qué quieren que les diga… yo veo las calles a rebosar de gente, las tiendas, atiborradas de compradores de última hora, y también de primera… Y entonces me pongo enferma, porque, a ver, nosotros derrochando, gastando sin tener el dinero, empeñados en comprar regalos, comidas, cosas inútiles muchas veces… y media Humanidad, no tiene ni dónde caerse muerta.
Aquí dejo la reflexión.
Y como ando a la carrera, primero entono el “Mea Culpa”, y luego, les dejo entre la espuma de las olas de esta Orilla, mi cariño y respeto, mis mejores deseos
de PAZ,
de AMOR,
de SALUD,
de TRABAJO,
de UNIDAD,
de COMPRENSIÓN,
de SOLIDARIDAD,
de SONRISAS a troche y moche,
de… ¡de tantas cosas buenas!
Y también les dejo las GRACIAS reiteradas una y otra vez, que no por ello dejan de ser sinceras y de corazón.

Sean felices, ahora y siempre.

¡FELIZ NAVIDAD! EGUBERRI ON!

Postal: “Olentzeroa” de ARTEZ

miércoles, 21 de diciembre de 2011

UN PASO POR DELANTE



Ando un paso por delante de la vida,
con la congoja de un condenado,
sin alzar los ojos del camino
por temor a extraviar el rumbo.

Y de vez en cuando miro hacia atrás,
por donde van llegando,
lentas,
las sombras de los otros,
de los que caminan a ciegas.

Ando un paso por delante de la vida,
rezando una letanía de penas,
salpicadas con medias alegrías
y algún que otro descanso despistado
entre tanto mar confundido.

Y de vez en cuando miro hacia atrás,
por donde vine escapando,
cautelosa,
de la trampa que me puso un día
la que dentro de mí habita.

Foto: Aitor Texto: Edurne


sábado, 17 de diciembre de 2011

¡VAYA BERENJENAL!



Sé que estoy metida en un buen berenjenal, pero qué quieren, será cosa del carácter, del temperamento… o ¡vaya usted a saber qué! El caso es que a pesar de las muchas advertencias que he recibido de amigos y familiares, aquí estoy, todo por mi espíritu aventurero y emprendedor. Desde pequeñita ya se me veía venir, que para eso yo he sido muy clara, al pan, pan, y al vino, vino. De toda la familia, siempre era yo la que se ponía morada en cuanto se prestaba la ocasión, y mi madre, tan prudente ella, tan fina y estilizada… detrás de mí reprendiéndome, que si soy una señorita y no he de ponerme en evidencia ni llamar tanto la atención, que si es más conveniente pasar desapercibida y que así viviré más y mejor… esas cosas de las madres.
Pero, soy rebelde por naturaleza -no sé si con o sin causa- como ya he dicho, libre, curiosa… Así que en cuanto Don Peperonne me habló del proyecto, no me lo pensé dos veces. A mi madre casi le da un infarto, hasta se le descolocó su sombrerete verde, siempre impecable, en su sitio, y le salieron unas manchas blanquecinas por todo el cuerpo que parecía de otra especie. Estaba disgustadísima. Mi hermana Violet no dijo nada, pero sé que en el fondo aprobaba mi decisión, y que a ella le hubiera gustado ser tan decidida como yo, pero había salido a mamá, yo en cambio, era igual que mi padre, que, aunque hace un tiempo que nos dejó, también a causa de sus ímpetus exploradores, estaba siempre presente en nuestras conversaciones, en las de mi madre, para echarle en cara su carácter impulsivo precisamente, y que le llevó a dejarnos solas, en mí, estaba claro que vivía en todos mis actos y en mis sueños.
Físicamente soy de cuerpo más contundente que el del resto de féminas de mi familia, ya digo, tiro a la rama paterna, soy de carnes prietas y amplias caderas, piel de color intenso y brillante, dentro de mi especie soy de las de “carácter”, de las que se salen con la suya. Y hasta ahora, así ha sido, veremos de aquí en adelante si la buena suerte sigue acompañándome.
Claro que tener como socios en este proyecto a Don Peperonne y a Mister Potato, es una garantía de éxito, ellos traen muchas ideas nuevas, marketing del que aquí no usamos… en fin, que la sociedad que acabamos de formar puede ampliarse, cuantos más seamos, mejor gestionado estará todo, y la toma de decisiones será más democrática y equitativa. Por eso estamos en conversaciones con el Clan de Las Belgas, que aportarían un poco de glamur europeo; y con Las Chalotinas, que no tienen nada que ver con sus hermanastras, éstas son más elegantes y además no tan lloronas, que hoy en día la gente no quiere saber nada de penas, que bastante tienen con lo suyo…
El otro día también contacté con unos parientes lejanos, Cal Aba Za Y Cal Aba Cín, que entre ellos son primos hermanos por parte de padre, y con nosotros, no sé, creo que compartimos algún bisabuelo… Pues nada, que en cuanto les comenté la idea, se entusiasmaron tanto, que casi se “arrancan” y se vienen conmigo en ese mismo momento, pero yo les pregunté a ver si era prudente, y después de pensarlo mejor, me dieron su palabra de que en cuanto estuvieran maduros, contara con ellos.
Mi madre sigue enfadada, dice que esto de mezclarme con tanto extranjero no puede traerme nada bueno, y que luego no me queje, que ella ya está cumpliendo con su deber de madre y avisarme. Dice que aquí no necesitamos a ningún Don Peperonne, que lo está trastocando todo, que donde esté nuestro amigo Pimiento Morrón, de los Morrón de toda la vida… Y Mister Potato, que quién era ese Mister Potato, ofreciendo tierras a diestro y siniestro, tierras que ni siquiera son suyas, vendiendo humo a inocentes e ilusos como yo… Doña Patata sí que es nuestra amiga, y con una solera de siglos que la avala ante cualquier advenedizo de tres al cuarto, aunque tenga pasaporte de allende los mares, ¡si ella tenía hasta un Acta de Colonización, que llegó aquí antes que muchos y muchas! Y esas casquivanas de Las Belgas, renegando de su abuela, la Señora Col, decente donde las haya, pobre, sí, pobre pero decente… Y para remate, las tontas de Las Chalotinas, que como son pequeñas y no han crecido como sus hermanas Cebolla y Cebolleta, pues se han inventado un origen extranjero, francés para más inri, y así dar el pego. Para terminar también me ha hablado mal de Cal Aba Za y Cal Aba Cín, que como son unos sosos y unos tristes, dice, que se apuntan a un bombardeo con tal de que se hable de ellos.
Y ya con lágrimas en los ojos, me ha preguntado que qué hago yo, su querida y adorada hija Bere, una berenjena como Dios manda, hermosa, inteligente, viniendo de la familia de la que vengo, y aquí siempre me enumera el regio abolengo de nuestra familia, la suya, claro, metida en líos con semejantes personajes…
Pues abrirme camino en la vida, le he contestado yo. Ser una berenjena creativa, emprendedora, una berenjena que está enganchada a la modernidad, ¡una berenjena de negocios, vamos! La primera de la familia, y que ella, mi madre, tendría que estar orgullosa en vez de tirarme por tierra las ilusiones. Pero que se pusiera como se pusiera, yo pensaba ser arte y parte del proyecto que iba a revolucionar la vida del Huerto…
Los preparativos para la inauguración de “La Alegría de la Huerta”, el mejor restaurante vegetariano del mundo, al menos el más innovador, con platos directamente de la huerta a la mesa, ya estaban en marcha, y yo, donde quería estar: rellena y albardada hasta el sombrerete, pero… ¡en toda la salsa!

Foto y Texto: Edurne. (Berenjena de la cocina de mi ama)

domingo, 11 de diciembre de 2011

TENGO, TENGO, TENGO... TÚ NO TIENES NADA (Replay)



Sabíase dueña de un genio del carajo, de un marido trasnochado, aburrido él, pero buen hombre, para qué engañarnos, bueno hasta decir basta.

Era propietaria de una úlcera de hiato que la llevaba por la calle de la amargura. Y en su cuenta también figuraban un par de hijos adolescentes con la cara llena de granos y el café más amargo que el de ella; eso sí, guapos… ¡más que guapos!

Para rematar el listado de sus posesiones, se le unía un padre enfermo de no se sabe muy bien qué, pero que ella más bien piensa que es mala leche y ganas de joder la marrana a todo quisque, el pobre no tiene otro entretenimiento en esta vida, si en el fondo hasta le comprende… Ah, y una hermana que siempre ha tenido sueños de princesa de cuento, y que ahora, a sus… bueno, mejor no dice la edad porque sería como confesar, de paso, la suya propia, está sumida en una Gran Depresión, como el Gran Cañón del Colorado pero en depresión, después de su divorcio, porque claro, su ex la ha dejado por una pipiola de veinticinco añitos, casi como su hija… Ya, una hermana depresiva y llorona, pero a la que adora.

Y cómo no, también tiene un puesto de administrativa en una empresa de mierda, con un sueldo de mierda y un jefe de mierda. Y un dolor de espalda continuo, sordo y mezquino. También le traen a mal vivir los pies, que hay que reconocer, son bonitos y bien poco los luce, pero que ya están muy machacados los pobres.

Y tiene una perrita linda que se llama así precisamente, “Linda”, que es todavía más pesada que su niña con sus reivindicaciones de hija progre, en el fondo una bendita (la niña y la perrita); y una amiga del alma, su amiga de toda la vida, Pilar, aunque la mayoría de las veces, si la ocasión la pintan calva, se despellejan vivas, y que después se perdonan mútuamente con grandes dosis de cariño, de pastelitos y cafecitos.

Sí, y de eso otro también tiene, de unos kilitos de más...

Tiene un autógrafo de Julio Iglesias de hace casi un siglo, cuando fue a verle con Pilar y Nati al Pabellón, aquel verano en que empezaba a tontear con Agustín, que mejor que no hubiera empezado… Y tiene nostalgias dobladas entre la ropa limpia del armario, afectos en las caras de las fotos viejas que guarda en la caja de zapatos de la cómoda, y también tiene recuerdos debajo del pelo, muy dentro de la cabeza, en el fondo del alma, porque todavía es una niña que sube y baja las escaleras cantando, con el pan y el chocolate en la mano… En la maletita del colegio guarda su colección de cromos de “Vida y Color”, la única que pudo terminar, y que la tiene como si fuera su tesoro más preciado, aunque no, si le preguntaran, sin dudarlo sabría qué responder: que su mayor tesoro era ella misma, y después, sí, los hijos, y…, y…, y…

Y sobre todo tiene unas ganas tremendas de comerse el mundo, ¡sí! Todavía, a pesar de, por mucho que, aunque no le guste a, y por encima de…

Sabíase dueña de tantas cosas… ¡y ella que se creía pobre!




Foto: Antonio Texto: Edurne

miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA "SITA CARAPAPEL" CUMPLE AÑOS



Todo se psico-somatiza en esta vida, ¡hasta la edad!

Pobre Sita Carapapel, hoy le han caído los 52, así, de golpe y porrazo, casi sin avisar. Si ella se creía que todavía estaba transitando por otros andurriales más… tranquilos, jóvenes e irreverentes. Para nada. La vida no perdona, el reloj corre sin parar (yo creo que nos hace trampa, y que a partir de cierta edad, corre mucho más), y los años, uno detrás de otro, van cayendo como pesadas losas sobre nuestras espaldas, cada vez más encogidas.

Aunque bueno, lo importante es llegar y contarlo, poder decir que hoy, somos un año más viej@.
¡Y más sabi@! Y que no es broma, que visto lo visto, no hay duda al respecto.
Mi año ha sido durillo, para no variar, ya ven, que desde que estaba pisando el umbral de los 50, ya se me complicó la cosa, y ahí seguimos, en la lucha diaria.

Pero hoy no quiero ponerme triste ni melancólica, que a todos nos acucian males de diversa índole, y lo único que podemos, y debemos hacer, es seguir para adelante. Ya llevamos un buen bagaje, así que algo sabremos de la vida y sus enredos, ¿no?

Hoy cumplo 52. Me parece mentira, pero debe ser cierto, porque en mi carné de identidad así figura, y porque mis progenitores y demás familia que me han precedido, así lo afirman… No me queda otra que creer en la evidencia, pero, permítanme que albergue unas pequeñísimas dudas. Primeramente, que me miro al espejo todos los días, y yo, sinceramente, me veo “casi” igual que siempre, con alguna que otra arruguilla y cosas por el estilo, marcas inevitables de esa “madurez” a la que ya, por derecho propio, pertenezco.
Y segundo, porque mi corazón no se siente tan mayor ( dejen que recurra al tópico del “joven de corazón”).

Y no se crean, que todo tiene sus ventajas y sus desventajas. Eso lo aprendí de una de mis abuelas. Las abuelas siempre son fuente de sabiduría. ¡Ay, cómo echo en falta a mis cuatro abuelos! Yo les hice abuelos por primera vez, a los cuatro. Yo estrené a toda la familia, a la paterna y a la materna en esto de ser abuelo, abuela, tío, tía… y el motivo de semejante alegría, ¡fui yo! Me duró poco, un año por un bando, y dos por el otro, pero bueno, ser la única niña durante muchos años tiene privilegios y bulas, ¡ya lo creo! Que he sido la niña de los ojos, de los suyos, de mis dos abuelos, y eso, créanme, marca.

¡Vaya, que me ha dado por lo familiar, por lo sentimental! No pido disculpas, me sienta muy bien vestirme de nieta, de sobrina, de prima, y ya ni les digo de hija y de hermana… en realidad llevo todos esos vestidos desde hace 52 años, uno encima de otro, y nada, que están como nuevos, intactos, y de plena moda.

Hoy cumplo, cierro mi año 52, entro en el siguiente, y dentro de un año, les diré que ya he llenado la botella del número 53, y así uno y otro, y otro más… y ustedes que lo vean, lo lean, que será buen síntoma. Síntoma de salud, física, mental y ¡salud bloguera!
Gracias por seguir estando ahí, detrás de cada una de esas pantallas que se abren a mi Orilla, unas ruidosas y otras calladas. Gracias por compartir mis momentos buenos y malos.
Eskerrik asko! Y levantemos una copa por un mundo mejor, por uno que pueda seguir cumpliendo años, pero con buena salud, que no sé yo…
Espero seguir teniendo el placer, inmenso placer, de continuar recorriendo la orilla de nuestras vidas y enriqueciéndonos mutuamente.

Así que, ZORIONAK GUZTIOI! ¡FELICIDADES A TODOS!

Imagen: Internet (ya sé que no es la auténtica Sita Carapapel, pero me identifico más con ésta).

domingo, 4 de diciembre de 2011

DOS ERAN DOS (VI)





–Ya me parecía a mí que no iban a tardar mucho en dejarse ver el plumero estos mangantes de la empresa de mi hermano…

–Perdona, cari, ¿qué dices? Es que estoy friendo las croquetas, y con la campana extractora a tope no te oigo bien…

–Pues nada, mira, que ya ha salido en el periódico y todo, lo del ERE de las narices de la empresa de Ignacio. Un ERE que es una suspensión de pagos en toda regla, ¡a la quiebra, vamos! ¡"Ditasea"! Voy a llamarle ahora mismo.

–¿Pero al final a cuántos van a “regular”, a tantos como decía él? Porque si es así…

–¡Sí, hija, sí! Él es de los últimos que entró en la empresa, y aunque lleve diez años o algo más, le va a tocar pagar los platos rotos. No hay derecho, con 45 años, una hipoteca, dos niños, y el trabajo de Marian que no es como para tirar cohetes…

–Malos tiempos éstos que nos han tocado, pero a unos más que a otros. Tú y yo no podemos quejarnos, que tenemos la casa pagada, la niña ya está crecidita y aunque le tocará pasarlas canutas, ya saldrá adelante. Tu trabajo, de momento, no parece que vaya a tener problemas, y yo, pues, toquemos madera, que trabajar para el Estado, todavía es más o menos seguro… No, no hay derecho a esto.

–Hay veces que pienso que es como una pesadilla, que no puede ser que algo así esté sucediendo, cuando ayer mismo nos las prometíamos tan felices, en el sentido figurado, que no todo es de color de rosa para todo el mundo, ni en tiempos de bonanza, pero…

–¿Sabes qué es lo que a mí me pone enferma? Despertarme desde la mañana con las noticias tan negras y pesimistas que nos meten mientras tratamos de volver a la realidad. Asustan, acojonan, y claro, yo creo que también hay una especie de efecto dominó, que si los mercados, que si las bolsas, que si el índice tal, el índice cuál, las agencias de recalificación, la prima de riesgo…. ¡En mi vida había oído semejantes palabras, ni sabía que existieran esos conceptos!

–Pues no te creas que yo andaba mucho más puesto en estos temas que tú, pero ahora, queramos o no, nos estamos haciendo unos expertos en economía de crisis. ¡Manda huevos!

-Ya verás, más miseria. Esto es volver hacia atrás, pero mucho, mucho...

-¡No sé cómo vamos a salir de ésta! Problemas, esto lo que va a traer es muchos problemas.

–¿Te enteraste de que entraron a robar en casa de Manolo dos veces seguidas en menos de quince días? Y todo a cuenta de esta maldita crisis, seguro que es eso, que la gente que antes más o menos se sacaba unos euros de una u otra forma, ahora ya le ha perdido el respeto a lo ajeno y no tiene ningún reparo en entrar en las casas a llevarse lo que sea, aunque sea la hucha de los niños… Claro que los honrados que de verdad lo necesitan, seguro que antes se mueren de hambre que meterse en un lío. Estos de ahora son unos manguis que trapichean con cualquier cosa, mientras que a ti te han dejado "desnudo", porque claro, entrar en tu casa, es como una violación, toda tu intimidad al descubierto, profanada...

–Ya, ya me había enterado, y hace dos meses en la otra calle, entraron en otras tres casas. Lo mismo: la tele, el portátil, las cámaras, algún móvil de esos nuevos de ahora, dinero o joyas… y menos mal que entraron cuando no había nadie…

–Pues yo estoy asustada, Juan, no me siento nada segura.

–Tranquila mujer, que tenemos unas buenas medidas de seguridad.

–¡Ay, que se me están quemando las croquetas, por Dios, lo que nos faltaba! Anda, llama a tu hermano, y que aquí estamos para lo que nos necesiten…

–Sí, ahora mismo le llamo. ¡Gracias, cari! Te quiero, ¿lo sabías?

–¿No será por mis croquetas, verdad? Porque las de hoy… ¡Venga, llama ya!

Pintura: Antonio Texto: Edurne

viernes, 2 de diciembre de 2011

¡Y YO CON ESTOS PELOS!




KATTAGORRI

Vengo de la peluquería, pero, la verdad, no estoy muy contenta con el aspecto que me han dejado. Mi amiga Urtxintxa me recomendó el nuevo Salón de estética del Quinto Pino, porque ella ya lo había probado y estaba encantada con el cardado que le hicieron en la cola.

A mí, sinceramente, no me ha parecido nada del otro mundo; claro que como reclamo han llenado todos los troncos de la Avenida Frondosa con fotos de Buztan Ardil, el estilista más fashion de todo el Bosque Perdido. Modernidades del marketing, porque al fin y al cabo, es lo de siempre: lavar, marcar y peinar, o cortar, alisar, cardar, una permanente, la manicure, un quítame esos pelillos de ahí… ya saben, lo clásico, sólo que ahora todo está lleno de tonterías: que si huy, qué calidad de pelo, qué mata más tupida, qué manos tan finas, y fíjate en estas uñas… vamos, vamos, que te vamos a dejar divina.

Ja, ja y ja, me río yo, y sino mírenme ustedes, que parece que acabo de ver un fantasma, con los pelos todos parados, como diría mi prima Ardi Macarena de Chile, con esta manicura de pacotilla que no me vale para nada, que ni agarrar las avellanas puedo. ¡Ya te digo, un cuento chino! ¡Donde esté mi peluquera de toda la vida, que se quiten estos niñatos con ínfulas de genios de alta peluquería! ¡Estilistas, peluqueros…! Así se hacen llamar ahora.

Además, que digo yo, que si con estar un poco arregladita, ya vale, total, nosotras nos pasamos el día corre que te corre de árbol en árbol… así la melena no te dura peinada ni medio segundo. Con llevarlo limpio, decente y brillante, ¡listo! De acuerdo que algunas de nosotras tenemos ciertas responsabilidades para con la comunidad ardillil y hemos de presentarnos en público con un aspecto más… ¿cómo diríamos, más serio o cuidado, elegante…? Pues para eso, Marradun, mi peluquera de siempre, me vale y me sobra, además que ella ha sido la que me ha recortado las puntas de la cola toda la vida, la que me ha arreglado estos pelos rebeldes que se me disparan a la mínima de cambio… Me siento como si la hubiera traicionado, y en el fondo es verdad. No, no lo volveré a hacer nunca más ¡y que no me líe otra vez la pesada de Urtxintxa, que ya me tiene hasta el hocico!

No sé si les he comentado que yo soy la representante oficial de las ardillas de este bosque, que me eligieron hace un par de años en unos comicios muy reñidos, y que, por suerte para mí, lo más importante no era el color del pelaje, ni la largura de la cola, ni siquiera lo afilado de los dientes roedores ni de las uñas, de su dureza… (cosas que ya poseo), sino que lo más importante era la inteligencia, la sagacidad, la sinceridad, la lealtad al Bosque Perdido y el don de gentes. Casi todo el mundo me votó a mí, así que quien sale en la mayoría las fotos que hacen los curiosos, o en las de la publicidad de la Región Verde y del Bosque Perdido en particular, soy yo. Pero yo, con mi estilismo de siempre me he mantenido fiel a la imagen de la Ardilla de bosque auténtica, las modernidades, las muy modernas, que tampoco soy una rancia, no entran en mis planes.

Aunque, bien pensado… esperaré unos días con este nuevo “luk” antes de quitármelo, porque, con lo que me ha costado… ¡ya les digo, casi medio saco de nueces y avellanas de la mejor calidad! Además, me he visto así de refilón en las aguas del Estanque de Los Patos Mareados y… vaya, no estaba tan mal, ¿o no les gusta a ustedes?

*Kattagorri= Ardilla Roja Urtxintxa= Ardilla Buztan= Cola Marradun= Rayada (en Euskera)

Foto: Antonio Texto: Edurne

martes, 29 de noviembre de 2011

DUÉRMETE NIÑO...



Duérmete niño,

duérmete ya,

que viene el coco

y te comerá.

No sabría muy bien cómo definir la sensación, o las sensaciones, que me invade/n. Es una mezcla de desencanto, miedo, rabia, impotencia, estupor… eso, en cuanto a la parte psíquica y anímica, que en lo referente al estado del cuerpo que me alberga… estoy más que rota, derrengada, exhausta… Llego de trabajar, como aquella heroína de cuento que regresa de las Cruzadas o la Guerra de los Cien Años, ustedes me entienden, ¿verdad?
Comento todos los días con quienes me son cercanos a todos los niveles, lo extraño y particular de este año, de este comienzo de curso, de este último cuatrimestre… ¿Hay explicación para todo esto? Tal vez. Los teóricos, los escépticos, los profesionales, los sabios, las mentes preclaras y los mortales de a pie, seguro que sabrían explicarlo, cada cual según su teoría, su propia experiencia, sus intereses, su desencanto, sus perspectivas de futuro, su comodidad y su indiferencia…
Creo que estoy en un momento de mi vida crucial. Por muchas razones. Claro que, todos los momentos de nuestra vida son cruciales e importantes, puesto que, decisiones aparentemente carentes de relevancia, seguramente sean las que marquen nuestro futuro, pero… ¿qué quieren que les diga? Yo presiento que estoy viviendo unos momentos especiales.
Estoy comiendo chocolate (ya llevo media tableta) mientras escribo estas reflexiones a cielo abierto (como las minas, algunas minas, a cielo abierto, y eso me hace recordar que mi bisabuelo Martín era minero, ¡vaya, ahora me entra la melancolía familiar!), para endulzar un poco todas estas amarguras que voy vertiendo, escanciando en la copa del folio en blanco virtual… y que luego beberán ustedes. Más que nada es por eso, porque el poso de este brebaje, el que quede en sus paladares, sea un poso con un leve sabor a esperanza, que a la señorita Esperanza, nunca la pierdo de vista…
Son las seis menos diez de la tarde, martes 29 de noviembre, recién llegada de mi “guerra” escolar, y es que es una batalla, créanme si les digo que es una batalla diaria. Me pregunto una y otra vez qué ha pasado, dónde se nos ha perdido algo, en qué tramo del camino… Llevo 30 años, 31 cursos en la enseñanza, y estoy alucinando. Pero ya les digo que no pierdo de vista a mi amiga la Esperanza, la de verdad, la que se lleva en los corazones, y por eso soy capaz todavía de mantener mi ilusión de docente, aunque nos estén dando tantas tortas por todas las partes.
Me quedan cuatro onzas de chocolate, tres, ahora son tres… así subo un poco la energía, que está como para acarrearla con grúa, polea, tractor…
Tengo que llegar al miércoles que viene medianamente bien, con la moral intacta, como el Alcoyano (creo recordar que se decía aquello de: “Tienes más moral que el Alcoyano”), y es que quiero entrar en los 52 con espíritu de ganadora. ¡Ánimo, Edurne, que tú puedes! A ver si la autoayuda surte efecto…
Cada vez veo menos, la pantalla del ordenador ilumina el teclado malamente, pero mis dedos son como lagartijas, como ardillas saltarinas, que se deslizan por él casi a ciegas.
Alguien me decía en la entrada anterior que no entendía mis palabras, el sentido que tenían, oculto, y no tan oculto. La mayoría sí me han comprendido. Con estas letras, es como si hiciera una transcripción de las anteriores. Y seguro que muchos de ustedes también las comparten.
La noche ya nos rodea, ¡ay!, es como si de verdad llegara ese coco de la canción, como si una malvada bruja nos acunara y con una sonrisa maliciosa quisiera engañar a nuestro miedo (pero éste es más listo que el hambre). Yo, por si las moscas, siempre despierta, alerta en todo momento, con los ojos y todos los sentidos en estado de alerta. No están los tiempos como para dormirse en los laureles. ¡Para nada!

Postal: Dibujo de Lontxo Yriarte para el libro “Euskal Alfabetoa Iruditan”. Canción: Popular

viernes, 25 de noviembre de 2011

LA "MALAGANA"



Me suben esas ganas incontenibles de borrarlo todo
con un simple clic en la tecla “supr” del ordenador…
Me suben y no llegan solas,
que nubes de humo gris vienen jaleando
a los elementos discordantes,
como si la calle de la amargura fuera solamente
de ellos, convertida en una larguísima
avenida de vienen y no se van…
Bocanadas de desesperanza y sueños inciertos.
Hoy no cantan los mirlos, ni negros ni blancos.
Hoy llegan bandadas de pájaros de mal agüero,
y con ellos músicos viejos, con traje de cenizas,
zapatos polvorientos y cara de pocos amigos.
Decididamente me suben las ganas,
más bien diría yo: “ la malagana”,
la que se apunta al intermedio, a la fiesta y al recreo.
Todo ocupado, nada libre, no hay sitio:
"vuelva usted mañana".
¡Triste palabra!

Foto: Antonio Texto: Edurne

sábado, 19 de noviembre de 2011

DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro XLI)

































































Todos los Santos. Puente, cuatro días festivos. Escapo al Foro. Ya, ya sé, hace tres semanas de todo esto, tampoco ha pasado tanto tiempo, así que todavía estamos a tiempo, todavía, aunque parezca que se me está pasando el arroz.

Y no, no voy a empezar de nuevo con que no tengo tiempo (que es verdad), con que la escuela me absorbe y me quita energía (que también), con que las responsabilidades familiares me llevan el poco tiempo que me queda (completamente cierto), y con que el poco asueto que me queda, casi se lo robo a las horas de descanso (sin lugar a dudas)… pero, ahí queda la puntualización y las razones de mi demorada actividad bloguera.

Ya saben, pido disculpas. Siempre. Sé que las aceptan y comprenden. Quedamos en paz. Amén.
No sé, tal vez esta Crónica lleve más parte gráfica que textual. También les digo que estoy escribiendo como continuación a las primeras letras que dejé en este folio virtual hace diez días, y ya ven, he tenido que cambiar la fecha porque el tiempo se me va echando encima. Hoy es sábado 19, día de reflexión (me río, me permitan ustedes la risa o sonrisa o escepticismo…), y a las 11:17, aquí estoy, tecleando. Continúo.

Nadie me pondrá en duda lo raro que está siendo este otoño (nadie que habite en esta Piel de Toro, claro). Estamos casi terminando noviembre, y el termómetro marca 22º (en Bilbao), hace un viento sur que te vuelve completamente loca, o loco, al gusto, y cuando la madre Natura se desmelena, hala, agua va y agua viene (en Madrid por ejemplo, o en la cuenca mediterránea). Decididamente, está/estamos de un alterado…

Y la parte buena, la bonita es la que yo les voy a presentar aquí: un vestido otoñal precioso, con unas tonalidades cálidas a más no poder. Y cómo no, las posibilidades que este tiempo trastocado nos presenta, nos pone al alcance de nada, un simple paseo, ya ven ustedes, un simple paseo por nuestras ciudades, nuestros parques y avenidas. Sólo con eso, ya nos sentimos reconfortados, animados, recargados…

El Retiro siempre es un buen recurso para los madrileños y los que nos dejamos ver por allí de vez en cuando, o de cuando en vez. Y para muestra un pequeño catálogo de “botones”. Gente de todo tipo, actividades varias y variopintas, allí nadie es extraño, nadie te mira raro. Cada cual a lo suyo, y listo.
¡Qué les voy a decir yo que soy una entusiasta de este sitio, y del dejarse llevar, del deambule anarco, del mirar y dejar que te miren, que ya puestos… trueque, ¿no?!
Ese color naranja amarronado, con toques de un verde trasnochado que lucen los árboles, esas hojas que crujen a nuestro paso, ese trasluz, esas luces, esas sombras… ¡Ay!

Como siempre, la oferta cultural es amplia, tampoco hay demasiado tiempo para asistir a todo, ni es cuestión de dedicarse únicamente a culturalizarse, pero unas reseñas para que ustedes apunten:
En el mismo Retiro, en el Centro Cultural de La Casa de Vacas, había una exposición sobre un certamen de pintura al aire libre, cuyo tema era el propio parque. Sinceramente, había cosas muy buenas, y como opción entre paseo y paseo, muy recomendable.
Otra exposición que recomiendo es la de Locus Solus en el Reina Sofía, sobre la concepción del arte en todas sus facetas de Raymond Roussel. Aquí se aglutinan obras de autores muy variados, pero con una importancia terrible en el mundo del Arte del siglo XX. Les dejo un enlace y ustedes deciden. A mí me gustó, me interesó. La hora escogida para la visita fue la mejor, porque a la salida vimos que había unas colas tremendas… Así que si les viene bien después de comer, entre las cuatro de la tarde y las cinco a más tardar, perfecto.

También una película. A veces no se tienen demasiadas ganas de pensar o ponerse una en plan filosófico, transcendental, melodramático… qué sé yo, pero entonces la oferta se reduce bastante. El film del que les voy a hablar no es liviano, ni tampoco de cine fórum, pero no deja tener su rastro de realidad más angustiosa. La crisis que nos está azotando a diestro y siniestro (este último adjetivo, y haciendo uso de la polisemia de la palabra, me parece muy adecuado porque es todo de un siniestro que madre mía) es tema recurrente en todas partes, también es utilizada con excusa, con o sin razón muchas veces. En fin, que forma parte de nosotros como un calcetín que calzamos todos los días, y que algunos no pueden ni quitárselo a la hora de ir a la cama, entre otras cosas, porque no tienen cama en la que acostarse… (tema para reflexionar). Bueno, pues en esta película, se adentran en el corazón de Wall Street, donde se gestan todos esos galimatías numéricos de los que la inmensa mayoría de los mortales no entendemos nada, pero que sí padecemos. Una película de “tiburones”, una breve explicación de cómo y por qué empezó todo esto. “Margin Call” es la película de la que hablo. Para quien muestre interés…

Lecturas: Siempre que voy y vengo, llevo lectura en mi mochila. Aquí les dejo tres referencias.
Silas Marner de George Eliot, pseudónimo de Mary Ann Evans. Novela que se desarrolla en la Inglaterra puritana en la que también están situadas las obras de Jane Austen, por ejemplo. Les dejo aquí el enlace a un resumen de esta obra.

El traje gris” de Andrea Camilleri. Nada, no había leído nada de este hombre, aunque sí había oído hablar de él, y oigan, pues que me ha encantado, simplemente, encantado. Es una novela corta que se lee muy bien y con la que uno, al final, más que nada, se siente bastante identificado, pues son situaciones reales que le pueden suceder a cualquiera, pertenezca a una clase social o a otra. Yo, precavida, me he agenciado otra obra de este autor, escrita al alimón con otro escritor del que tampoco he leído nada pero que si me resulta como el amigo Camilleri… Ya les informaré al respecto.

Cierta forma del viento en los cabellos” de José Miguel Junco. Poesía. Tampoco sabía nada de este hombre. A leer poesía siempre estoy dispuesta, ya lo saben, y me he leído este libro con mucho gusto, lo he saboreado y disfrutado. Un buen hallazgo. Poesía cercana, que muchas veces se agradece. Eso de que puedas tomar los sentimientos prestados, está muy bien, y con este poemario, creo que ese efecto queda más que conseguido.

Y este año me quedé sin mis “Huesitos de Santo”, a los que alguna otra vez he hecho referencia, pues en mi casa, desde que yo recuerdo, siempre me los han comprado, aunque ya tenga los años que tengo, pero claro, no he dejado de ser la niña de mis progenitores, y a ellos les hace ilusión recordar esos tiempos, ya ven, la vida todavía nos mantiene unidos a cosas tiernas y bonitas, dulces…

Les prometo hacer un esfuerzo y pasearme más frecuentemente por la Orilla, para acompañarles en el chapoteo; y en lo que pueda, hacer incursiones por sus casas.
Los tiempos han cambiado, es evidente.
Que ustedes sean felices. Un abrazo enorme.




Fotos: Antonio y Edurne Cartel película: Internet Referencia Exposición: El País. Escaneado y fotos de libros: Edurne