martes, 31 de diciembre de 2019

LAS UVAS DE LA IRA (Sic.)


Estas son las uvas de la ira número 13. ¡Ya son años los que llevamos compartiendo uvas, eh!

Al igual que la semana anterior, las prisas me tienen pillada. Eso y que ando lenta, que estoy atascada, que el desmadre emocional que me desborda ha hecho de mí una Edurne un poco irreconocible para mí... ¡Qué se le va a hacer, ya volverán las aguas a su cauce!

Después de estas fiestas intentaré encauzar mi nueva situación, y entonces, tal vez, pueda ser capaz de hacer eso de los balances vitales. Dejar toda una vida atrás y encontrarte frente a una puerta medio abierta... da un poco de yuyú, no se crean.

Pero bueno, dejémonos de tonterías ahora, que hay prisa, que el año se está escapando por las rendijas, y ya veo cómo asoma el morro ese gordito redondo llamado 2020. ¡Entramos en los  locos años 20!

Escribo con el verde de la esperanza, por si ayuda en eso de los deseos y pedidos, encomiendas y demás ternuras de la época.

También me sigo apuntando a las gracias graciosas, a las del corazón, vamos, a las del agradecimiento por la compañía y los buenos ratos. Abro mis brazos y abarco a todos los buenos amigos que llevan pasando por esta orilla tanto y tanto tiempo, y con este abrazo virtual quiero hacerles llegar mi afecto y mis más sinceros deseos de todo lo mejor para sus vidas.

Levantemos las copas y brindemos por un mundo mejor.
¡FELIZ AÑO 2020! URTE BERRI ON!

¡Ah, y mi recomendación de siempre: me sean felices!

Foto y texto: Edurne. Uvas: De la cocina de mi amatxu.

martes, 24 de diciembre de 2019

ESTA NOCHE ES NOCHE BUENA Y MAÑANA...


... Y mañana, ¡Dios dirá!
Día de prisas, tarde de agobios... 
Bueno, solo quería acercarme y dejar en esta Orilla un pequeño remanso de paz: desde la Reserva del Urdaibai, un villancico tradicional de estas tierras: "Hator, hator..."

Que sean ustedes muy felices, que la paz reine en sus vidas y que... nos sigamos encontrando por esta Orilla.

Un abrazo y todo mi cariño.
¡FELIZ NAVIDAD!
EGUBERRI ON!
;)

Vídeo. Youtube. Deseos: Edurne

domingo, 15 de diciembre de 2019

PARA TOD@S VOSOTR@S : una carta de agradecimiento y despedida




Cuando era pequeña, allá por la recién estrenada segunda mitad del pasado siglo, y veía mi vida como un largo camino, pensaba que me iba a dar tiempo para hacer todo lo que quisiera. ¡Ingenua de mí! Han pasado muchos años, muchos, tal vez diría que demasiados, aunque, nunca son tantos como pensamos, y de todos aquellos sueños, aquellos planes… el que de verdad he podido cumplir hasta el final ha sido el de mi vocación, temprana, de ser maestra. Claro que también quería ser titiritera, espía, payasa, escritora, misionera, bailarina, bibliotecaria, enfermera, arqueóloga… ¡Y tantas cosas más! Todavía sigo queriendo ser unas cuántas de esas… ¡Tal vez ahora pueda!



Viernes 20 de diciembre de 2019, último día de una etapa de mi vida que se cierra, mi periplo más largo, más provechoso, duro y alegre (de momento). La nostalgia, que me viene rondando y anudando las entrañas y la garganta desde hace tiempo, me empuja a que os escriba esta carta.

No he tenido hijos, pero el destino me tenía preparada esta otra “maternidad”, la de ser la maestra, la andereño, de tant@s y tant@s... En treinta y ocho años de profesión, treinta y nueve cursos escolares, ¡uf, sois una legión quienes habéis pasado por mis manos! Incluso he sido andereño de algunos de vuestros hijos e hijas... Más orgullosa no puedo sentirme. 



Siempre he tenido miedo a estropear tan preciada mercancía. Las dudas me han asaltado hasta el último momento: ¿estaré haciéndolo bien? El material humano, y más si son niños, adolescentes, es lo más delicado que hay para trabajar. Si erramos, lo hecho no es algo que pueda borrarse y volver a empezar. Lo hecho, hecho está, ahí queda, y el error le puede fastidiar la vida a esa criatura.



Pero estoy tranquila, habéis salido al mundo, y no es el mundo el que os ha comido, sino vosotr@s quien se lo come, tenéis buenas herramientas entre las manos y sabéis usarlas.
También estoy contenta porque much@s de vosotr@s habéis seguido mis pasos y ahora os dedicáis a esta bendita profesión. Un@s cuánt@s habéis hecho las prácticas de Magisterio conmigo; otr@s, en algún momento, habéis trabajado, o incluso ahora mismo trabajáis, en la escuela… ¿Entendéis eso del orgullo? Es como el orgullo de una madre.

Jubilación. ¡Qué palabra tan fuerte! A mí se me ha metido hasta el tuétano y mientras que no la digiera bien digerida, me va a estar machacando noche y día. Acostumbrarse a los cambios es duro, difícil… Ya lo iréis comprobando, de hecho ya habéis hecho algunos cambios en vuestras vidas, unos porque han de llegar, otros, voluntarios, y otros porque vienen sin avisar y nos dejan descolocados. ¡Así es la vida, querid@s!



Siempre me he vanagloriado de mantener una buena relación con mis alumn@s, y creo que soy una gran privilegiada, porque, a ver, ¿cuánta gente de mi profesión puede decir que a pesar de los años pasados todavía mantiene el contacto con un nutrido grupo de sus pupil@s? Yo sí puedo decirlo, y presumo de ello.

Seguir vuestros pasos más allá de la escuela no ha sido difícil, siempre he preguntado a unos y a otros, aquí y allá… Siempre he estado al tanto de vuestros progresos y me he alegrado de esos logros merecidos. ¡Sois mis niñ@s!

Andereño Edurne. ¡Suena tan bien! No quiero ser otra cosa que andereño Edurne, siempre seré andereño, maestra, ¡hasta que me muera!



Sé, por experiencia, porque yo también he sido niña, adolescente, joven alocada… que hay profes que se quedan en tu corazón para siempre, yo tengo un@s poc@s. De hecho, hace unos meses, y por uno de esos azares maravillosos de la vida, pude contactar de nuevo con mi querida profe de Francés del Instituto, Yvonne. La emoción que le hizo saber de una de sus alumnas, que además la había recordado toda la vida y que ahora tenía la oportunidad de decírselo… fue terrible. ¡Uf, me emociono solo de volver a recordarlo!

Sé también, que much@s os seguiréis acordando de mí, (¡espero que bien!), y que otr@s me habrán borrado de su vida hace tiempo ya. Es imposible caerle bien a todo el mundo, resultarle buena profesora, que sientan que les eres cercana, que crean que en realidad te preocupas por él, por ella…



Pero lo que sí quiero que sepáis es que de tod@s vosotr@s, y mirad que sois chiquicientos…, he aprendido mucho. He aprendido de vuestros problemas, de vuestras reflexiones, de vuestras vivencias, de vuestros razonamientos, de vuestras cabezonerías, de los malos y buenos tragos que me habéis hecho pasar, de lo que he sufrido y lo que he disfrutado con vosotros… Habéis hecho que nunca haya dejado de ser esa Edurne niña que salía del cole todas las tardes como si acabara de llegar de la guerra de los Cien Años: despeinada, con las manos manchadas de bolis de todos los colores, con los leotardos del uniforme retorcidos, con la goma de saltar saliéndose por el bolsillo de la bata, y con esa sonrisa inocente y picarona pidiendo la merienda a ama, y con un poquito de miedo por tener que decirle a aita que no había terminado todos los trabajos de clase… ¡En fin, cómo no me iba a identificar yo con vosotr@s!



Sé que ya sois unas mujeres y unos hombres de provecho, y que l@s que están en el camino, también lo lograrán. Da igual a qué nos dediquemos, no todo el mundo puede ser ingeniero, piloto, arquitecto, físico… en la vida somos de todo, necesitamos de todas las profesiones. Solo tenemos que poner empeño y mucho cariño en lo que hacemos. La de maestr@ es la profesión de profesiones. Para ser lo que sea que queramos o podamos ser… hay que pasar por la escuela. Y ahí es donde estamos nostr@s, esperando a que años tras año lleguen nuevas generaciones a las que educar y enseñar a ser buenas personas, que en definitiva es lo más importante de todo.

Espero haber estado a la altura, con todos los fallos y defectos que arrastro (es lo que tiene ser humano y no máquina), yo he intentado dar todo lo mejor de mí y hacerlo lo más ameno y divertido posible. Recordad que el saber no ocupa lugar, eso me lo decía siempre  mi amama. Sabed que os quiero a tod@s, que podéis contar conmigo para lo que queráis o necesitéis. Habéis sido un regalo para mí.



No os olvidéis nunca de luchar por aquello que creáis justo, ni de perseguir la felicidad, y mucho menos de ser buena gente…
¡Ojito, que os estaré vigilando!

Bihotz-bihotzez
                            Andereño Edurne 




Fotos: De mi memoria personal. Texto, lágrimas, moqueo, sentimiento, alma, corazón y vida  y demás: Edurne
* Escribo en castellano puesto que la carta la voy a publicar en medios en los que quienes me vayan a leer no tienen porqué saber Euskera. 











sábado, 7 de diciembre de 2019

¡YA ESTÁN AQUÍ! LOS 60 HAN VENIDO PARA QUEDARSE




Pues sí, parece mentira pero ya han llegado. Llevaban un tiempo amenazando con venir, yo me hacía la loca, que no, que no, que sesenta son muchos ya, que todavía no me ha dado tiempo a … ¡tanto! Pero nada, ellos dicen que cumplen el protocolo, que no cabe recurso de casación ni protesta alguna, son sesenta y vienen todos juntos, de golpe. Dicen que es mejor así, que ya veré dentro de unos meses cómo me acostumbro a eso de: ¿edad? Y que me saldrá sin pensarlo apenas, “sesenta”. ¡Toma ya!  Que tendré que atender en la cola de la frutería a eso de “señora, ¿algo más?”

Pero vamos a ver, si yo lo único que recuerdo es que mi ilusión era tener 10 años, pero solo 10, por eso de los dos dígitos, ¡y punto! Ni caso. Y todos los años uno más, y uno más, y otro, y hala, toma ahora cambiamos de década, y otra vez… ¡Y aquí estamos! Esto es muy fuerte, oigan, muy fuerte, porque, vamos a ver, pasas a los sesenta, en mi caso me jubilo (merecidamente), y de pronto eres “CESANTE”, en los papeles que te mandan del gobierno, te dicen que tal día cesarás en tu condición de funcionario de carrera y que pasarás a ser pensionista. ¡Socorroooo!

Y ahí están los malditos sesenta, riéndose a mandíbula batiente (me quedo con el lugar común, total ya tengo 60…), se lo están pasando pipa con mi agobio.

Además, del maremágnum emocional que tengo por las tripas, llevo haciendo un duelo de esos potentes desde hace meses, y que ahora lleva un mes azuzando a base de bien en forma de gripe complicada. No levanto cabeza. Total, que me jubilo el día 20 de diciembre, de semejante guisa, ¡pues vaya!

¡Qué vida esta, eh! Te pones ahí en plan dale que te pego a trabajar, a estudiar, a planear, a trabajar, a estudiar, a esto, a lo otro, a lo de aquí y lo de más allá, a caerte, a levantarte, a reír, a llorar, a correr, a pasear y… Y de pronto, se cruza en tu camino esta cuadrilla de petardos, que viene a recordarte que: ¡Alto ahí, guapita, que las cosas no son así, echa el freno! ¡Y cualquiera les dice que no!

Y en esas, en estas, estamos, estoy más bien. Que hoy cumplo. Habrá que congratularse porque todavía puedo contarlo y echar unas rabias y unas risas. Se abre ante mí un nuevo paisaje (nuevo en parte, lo demás es una continuación de lo que ya tengo). Soy activa e inquieta por naturaleza, tengo recursos para nadar por el estanque sin ahogarme demasiado, así que con unos buenos manguitos, creo que saldré a flote.

Gracias mil a todos y todas los que seguís acompañando a esta orillera desde hace tantos años. Procuraré seguir guardando el horizonte como se merece.

Y permítanme que hoy el brindis sea por mí, porque sea capaz de sobrevivirme y dar lo mejor que mi persona en el tiempo que aún me toque seguir en la carrera de la vida.

Mejor reír que llorar, ¿no les parece?



ESKERRIK ASKO!


Fotos: De la memoria familiar y de mi perfil de WhatsApp. Texto: Edurne