Ayer me dijiste
con la boquita de mentir
que me querías.
Y hoy,
hoy acabas de inocular
la última dosis de carcoma exprés
en las vigas de mi casa.
Me afano en apuntalar
momentos que creí ciertos,
caricias a contraviento,
besos al vuelo,
miradas de riguroso estreno
y cuerpos ya viejos...
Reparto cubos y baldes
para recoger las aguas que desbordan
por las lindes de mi fracaso y tu olvido.
Guardo en mi maleta de ida y vuelta
todo el amor que te di,
el que todavía me queda,
las gafas de ver la vida siendo dos,
y lo poco que de tu casa me pude traer.
Cada paso que doy
me hunde más en el desasosiego.
Camino sola,
a oscuras y en silencio
por no despertar a los miedos.
Amenaza ruina nuestro refugio
pero yo me hago fuerte
mientras me quede aliento.
Ya ves,
soplan malos vientos
y yo tengo las manos llenas de dolor,
los ojos ciegos de llanto,
el corazón encogido de la pena,
la boca muda de llamarte
y los pies anclados en un mundo
que tú no quieres mirar.
soplan malos vientos
y yo tengo las manos llenas de dolor,
los ojos ciegos de llanto,
el corazón encogido de la pena,
la boca muda de llamarte
y los pies anclados en un mundo
que tú no quieres mirar.
A lo lejos se escuchan unas risas,
es la vida que,
una vez más,
se ríe de mí.
Dibujo: Antonio. Poema: Edurne