


Tenemos en Bilbao, en el Botxo, un hermoso barco varado en la orilla, en la orilla de nuestra querida Ría.
Un barco de titanio, que lleva siempre las tripas llenas de colores y formas. Un barco con muchos pasajeros, un barco como una torre de Babel.
Últimamente han anclado por estos lares dos artistas orientales, un japonés, MURAKAMI y un chino, CAI GUO-QUIANG.
Dos conceptos distintos de entender el arte. El uno, Murakami con fuertes influencias del llamado cómic japonés, “manga” y con una visión totalmente comercial del asunto; y el otro, Cai Guo-Quiang, con unas inquietudes más allá de lo estrictamente real.
Personalmente me quedo con el chino, por muchas razones, pero claro, sobre gustos, ya se sabe, no hay nada escrito, así que en estos casos lo mejor es ver y juzgar por uno mismo. Lo de siempre, Bilbao está cerquita. Cerquita de casi cualquier sitio. El Guggenheim es sólo la disculpa. Bilbao tiene de todo en un tamaño de ciudad de lo más manejable, y lo mejor de todo: su gente. ¡Ja ja ja! Se nota que barro para casa, pero sé que ustedes me lo perdonan.
Pues eso, que ánimo y sino, lo de siempre, les dejo el enlace del museo y ahí se dan una vueltita para ver si les gusta…
Foto: Edurne Imágenes: de los folletos informativos del Museo