Hace dos semanas escribía yo todo lo que sigue a continuación, y que a su vez formaba parte de un borrador de hace más de mes y medio.
En vista de que mis biorritmos siguen igual, decido ahora mismo publicar lo que tengo así, tal cual, a palo seco y con poca imagen (ya iré añadiendo y reformando, ¡espero!)
Se me anda complicando todo mucho, y también que mi yo guerrero está bajo mínimos. Ya se irá inflando la vela para poder soltar amarras y volver a navegar...
Paciencia y confianza.
Y disculpas si les resulta largo y pesado de leer todo lo que ahora les lanzo, como una botella con mensaje arrojada al mar...
Y disculpas si les resulta largo y pesado de leer todo lo que ahora les lanzo, como una botella con mensaje arrojada al mar...
Confusión. Caos. Altibajos.
Agobios. Prisas. No tiempo. Pero nada, nada de tiempo. Nada para nada. Y todo
revuelto: la vida, los sentimientos… Todo.
Hay cosas, ciertas cosas que más
o menos se mantienen, otras que cambian, algunas más que no llegan, que se
frustran, y muchas que te parece que están ahí para machacarte todavía más.
Ahora mismo, después de tener en
el borrador del blog esta entrada con título e imagen de cabecera desde hace
casi un mes, y de llevar dándole vueltas a todo, ahora mismo, repito, cuando
son las 18:18 de la tarde de este primer domingo con hora atrasada (me está
entrando un bajonazo), acabo de entrar de la terraza, donde llevaba un rato
leyendo, y he decidido que me tengo que poner con este Tótum Revolútum (y hasta dudas me entran acerca de las tildes…)
porque el demorarlo más puede ser peligroso.
Y punto.
He subtitulado la entrada como
“Crónicas del desconcierto”, y nada más certero. Hay Crónicas del Foro, hay
Historias de la Ría, hay pensamientos y reflexiones, emociones y desconsuelos, hay
impotencias y rabias contenidas; pero también hay un poco de la sal de la vida:
de exposiciones, de paseos, de alguna charla reconfortante, de cines, de
libros, de nuevo curso escolar y literario, de tertulias, de presentación de
nuestro libro… Como ven hay de todo.
Ahora mismo no me veo capaz de
referirles a ustedes todo cronológicamente, así que me perdonarán si voy un
poco a salto de mata, en plan anarco, un poco como una parte de mí misma, que
viaja por libre por la vida. Y también sabrán disculpar el que tal vez no haya
demasiado texto, demasiada narración de los hechos, no sé, ahora mismo, según
tecleo y la noche se va acercando (porca miseria!), no tengo ni la más remota
idea de lo que mis dedos juguetones están pensando teclear en el próximo
segundo… Soy “espontánea”, como el Cola-Cao (jejejeje).
En Septiembre (¡qué lejos queda
ya!) comenzó la nueva etapa escolar. Nuevo curso, nuevo grupo… Yo ya les tenía
el ojo echado, y como no tengo nadie por delante para elegir… pues para mí,
¡adjudicados! 5º de Primaria, 14 pupilos de mi tutoría y tres más de otra
tutoría en las horas de Euskera, Mate y lo que en castellano se denomina
Conocimiento del Medio, o sea, durante 11 horas semanales tengo 17 y el resto,
14, no está mal, ¿no? Pero no es oro todo lo que reluce…
(Inciso, tengo que encender la
luz).
El coche se ha calado, contacto
y… arranca. Arranco de nuevo. Metáforas para explicar un poco mi estado, mi
nuevo estado vital. Así ando, me paro y arranco, me paro y arranco.
El viernes que viene me daré otro
paseo por el Foro, ya estuve el mes pasado también, pero, a veces lo más
importante no es ir y ver y ver, y caminar y caminar… no, a veces lo más
importante radica en lo más simple, en lo más sencillo: en quedarte en casa, en
sentarte a ver la tele con quien quieres, en dormitar tranquila, aunque solo
sea un par de horas, en leer el periódico, en pasear sin rumbo pero cerca de la
orilla, en sentarte en un banco y mirar al cielo, observar el baile de las nubes,
lento, acompasado… ¿Consiste en eso la felicidad? Pues teniendo en cuenta que
la felicidad es una quimera que solo se nos presenta a ratos, por momentos,
segundos, que son trozos, jirones de momentos felices… sí, hay que agarrar esas
situaciones y considerarlas como un regalo. Doy las gracias por todo lo que
tengo, que en realidad no es poco. Tengo muchísimo más que muchas personas, y
aun así, me siento desgraciada gran parte del tiempo. Y tampoco creo ser
diferente a ninguno de ustedes, me pasan las mismas cosas, parecidas, solo que
en momentos diferentes, cuando unos lloran, otros reímos, y viceversa. Me
siento en proceso de cambio, de reforma, de reencuentro con todo, con la vida,
conmigo misma, con los demás…
Ayer le decía a mi ama que me
había vuelto muy observadora. Y eso lo he “observado” desde que me tocó ser el
bastón de mi aita, primero, y ahora de mi ama. Voy caminando con él, antes, y
con ella, ahora, nos paramos, nos sentamos, miramos, hablamos, o nos miramos… Y
yo me percato de todo lo que hay a mi alrededor. Y saco muchas conclusiones,
muchas (otro día les hablaré de ellas).
Y… como veo que me estoy yendo
por las ramas, y no quiero ponerme demasiado melancólica o grave y seria,
profunda, filosófica, llorona… pues nada, que voy a pasar a hacer una breve
recopilación de hechos acaecidos o acontecidos en este periodo de tiempo,
corto, pero largo al mismo tiempo.
Antes de nada, caer en el tópico
del tiempo, y en repetir conversaciones de ascensor que ya han trascendido a
otros términos y lugares. El tiempo, el otoño que no termina de llegar, el
verano que se prolonga en demasía, dejando los cuerpos desconcertados. Sí,
¿hasta cuándo? Una ya no sabe qué ropa ponerse, por un lado parece que no
procede tal o cual vestimenta, pero… sí, noviembre está al caer, dentro de seis
días ya estaremos en ese tramo que suena a frío, y… ¡NADA! Pues eso, que así
estamos con los termómetros locos, locos. Y que nadie me diga que no tiene
relación directa con la alteración de las personalidades. Si nos afecta a los adultos,
imaginen a los más pequeños. Y como tienen menos mecanismos que nosotros para
controlarse, pues, eso, lo que están pensando, que es una locura dar clases. Ni les cuento.
Y como apuntaba más arriba,
haciendo referencia al codiciado metal, pues este año tampoco me he librado de
tener un elemento discordante en grupo tan majo. Una locura. O da él conmigo, o
yo con él. La cosa ya está que arde y ha habido tres entrevistas con la madre,
la última con ultimátum. Esperemos que surta efecto y que además al niño lo
desvíen a un psicólogo para que hagan un diagnóstico y sepamos a qué atenernos.
Y una que está más blandita y sensible que lo normal…
Me parece que había dicho yo que
iba a haber poco texto, ¿no? No sé…
En Septiembre también tuvo lugar
la presentación de nuestro libro colectivo, ¡el número 18! Fue un rato de lo
más agradable, y les juro que esas horas, las aproveché a tope. Además de los
reencuentros y los ánimos y votos renovados para este nuevo curso escribidor, a
mí me sirvió de terapia, de cambio de chip.
Inciso, Inciso y más inciso. La
hora avanza, las 20:45. Esta mañana he estado haciendo trabajos de clase, por
lo menos ahora no me agobia eso y estoy un poco más tranquila. Voy y vengo de
la terraza a la cocina, al ordenador… La temperatura es fenomenal.
Mañana
lunes, repaso mi semana, cómo se presenta: a tope. Además tengo entrevistas con
padres y madres hasta en los recreos que libro. ¡Socorro! Menos mal que a la
tarde me sentaré en la mesa del Taller a escribir, a inventar historias, a
evadirme un poco de la mía.
Hace mucho que no hablamos de
museos, ¿verdad? Pues es que si les digo la verdad, casi como que mezclo lo
último que he visto. Bueno, en el Bellas
Artes de Bilbao siempre hay algo que merece la pena, pero hace un par de
meses que no he ido, desde la exposición que hubo dedicada a una familia
bilbaína de origen alemán centro europeo, "Los Rochelt”, pertenecientes a la
próspera burguesía de principios de siglo y que casi todos sus miembros se
dedicaban a pintar a mas de dirigir fábricas y negocios semejantes. Fue
interesante, la verdad, porque descubres que hay gente muy buena en esto del
arte, aunque nunca hayan sido famosos. Y luego otra exposición: “Arte
japonés y japonismo”, muy oriental, y que te lleva tranquilamente por
las salas donde está ubicada (ya no está), como sin darte cuenta… Interesantes
ambas.
Ahora hay otro par de
exposiciones, sin contar la permanente del museo, que merece muchísimo la pena,
y que nos llevan por otros derroteros. Todavía no he estado, pero una de ellas,
la del “Hiperrealismo” creo que es la misma que vi hace tiempo en
Madrid, y otra, la titulada “El Museo del Prado y los artistas
contemporáneos”, que también tiene muy buena pinta. Hasta enero las
dos, hay tiempo.
En cuanto al Guggenheim, el otro día estuve viendo un totum Revolutum de obras
maestras del fondo de la Fundación. La exposición se titula “El
Arte de nuestro tiempo. Obras maestras de las colecciones Guggenheim”.
Pues eso, obras maestras. Siempre hay un artista que nos interesa o nos atrae e
impacta más que otros, pero en general, la exposición tiene un poco de todo y
creo yo que para gustar a todo el mundo.
¿Leer? Pues sí, leer leo, no todo
lo que quisiera, pero procuro sacar tiempo y sumergir mi cabeza en otros
parajes. Ya saben que en el bus de ida y en el de vuelta cuando voy a Madrid
leo y leo y leo…
El mes pasado me devoré en los
dos viajes la trilogía de Agota Kristoff
“Claus
y Lucas”, que comprende tres novelas: “El gran cuaderno”, “La
prueba” y “La tercera mentira”. Una historia terrible, amarga, dura,
oscura… no sé qué más adjetivos de este calibre añadir, pero a mi parecer,
genial. La escritura de Agota Kristof, escueta, casi naif, diría yo, es el
elemento que amalgama esa dureza, esa crueldad de la historia de los dos
gemelos, Claus y Lucas. Desprovista de adornos, de calor, de color, de ternura…
la historia, como la escritura, nos arrastran a un mundo frío, gélido, donde la
supervivencia es el único fin. No voy a contarles nada más, solo decirles que
merece la pena leerla. En algunos pasajes me recordó a “Purga” de Sofi Oksanen.
De las tres novelas, la
primera me pareció sublime, la segunda me dejó un poco trastocada, pero bueno,
la seguí bien dentro del desconcierto, y la tercera me pareció un poco como un
sueño extraño. No sé si la pretensión de la autora era confundirnos más o es
que la historia se le fue un poco de las manos. Sea como fuere, globalmente, es
un todo terrible, y te hace pensar en muchas cosas, así mismo haces cábalas
acerca de la estructura de la obra, por si Kristof no ha querido expresar
cuestiones más a nivel irreal, donde entran en juego las enfermedades mentales
o… En cualquier caso, presente está, y a lo largo de toda la obra el trasfondo
de las guerras, de las dominaciones, y las miserias que generan los desastres de
este tipo. Como dato, apuntar que Agota Kristof, nació en Hungría, que Hungría
se alineó con el Eje en la época de la 2º guerra mundial, que después fueron
invadidos y “salvados” por los rusos, y entraron a formar parte del universo
soviético… y que ella misma huyó con su familia a Suiza donde vivió hasta su
muerte. Muy marcada quedó está mujer, de ahí lo desgarrador de su obra. Léanla
cuando se sientan con la suficiente curiosidad o el suficiente ánimo, y si ya
la conocen, mejor que mejor.
Más. ¿Más libros? Sí, he leído más, pero ahora, otro inciso de nuevo. Perdón. Tal
vez siga mañana.
No, no seguí al día siguiente, como ya he apuntado al inicio... Lo dejo aquí. Estuve en Madrid, sí, así que ampliaré, ya les digo. Ahora les pido disculpas por este retraso, este barullo, y esta melancolía que me invade. Un super abrazo para todo aquel que todavía siga pasando por esta Orilla.
5 comentarios:
Me alegra saber, que estas más animada, todo poco a poco.
Un fuerte abrazo Edurne.
Bueno, las cosas van poco a poco y tú, con tus momentos buenos y malos. Me alegra leerte.
Besos.
Anímate y, cuando puedas, organiza un poco lo que nos has adelantado. Un abrazo, mucho ánimo.
Bien, bien, bien.
Es mejor una crónica del desconcierto que un silencio.
Besos, paciencia y ánimo.
BERTHA:
Lo de más animada... va por pequeños tramos, no te creas, que todo se anda complicando.
Gracias por tus palabras y la visita.
Besos!
;)
RO:
Las cosas van MUY poco apoco, sí.
Ánimo a ti también, y gracia spor chapotear!
Besitos.
;)
ANTORELO:
La cabeza es la que está un poco como vuelta del revés...
Con mucha paciencia, ya lo sé.
Gracias por tus visitas!
Un abrazote!
;)
PEDRO:
Pues sí, mejor desconcertada que muda!
Ahora ando un pelín muda, pero por culpa de una faringitis aguda...
Gracias a ti también por seguir pasando, por los besos, el ánimo y la recomendación de ser paciente!
Besos!
;)
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