"VERBA VOLANT, SCRIPTA MANENT"
Dicen que el Hacedor descansó el
séptimo día, el DOMINGO. Hoy es domingo. Descansar, lo que se dice descansar,
es un verbo al que le hago muy poco caso, o sea, que no guardo muy bien ese
precepto del descanso…
El día del sol suele venir
disfrazado en estos últimos tiempos de señor gruñón con mucha bronca encima.
Sí, de vez en cuando asoma por entre las nubes don Helios, para decirnos que
todo es una broma, un tanto acuosa, ventosa y pesada del Invierno, y que
tengamos paciencia. En ello estamos, entre granizadas, vendavales, lluvias
pertinaces y ruidosas, y hasta blancas nieves en cumbres de poca monta. Aguantar se nos da muy bien.
Aguantaremos, ¡qué remedio!
Dicen que “Al que madruga, Dios
le ayuda”, y que “No por mucho madrugar amanece
más temprano”. Yo casi como que me creo más lo segundo que lo primero.
También hablan de la calma después de la tormenta y demás pensamientos
populares con o sin comprobación personal, es decir, que lo dice cualquiera sin
saber a ciencia cierta si es verdad o no…
También dicen que mejor no dejar
para mañana lo que puedas hacer hoy, y es por no hacerle un feo a esa máxima
que yo me meto en harina de otro costal y me pongo manos a la obra. A la obra
de reconciliarme con la pantalla, con el teclado, con el blog, con ustedes, con
mi vida, con mis más y mis menos y les cuento un poco de cómo marcha la vida
por esta Orilla.
Hace mucho que no les asaeteo con
mis Crónicas, las del Foro y las de La Ría. Y no porque no me haya prodigado
por el Foro, o no siga pisando las baldosas de mi Botxo, ni mirando a la Ría…
Simplemente, y muchos de ustedes ya sabrán de ello, hay momentos en los que se
nos va “la color” de la cara, que es como decir del espíritu, y el día a día
nos pasa, más bien nos apisona, y hasta respirar nos cuesta.
Desde Noviembre en que me gasté
12 días de baja, con sus correspondientes superdescuentos en mi mesnada, no he
dejado—por causas ajenas a mi propia voluntad—que la tos, el mal cuerpo, la
congestión y achaques varios me abandonen. Se ve que me han tomado cariño… Yo a
ellos, ninguno. Pero aquí andamos, como amantes mal avenidos, y encima trayendo
y llevando síntomas que para nada añoramos ni queremos. Pero parece que a
imitación del famoso eslogan “Todos somos Hacienda” (al que algunos no hacen ni
puñetero caso…), aquí nos hemos aferrado al “Todos somos fans de la Gripe”. ¿No
se han fijado ustedes en los anuncios de la tele? Pues miren, miren, vean, vean… Dos de cada tres, al menos, son de medicamentos varios que prometen aliviarnos,
liberarnos del yugo gripal, catarral y “congestional”… ¡Jajajajaja! No nos
queda otra que caer en sus redes y tomar unos y otros por ver si en una de
éstas nos libramos de la maldita. Ahí andamos. Me consta que muchos de ustedes
están en las mismas.
Hora real: 14:20. Hasta aquí he
llegado. Dejo el asunto escribidor para dedicarme a otro que reclama mi
presencia sin demora, al asunto gastronómico (y suerte la mía que puedo
dedicarle mi tiempo varias veces al día… Espacio para la reflexión). Que les
aprovechen a ustedes así mismo las viandas de este primer domingo de febrero, y
en pleno invierno.
De vuelta ya. Mientras tanto, las
tormentas intensas pero cortas se han sucedido. Así mismo los claros, las
explosiones de luz y los repentinos nubarrones. El domingo avanza.
Escribo estas líneas como
siempre, o sea, según me nace, sin filtrar, sin mirar casi. Sé que me cuesta
ponerme, pero cuando lo hago, no puedo parar. Así soy yo, y con la escritura mi
relación es de esta guisa. No hay nada que hacer, mi anarquía es total.
Pienso mucho. Siempre he pensado
mucho, pero este mucho de ahora es distinto, tiene otro calibre, otra densidad,
otra profundidad. Pienso, pienso, pienso y pienso… a todas horas pienso. Agota,
no se crean, apenas me doy tregua, y eso que me enzarzo en serias discusiones
con mi Edurne en la sombra. De momento, va ganando ella, aunque, echaré mano de
otro refrán para mandarle este aviso a navegantes: “Quien ríe último, ríe mejor”.
Ahí queda eso.
Hablaba más arriba de mis “paseos”.
Una vez al mes bajo para los Madriles, pero dejé de publicar las Crónicas del
Foro un poco por cansancio mío, otro poco por no saturar con lo mismo, y otro
poco más porque la última vez, por ejemplo, fui para cuatro días y me dediqué a
ponerme malita más de la mitad de ellos, léase: me metí en la cama y salí el
mismo día de Reyes a la mañana porque a las tres de la tarde me tenía que
montar en el bus de vuelta a Bilbao. No había mucho que contar.
Madrid sigue igual que siempre:
atiborrado de gente, de coches, de sitios, de exposiciones, de… de todo. No
se lo van a llevar, y yo pienso seguir yendo, así que, la próxima, que será uno
de estos fines de semana, espero volver con las ganas cronistas en ristre.
Por mi Botxo, la vida sigue al
ritmo que le marcan desde dentro, desde fuera… Y nosotros, sus botxeros, nos
dejamos imbuir y envolver por él.
A mí me ha dado por el ganchillo, y me he puesto a reformar un jersey. de momento, he atacado a las mangas...
No todo son gripes, malas horas…
Sí, normalmente de lo bueno suele tocarnos pocos, y depende de la “estación”
personal en la que nos encontremos, más o menos. Pero, en fin, siempre hay algo
de lo que echar mano para aliviar nuestras penas. Aunque reconozco que muchas
veces me miro al espejo y casi no me encuentro…
Camino todos los días cuatro
veces de casa a la escuela, ida, vuelta, ida y vuelta. Cruzo “mi” parque y cada
día lo miro con ojos diferentes, o lo vivo, lo percibo, o se me muestra,
distinto… La lluvia, el sol, o el sol a plazos me regalan minutos de reflexión, me
obsequian con olores y colores reinventados. Un lujo, ¿ven? Ya soy una
privilegiada solo por eso, por poder ir caminando a mi trabajo, por invertir 15
minutos en cada viaje en otro viaje al interior de mí misma.
MIÉRCOLES 4: ¡NIEVE! EDURRA!
Escribo y escucho “La EstaciónAzul”, un programa de libros que dan todos los domingos de tres a cuatro en
RNE. Me gusta todo lo que tenga que ver con libros. Y me pongo nerviosa, a
veces, porque quisiera zambullirme en las páginas de los libros, convertirme en
esos sentimientos revestidos de letras y llegar a todas partes… Esto es muy
raro. ¿Me bifurco? Adoro los libros, no podría entender mi vida sin ellos. No,
no podría. “Quien lee, vive más”.
Durante todo este tiempo he
seguido siendo consumidora compulsiva de libros, aunque no haya hecho
referencia alguna, así que hoy voy a reseñar, en breve, algunos de los que he
comprado y he leído.
Primero les voy a hablar del libro que presenté en enero en
nuestra tertulia mensual del Taller. Enero es mi mes, siempre presento en enero,
y siempre hay muchísimo personal. Este última vez tuvimos que conformarnos con
llegar casi a la treintena, un partido de fútbol de nuestros “gatitos”, pero de
máxima atención futbolera, impidió que muchos de los asiduos vendieran su alma
por un plato de lentejas y compartieran un par de horas con el mundo de García
Márquez y unos cuantos de sus fieles admiradores… (¡Huy, por un momento me ha
parecido encontrar similitud entre mi verborrea y el ininteligible discurso del
ministro Wert… pido disculpas si así es!)
“EL OTOÑO DEL PATRIARCA” de Gabriel
García Márquez. Qué decir de García Márquez que no se haya dicho ya… En
cuanto al libro que nos ocupa, diré que lo leí hace treinta años o así, antes
de cumplir mi cuarto de siglo… y que, entusiasmada como estaba yo con el
fenómeno del “Realismo mágico” y con su exponente más notorio, o sea, con Gabo,
no le puse pega alguna, pues no recuerdo, ni por mucho que excarve en mi
memoria, reproche alguno hacia esta obra. El día de la tertulia, nos juntamos
de todo, detractores acérrimos del libro, defensores, no menos furibundos, y
neutros lectores a la espera de poder sacar algo en claro de nuestras
discusiones. También hubo quien no se animo ni a abrir el ejemplar. Miedo tal
vez, pereza, pocas ganas de pensar, comparar… Eso, cada cual sabrá. Reconozco que
no es un libro fácil de leer, que está plagado de datos, de metáforas, que, en
fin, es una pura fábula, con el espejo de una realidad que nadie niega. Pero,
lo que nadie le puede reprochar a García Márquez es ese dominio del lenguaje,
ese apoteósico despliegue de conocimientos que te deja... anonadado
completamente. Ahí hay que descubrirse y reconocer la altura del maestro.
¿Ustedes han leído la obra en cuestión? Imagino que muchos sí, y otros, pues no…
Nada que ver su lectura, en cuanto a dinamismo y enganche con otros títulos que
ahora nos vengan a la cabeza: “Cien años
de soledad”, “El amor en tiempos del
cólera”, “Crónica de una muerte anunciada”… por nombrar algunas. Pero
les aseguro que como ejercicio de autocontrol lector, de paciencia y
tolerancia, de dar una oportunidad a un texto que se nos atraganta, es único. ¿Se
cansa usted y no puede pasar de la página 52…? Nada, haga unas respiraciones,
márquese una meta pequeñita, y siga avanzando. Para cuando quiera darse cuenta
ya habrá llegado al final a pesar de que cada capítulo le parezca que empieza
por el mismo sitio… Es una genialidad. Agotadora, sí, pero una genialidad.
“DEMONIOS FAMILIARES” de Ana
María Matute. Este librito, una novela en esbozo, lo leí nada más
publicarlo, hace unos dos o tres meses. Como ya sabrán ustedes, es un libro
póstumo e inacabado. Como germen de una novela, es interesante, puesto que el
dibujo de los personajes deja un sabor agridulce y una quiere saber más… lo
malo es que nuestra querida Ana María ya se nos fue a escribir historias a otra
parte. Nos queda imaginar cómo lo habría resuelto. Han querido darnos un
pequeño regalo con esta publicación, en la que se incluyen notas y
autocorrecciones de la propia autora. Me estaba gustando la historia.
Me he quedado a la espera de algo que no va a llegar. Una pena. Pero leer a Matute
siempre gratifica y reconforta.
“UN SÁBADO CON LO AMIGOS” de Andrea
Camilleri. Otro libro de uno de mis autores contemporáneos favoritos.
Exceptuando los libros con las aventuras de su detective estrella, el famoso
comisario Salvo Montalbano, cuya adaptación televisiva la repone una y otra vez
la 2 de TVE, Camilleri escribe también sobre los entresijos de la naturaleza
humana, y muy acertadamente además. Este libro nos lleva a descubrir las verdaderas vidas de unos
amigos que se reúnen para cenar en casas de unos y otros, como costumbre, los
sábados. Y lo que, aparentemente, es una actividad social y lúdica de lo más
sana y apetecible, se convierte en un juego de lo más… Ahí les dejo el adjetivo
colgado. ¡Léanlo! Camilleri nunca me ha decepcionado hasta ahora.
“PANDORA” de Henry James.
Una novelita de lo más atrayente y que me espera en la mesa desde hace un
tiempo, cuando lo tenga, le hincaré el diente. Mientras tanto, yo les dejo un
enlace muy interesante. James siempre merece la pena ser leído, acuérdense de “Otra vuelta de tuerca”…
“MÁS ALLÁ DEL OLVIDO” de Patrick
Modiano. El último Premio Nobel, era un autor desconocido para mí, así que
para solucionarlo hace un par de semanas me hice con esta novela corta para poder formarme una idea del estilo y de la temática de este hombre. Ya les contaré,
pero bueno, las críticas parece que le son favorables…
“NOTICIAS FELICES EN AVIONES DE PAPEL” de Juan Marsé. A Marsé sí
que lo conozco, por supuesto, pero hace un tiempo que no leo nada suyo.
Aprovechando que acaba de sacar este nuevo título, con una presentación tan
bonita… lo he comprado y ya he leído una docena de páginas. Seguiré, claro que sí.
Además, ese sano ejercicio de volver a la infancia, a los recuerdos que nos
siguen llamando, me gusta.
“CUENTO ESPAÑOL CONTEMPORÁNEO”. Antología de varios autores, en una
edición de Ángeles Encinar y Anthony Percibal, para
Cátedra. Compré este libro porque en él están reunidos una buena parte de cuentistas contemporáneos tales como Marina Mayoral, Soledad Puértolas, Vicente
Molina Foix, Luis Goytisolo… Y como el cuento me interesa mucho, pues nada,
que abres el libro, escoges un autor, te lees su cuento, lo asimilas, lo
relees, lo calibras… y así con cada uno de ellos. Se aprende mucho porque al
tenerlos juntos puedes comparar estilos, temáticas y demás aspectos de cada uno.
“LA CATA” de Roald Dahl.
Una historia muy breve, pero que en esta delicada edición ilustrada de la
editorial Nørdica, una de mis editoriales fetiche, no se te puede resistir. La
historia puede parecernos simple, pero en el fondo tiene su miga porque nos
habla de las miserias del ser humano, por mucho que vayan disfrazadas con elegantes ropas y costumbres. El autor de “Charlie
y la fábrica de chocolate” o “Matilda”,
es bien conocido por el público infantil.
Tengo muchos más libros para
comentar, pero… ¿qué tal si lo dejamos para más adelante y les dedicamos una
entrada “librera”?
Esta mañana se me ocurrió el
título de esta entrada al oír al latinista Emilio del Río en su colaboración
dominical “Verba Volant” y me puse como
loca a buscar mis libros de Latín y Griego (me falta el de 5º de Latín, porque se lo dejé a "alguien" y... adiós, nunca más se supo de él). Yo soy de Letras. De letras,
letras. Pertenezco al último reenganche del Bachiller Elemental y Bachiller
Superior, con las dos reválidas incluidas, más el COU, antes de la implantación
de la EGB. Siempre recuerdo con especial alegría y añoranza mis años de
instituto, mi años de latín, cuatro, y mis años de Griego, dos. Entusiasta, soy
una entusiasta de ellos, y recuerdo cómo traducía “La Guerra de las Galias” de
Julio César, o la “Anábasis” de Jenofonte, con qué ganas, con qué entusiasmo…
¡Ay, qué tiempos aquellos!. A mis alumnos siempre les introduzco en el mundo de
las etimologías, y les regalo el alfabeto griego para que se entusiasmen
mientras practican poniendo sus nombres en Griego… Una forma como otra
cualquiera de hacer propaganda ¡“clásica”!
Ya son las 17:22. El día sigue a
su bola, ahora sí, ahora no, que sí, que no, que caiga un chaparrón (lo del
azúcar y el turrón, eso ya me parece a mí que pertenece a otra historia).
Voy a tener que dejarles a
ustedes y ponerme a corregir un ratito, labor que no me gusta nada, pero nada,
nada… En cambio, me he traído entre los papeles, un sobrecito totalmente
artesanal de uno de los niños del grupo de 2º al que doy apoyo un par de horas
semanales. Aketza, que así se llama el niño, es un torbellino, pero un encanto.
Tiene una vida bastante difícil, y conmigo tiene una relación cariñosísima. Su
profesora me dice que está enamorado. ¡Jajajaja! El otro día me dio este
sobre y me dijo que lo abriera en casa. Él me llama Idurne, bueno… Y este es el
sobre: un montón de corazones en forma de globo, una mariposa, mi “nombre”, y
el contenido. Traduzco: “Edurne, te quiero de todo corazón”. Más abajo unas
cuantas casitas para colorear, y el ejercicio: Margoztu, Colorea. ¿Qué les parece? Un encanto. Si no fuera por
estas cosas…
Desconozco la razón por la que las dos primeras fotos del regalo de Aketza han salidoen posición vertical, si están sacadas igual que la última...
Pues nada, que ahora les dejo de
verdad, que cuelgo esta crónica extraña y ya volveré cualquier día. Perdonen la extensión de la entrada de hoy, será por la ausencia tan prolongada. Y perdonen también que les haga tan pocas visitas, pero no alcanzo, de verdad que no alcanzo…
¡Que ustedes sean felices!
Fotos: De la tertulia, mi compa
Joaquín, del resto normales y manipuladas: Edurne, y la mía en Museo Arqueológico de Madrid, Puerta de Alcalá y Torres Isozaki: Antonio. Escaneo libros: Edurne
6 comentarios:
Edurne...con una sola entrada nos has puesto al dia de todo...tendré que volver a entrar para leerla mas despacio y asimilarlo.
El libro que has presentado es tuyo o del grupo como los anteriores.
Que rabia que el proximo fin de semana no estes en Madrid, va a ser un acto muy entretenido.
Muchas gracias por pasar por mi blog y comentar. Un abrazo
Por Dios Edurne, cuando te pones a hablar no hay quien te pare, jajajajaja...
Veo que sigues disfrutando de tu Bilbao tanto como yo de mi Córdoba, eso está bien, somos unas privilegiadas por pisar estas tierras.
Oye, nada de gatitos, han sido y serán leones por siempre jamás.
Y ¡sabes? envidio tus escapadas a Madrid. En Noviembre estuve y lo pasé genial.
Un beso Edurne.
Hola: espero que ya estés mejor de tus problemas de salud... la verdad es que por todo lo que nos relatas tienes una vida muy intensa y rica culturalmente... coincido contigo en que visitar Madrid es meterse en un gran atasco de coches, de gente y hacer largas colas para todo... supongo que será así la vida en la capital... seguimos en contacto
CHELO:
QUé rapidez!
Pues no, ellibro no era mío.. es el que presento yo todos los eneros, cada enero, el que toca, el que elegimos en junio, cuando hacemos el plan de tertulias para el curso siguiente... El libro, ni más ni menos, que "El otoño del patriarca", de nuestro añorado Gabriel Garía Márquez... qué más quisiera yo que fuera "MI" libro!
El del Taller, el que editamos todos los años, lo presentamos siempre en septiembre.
Bueno, pues vuelve cuando quieras, oo cuando puedas!
Un besote y muchos abrazos, y mucha suerte!
;)
ELENA:
Toda la razón tiene usted, doña, toda la razón! Empiezo y no paro...
Los "gatitos" no los cambio yo, eh, que conste, pero... ahora son un poco gatitos! Jejejeje! Les daremos más ánimos, qué remedio!
Besos para ti también!
;)
MARTA MÁSTER:
Las cosas de la salud, por ahí andan, dando guerra, pero he decidido no hacerles demasiado caso, a ver si se despistan y me dejan en paz...!
Mi vida no es todo lo intensa y rica, culturalmente hablando, de lo que tú crees. Abtes lo era muchísimo más, pero la vida se me ha constreñido bastante.
Hay que saber adaptarse a las circunstancias, ni más ni menos!
Besos.
;)
Que disfrutona eres y, gracias a ese amor que le tienes a los libros porqué por lo menos entre hoja y hoja se te va pasando el tiempo tan ricamente:un libro es el mejor amigo.
Ya lo puedes decir ya, que eres de letra...jajaja.
Un abrazo
BERTHA :
De letras total!
Besos!
;)
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