Nubes y claros en el horizonte
de este alto en el camino.
Amenaza tormenta por el sur,
soplan suaves brisas que vienen
de la mar en calma.
De amanecida,
pequeños ejércitos de garzas reales
sobrevuelan los sueños encerrados
en las catacumbas de este dolor
sordo,
vivo,
que rasga las entrañas del vacío
que me llena,
que me mira con tus mismos ojos,
que me habla con tu voz amada.
La furia de mi corazón herido
empuja por salir al camino.
Aprieto los dientes y
saltan ciegos mis amores,
huyen despavoridas
todas las pasiones.
Suena la sirena.
Se oyen disparos
en medio de la nada.
Es la hora.
Nos batimos
en retirada.
Foto: Aitor. Texto: Edurne
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10 comentarios:
Que las garzas reales traigan la luz. Un abrazo
Estás llena de dolor...Lo siento. Espero que amanezca pronto.
Besos, Edurne.
Se palpa dolor al leerte. Espero que sea solo literatura.
BEsos.
ANTORELO:
Que así sea.
Gracias.
Y un abrazo grande!
;)
MARÍA:
Yo también espero que el amanecer me traiga la calma que necesito...
Gracias por tus palabras y tu visita.
Besos.
;)
RO:
A veces el dolor se convierte en literatura...
Gracias por pasar.
Besos.
;)
Extraordinario poema. Debería prodigarte más para deleite de tus lectores.
Besos.
PACO:
Querido amigo, aprecio tus elogios, pero creo que exageras...
Dejo hablar a mí corazón, nada más.
Espero poder prodigarme más...
Gracias por tus palabras y tu apoyo!
Besos.
;)
Algún claro asoma ya, Edurne.
ABEJITA:
Miro y miro por ver si aparecen esos claros...
Gracias y besos!
;)
Siempre hay una tormenta en el horizonte, pero también un refugio.
Un beso.
PEDRO:
Buscando refugios estoy...
Gracias!
Y besos.
;)
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