Siete horas y catorce minutos exactos son lo que le queda de vida a
este año que ya se escapa. Y no voy a negarles que tengo unas ganas locas de
darle una patada en el culo que…
No sé cómo será el que ya está asomando el morro, pero peor que
este… Mejor no digo nada, ya, ya sé, que lo mismo se estropea todo y la hemos
liado más que parda.
Ando tarde hoy también. Ya saben, ni tiempo, ni palabras que me
engalanen el folio en blanco, ni casi ganas.
Peroooooo…
No voy a renunciar a levantar mi copa virtual y brindar con todos
ustedes por lo que está por llegar, para desearles lo mejor de lo mejor. Y
que la vida nos dé paz y salud, y amor,
que es lo más importante, el resto, ya vendrá, la fuerza es lo que nos ayudará
a seguir caminando.
¡Brindemos, pues!
Txin Txin eta URTE BERRI ON!
Un felicísimo año nuevo 2023.
Y mil gracias por seguir por aquí, acompañándome a manejar las
marejadas que me regala la vida últimamente.
¡Me sean felices, por favor!
Foto y manipulación: Edurne. Uvas: De la cocina de mi amatxu, como todos los años.
1 comentario:
Todavía mantengo la esperanza en un mundo, en un año mejor, más amable para tod@s.
Publicar un comentario