Como quien no quiere la cosa, esta Orilla está llegando a las puertas de la mayoría de edad. ¡A saber cómo será la nueva etapa! Mientras tanto se la ve adolescente total: esquiva, rebelde...
Pero el caso es que hoy, 18 de marzo de 2024, cumple 17 años, y yo, con ella.
Diecisiete años con sus altibajos. Y es que ya sabemos que en los últimos el oleaje presenta bastantes carencias: esa famosa ola izquierda que permitía surfear a oriller@s de cualquier parte del mundo (¡qué tiempos aquellos!), ese nivel de creación de contenido (¡jajaja, me ha quedado de lo más "influencer"!), esas crónicas viajeras, reseñas libreras, historias largas y cortas, "poemillas", reflexiones a mano alzada y a la chita callando... ¡En fin, tantas coosas! Y ahora... ¡nada de nada! Sí, chapoteo un poco, sin salpicar, por las fechas importantes para mí, por seguir con mis pequeños homenajes, pero poco más.
Llevo dos años, dos, sin escribir nada. No tengo tiempo para pensar palabras, para conjugar sentimientos sin que me salgan las lágrimas, sin que no me duela el alma. No tengo tiempo para leer, leo poco y mal, con sobresaltos y paradas largas. Se me acumulan los libros, porque eso sí, sigo comprando (es como mi seguro de que sigo viva de alguna forma).
Y el caso es que hoy cumplimos la Orilla y yo 17 años por estos lares. Siempre he dicho que no pienso cerrar la Orilla, mansa o embravecida, aquí sigue y aquí seguirá. Los ciclos no son eternos, aunque se nos hagan eternos. Algún día cambiará mi suerte.
Gracias a l@s valientes que todavía siguen paseando de vez en cuando por esta orillita.
Que la suerte nos acompañe a tod@s, que falta nos hace, los vientos vienen revueltos y...
Besos, abrazos y aplausos. Me sean felices (mientras nos dejen).
ZORIONAK!
Foto pequeñita: de mi colección de fotos de carné. Texto: Edurne