domingo, 7 de diciembre de 2025

HOY ES EL DÍA, EL QUE CIERRA MI AÑO 66

 

HOY ES EL DÍA

Pues sí, ya ha llegado este nuevo 7 de diciembre, el que hace el número 66 (¡vaya numerito!).

Es la 01:00 y no termino de arrancarme (tan extraño se me hace ahora sentarme ante el ordenador y con el teclado esperando a que mis dos deditos se deslicen a la velocidad de un correcaminos por él que…)

Las palabras no acuden a mí por mucho que las llame, las invoque y las conjure (que todo viene a ser lo mismo; era un pequeño y absurdo alarde de sinonimia por mi parte que espero sepan disculpar).

Las que si me salen al encuentro son las emociones, las de todo tipo, y las lágrimas, que ya se han constituido en “Consorcio de Lacrima Viva”…

Lloro por las esquinas, por dentro y por fuera, en sueños y despierta, mirando al cielo y también al infierno. Lloro porque sí y porque no, lloro en silencio, a lágrima viva, en la ducha, mientras como, cuando pienso y cuando me vacío entera. Lloro cuando la tristeza me abraza y no me suelta, cuando los ojos de ama me miran, me preguntan en silencio... Lloro cuando miro a mi hermano, cuando la rabia me revienta, cuando el dolor me explota…

Lloro.

Lloro  porque hoy cumplo 66 años en la más terrible oscuridad, porque mi alma anda descarriada, porque mi corazón me sangra de noche y de día.

Lloro porque me duelen las ausencias de los que no están, pero también las de quienes sí están.

Lloro y me enfado conmigo. Lloro y me perdono. Lloro y me desahogo un ratito. Lloro y vuelta a empezar.

Lloro y me como mis lágrimas, igual que las palabras, me las trago todas, y me sientan mal, ¡claro! ¿Y luego? Pues luego me duele la garganta, me duele el estómago, se me revuelven las tripas…

Así que… ¡Lloro!

Pero hoy es mi cumple, el 66, tan distinto a aquel otro de hace 60 años (adjunto documentación gráfica del día con una Edurnita sonriente, pero por dentro asustadita perdida porque creía que eso de cumplir 6 años implicaba una responsabilidad tremenda y no se sentía preparada para tamaña misión). Quién pudiera retroceder aunque solo fuera por un día a aquel tiempo…

Pero la vida es como es y esto es lo que me ha tocado en el reparto (no sé si andaba yo despistada y llegué tarde a recoger la papeleta o qué…), así que a seguir apechugando, a poner la cara con sonrisa prefabricada.

Quiero agradecer a todas aquellas personas que intentan alegrar un poco mis días, que sepan que una palabra, un recuerdo, una risa, un ratito de compartir, un abrazo, un beso, unas flores por Whatsapp, un escuchar mis lamentos… supone un gran alivio para mí, y lo agradezco infinito. Los afectos me dan vida.

Y ya voy a dejar de dar la lata, hoy cumplo 66, a ver qué es lo que me tiene preparado este 67 que desde ya empiezo a transitar. Lo descubriremos poco a poco, día a día, no tengo prisa.

A veces pienso que no he vivido nada todavía, y otras, que me siento como Matusalén.

Bridemos por la vida, por las buenas personas, que las hay, ¡ya lo creo que las hay!

Eskerrik asko guztioi eta zorionak niri! 




Autoretratos: la menda lerenda. Edurnita en blanco y negro: de la memoria familiar.  Texto de desahogo: moi même aussi. Imagen"Route 66": Internet.