
viernes, 20 de julio de 2007
CERRADO

LA CUADRI

ALBORADA

AVE MARÍA PURÍSIMA...

miércoles, 18 de julio de 2007
¿SE ME HABRÁ OLVIDADO?
Dicen que estas cosas no se olvidan. Tengo mis dudas.
Este próximo domingo, 22 de julio, a la sazón cumpleaños de la que me parió, cumpliré yo también un aniversario, el de mi no conducción. Veintidós también. ¡Veintidós años sin conducir, sin ponerme frente a un volante!
Dicen que en cuatro días me pongo al día. Sigo teniendo mis dudas.
Si ya no recuerdo ni cuál es el pedal del acelerador, ni el del freno...
Yo tenía un Seat 127 de última generación, BI 1913 T, que se llamaba Mafalda, verde, todo verde, precioso él...
Eso sí que no lo olvido, ni la matrícula, ni el color...
Pero yo he seguido renovando mi carné, católicamente cada diez años (ahora parece ser que hay que hacerlo cada seis, cuestiones de la edad), y guardándolo.
Tan bien guardado que hace unos meses me tuvo angustiada su "desaparición".
Se ve que me dio el punto, y me puse en lo de recuperarlo, sacarlo de su refugio, tocarlo... esas cosas, esas tonterías que se hacen con los recuerdos.
El caso es que, ¡oh, cielos! Mi preciosa y preciada papeleta rosada no estaba. No al menos en donde debía estar.
Han sido unos meses, dos o así, de auténtica locura y obsesión. Algunos ya saben que me entró la fiebre del carné. Era como si de pronto tuviera que conducir y no pudiera hacerlo por culpa de la desaparición del dichoso carné.
Busca y rebusca, he revuelto toda mi seccción de papelería, nueva y añeja, he descubierto cosas de las que ya no tenía ni la más remota idea de que estuvieran guardadas...
He mirado en los sitios más insospechados. En una palabra: me he desesperado (tres, ya sé que son tres palabras...).
Pero... cuando una menos se lo espera, de pronto, se le enciende la bombillita... ¡y héte aquí que aparece! ¡Huy, que ilusión, saltos de alegría, apareció, apareció!
Aquí lo tienen. Ya dudaba hasta de su existencia, ya creía que había sido un sueño, un sueño rosado...
Y ahora, ¿qué?
Ay, eso mismo me pregunto yo. Me quedan dos años hasta la nueva renovación, tal vez... ¡quién sabe! Aunque veintidós años son muuuuchos.
Dicen que veinte años no son nada, que...
Foto: Edurne
lunes, 16 de julio de 2007
EL REGALO DE VINCENT

El amigo Vincent, ya saben, el de la oreja... nos deleita de nuevo con su intenso mundo de color.
Se podría decir que estas obras que se exponen en el Thyssen en estos días, son obras menores. Según se mire. Porque aquí estamos los entusiastas que aún admitiendo que no tienen la fuerza de los "van gogh" que nos hacen estremecer, no dejamos de reconocer su valía.
Son paisajes de su última época, de sus dos últimos meses de vida, en Auvers. Paisajes más bien bucólicos que atormentados.
Su pincelada sigue siendo la seña de identidad que hace inconfundible sus cuadros. Pincelada cargada de sentimiento, de color, densa, rápida y nerviosa, pero intensa...
Si alguien se va a pasear por Madrid, que recuerde que hasta el 16 de septiembre tendrá la posibilidad de visitar este pequeño remanso de paz entre tanta agitación.
Estas casitas en Auvers, son como un regalo, un pequeño presente, cálido, descuidado y alegre...
Postal: Thyssen
jueves, 12 de julio de 2007
DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro)

De Madrid al cielo, eso dicen los "gatos" del lugar. No sé yo si será para tanto, porque ya se sabe, cada cual arrima el ascua a su sardina, y a los gatos, que se sepa, el pescadito, de siempre les ha gustado...
Madrid está que bulle, como siempre.
Bulle de gente, foráneos y de más allá de sus fronteras.
Bulle de obras, las de Doña Espe y las de Don Gallardón, que tanto monta, monta tanto... y al quite y que no me lo quiten.
Bulle de calorcito, del de verano-verano y del humano.
Bulle de coches, de motos, de edificios altivos, de orgullo capitalino...
Bulle.
Y esta Cibeles pétrea e impertérrita, ahí, con la mundana compañía de transeúntes acelerados, conductores acalorados y cabreados, turistas despistados y alocados... Con su amigo Neptuno en la misma situación, allá, un poco más abajo.
Esta Cibeles de sonrisa misteriosa, de aplomo y pátina de divinidad con contrato indefinido -de momento, que nunca se sabe-.
Cibeles convertida en símbolo (¡si ella hablara!), ¡ay, Cibeles del alma mía!
Paseo por este Madrid que me tiene en régimen de acogida. Y Cibeles que me mira, y Cibeles que me guiña... calma, mi niña, ¡que a todo se acostumbra una en esta vida!
De vigía, guardesa y reina de la noche montada en regia calesa, Cibeles que espera. Espera que el hechizo se deshaga y así poder emprender veloz carrera por toda la Tierra, para sembrarla de vida eterna...
Foto: Internet