martes, 21 de agosto de 2007

DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro II)


Dicen que todo depende del cristal con que se mire.
O... ¡de la altura desde que se mire!
Entre estas señoritas jirafas y la que suscribe hay una diferencia de altura.
¡Diferencia más que evidente!
Mientras que ellas sólo ven lo que las alturas les ofrecen, una, ve a ras de suelo, a ras de vida.

¿Cómo verán la vida las jirafas, serán felices?
Tal vez sí, porque ramonear las hierbas lo hacen de lo más tranquilas, con una gran parsimonia. Caminan lentamente, contoneando su fino, grande y frágil cuerpo. Con esas patas tan laaaaargasssss, con ese cuello tan altivo...

Pero claro, para comer tienen que doblegarse. Doblegar la voluntad, la testud, el cuello... y bajar a estas alturas de nuestros días y nuestras vidas.
Y allá en lontananza tal vez les espere el peligro, convertido en depredador habitual de jirafas...

No crean, que a veces ya me gustaría ser como ellas, por tener el cuello tan largo, que por lo de ramonear por lo bajo... más bien no.

Y es que poder agudizar la vista y darse cuenta de que allá, donde casi nadie llega con ella, está el enemigo... pues es como lo de predecir o intuir lo que va a ocurrir.
Ellas simplemente lo ven. Lo ven y toman sus medidas: carrera alocada por la sabana africana, por ejemplo.

Aquí, las pobres de carrera alocada, ná de ná, que están encerradas en unos escasos metros polvorientos y cementados...
Y atisbar el horizonte... más allá de los gigantes urbanos... ¡como que no!
Ya ni depredadores naturales, ni enemigos reconocidos les quedan.

Pero ellas pasan sus horas en el Foro, seguro que terminarán hablando castizo, y quién sabe... ¡lo mismo un día de estos salen de chulapas a pasearse por la verbena de La Paloma!

Se habrán acostumbrado a su nuevo hábitat, que a todo se acostumbra uno en esta vida.

Se habrán acostumbrado a ver lo que hay pero a disfrazarlo con los colores secos y áridos de su tierra.

¡Da igual, desde las alturas o desde las bajuras... todo depende del cristal con que se mire!

Foto: Antonio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mira que guapa está aquí la amiga de las jirafas de cuello alto!!!! ... y que filosófica.

Años ha era muy típico que preguntase a mansalva: "¿eres feliz?"; cuando me decian que no (casi siempre) replicaba con verdadero interés: "pero ¿por qué?"; siempre me acababan mirando raro. Era una ingenua pero lo recuerdo con ternura porque tb. era una optimista.

Edurne dijo...

La felicidaaaaaaaaaad.... que cantaba Palito Ortega hace chiquicientos mil años.

La Felicidad, como íbamos diciendo, es una rara avis que se escribe con letra pequeñita las más de las veces. Con letra pequeñita para no asustar, para no incordiar, no vaya a ser que la vean y la espanten.

La Felicidad, que llega a nuestras vidas en formato de pastilla, de monodosis y jarabe con sabor a fresa.

La Felicidad que se esconde tras las faldas de una tarde en el zoo o de una sesión de amiguitis, de unas risas compartidas con un zurito o un mosto entre las manos...

La Felicidad que nunca sabemos dónde nos espera y dónde se apea...

Pero que siempre que nos acompaña, hace que el camino sea más suave y corto, más ligera nuestra carga...
La Felicidad...