
A veces, sólo a veces, se me suben los miedos por las tripas. Se me suben como pequeñas lagartijas que corretean sin parar en busca de un resquicio por donde salir.
A veces, sólo a veces, me despiertan los sueños que tengo escondidos y encerrados bajo llave en el fondo del baúl del laberinto de mis penas.
A veces, sólo a veces, se me escapan las lágrimas que llevo guardadas desde niña. Asoman por las ventanas de mis ojos tras pasar por la aduana de mis sentimientos.
Salen y nada puedo hacer por retenerlas.
A veces, sólo a veces, miro con esos ojos que me lo devuelven todo oscuro, nublado.
Miro pero no veo, y en el intento me desespero (va la rima a conciencia).
A veces, sólo a veces, doy en hablarme a mí misma. Corro y voy al espejo. Observo, frunzo el ceño, me hago un guiño. Lloro y hasta me río.
A veces, sólo a veces, me digo “tonta” y después me perdono.
Pero a veces, muchas veces, me quiero, me acuno en el rincón de mis olvidos. Abrazo mis ilusiones, plancho mis cariños y saco a paseo mi corazón dolorido.
Pintura: Antonio Texto: Edurne
A veces, sólo a veces, me despiertan los sueños que tengo escondidos y encerrados bajo llave en el fondo del baúl del laberinto de mis penas.
A veces, sólo a veces, se me escapan las lágrimas que llevo guardadas desde niña. Asoman por las ventanas de mis ojos tras pasar por la aduana de mis sentimientos.
Salen y nada puedo hacer por retenerlas.
A veces, sólo a veces, miro con esos ojos que me lo devuelven todo oscuro, nublado.
Miro pero no veo, y en el intento me desespero (va la rima a conciencia).
A veces, sólo a veces, doy en hablarme a mí misma. Corro y voy al espejo. Observo, frunzo el ceño, me hago un guiño. Lloro y hasta me río.
A veces, sólo a veces, me digo “tonta” y después me perdono.
Pero a veces, muchas veces, me quiero, me acuno en el rincón de mis olvidos. Abrazo mis ilusiones, plancho mis cariños y saco a paseo mi corazón dolorido.
Pintura: Antonio Texto: Edurne