Hola, buenas, con su permiso, es que pasaba por aquí... Me presento: soy Melquíades, un felino de la zona, bueno un "Felis Silvestris Catus", si es que somos más precisos y hablamos con propiedad del término "gato".
En un principio iban a llamarme Félix, por lo de mi origen, por mi padre, por mi abuelo y otros miembros de mi estirpe, ah, y por Félix el gato… ¡Vamos, toda una tradición! Pero mi madre, una gatita muy exótica, dicen que persa, venida de Oriente, impuso su criterio, y Melquiades fue el nombre escogido. Parece ser que es un nombre de origen hebreo que significa "Rey de Dios". Bueno, me coronaron, no sé si de gloria o… El caso es que tengo que cargar con el nombrecito para los restos. Y no lo digo con rencor hacia mi madre, que la mujer (perdón, la gata), se ve que lo hizo con la mejor intención, por eso de que su primer vástago tuviera un nombre con empaque y poderío, sino por las risitas que suscita entre los demás gatos. Ellos tienen nombres vulgares, así que, en parte, me consuela, como yo, ninguno, soy el único Melquíades en muchísimos kilómetros a la redonda.
Hace un par de años que decidí emanciparme del entorno familiar, más que nada porque mis horizontes eran bastante limitados: una cocina bien provista de todo lo que un gato casero pueda desear, un amplio jardín con acceso a un bosquecillo cercano donde poder corretear y cazar ratoncillos silvestres, una cama calentita, unas manos amorosas… pero debe ser que tengo algún gen aventurero en mi ADN y no acababa de sentirme como se esperaba de mí.
Y un día, después de hablar con la familia, les planteé mis intenciones. En un principio no lo entendieron muy bien, mi padre, un hermoso y rechoncho gato autóctono, maulló sin parar durante una hora, era su forma de protestar, y mi madre, tan delicada ella, se limitó a acariciar mi cabeza con su patita una y otra vez, a lamerme como cuando era pequeño y hasta creo que vislumbré alguna lagrimilla en sus preciosos ojos verdes. Pero yo ya había tomado mi decisión, así que esa misma noche, cuando todos dormían, me deslicé por la gatera de la puerta del jardín y salí a recorrer mundo.
Aunque me vean aquí, con este aspecto, buen aspecto, puntualicemos, porque, para qué nos vamos a engañar, soy un gato con un aspecto estupendo. Pues eso, que aunque tenga tan buena apariencia, aquí donde me ven, ¡las he pasado canutas, no se crean! Pero no me arrepiento, es más, estoy muy orgulloso de mí mismo, de lo resuelto y listo que me he vuelto.
En este tiempo he conseguido labrarme una reputación, claro que también me la he tenido que pelear, y si yo les enseñara, verían la cantidad de cicatrices que pueblan mi lomo. Eso sí, nunca empiezo una pelea, que para esas cosas soy muy prudente, es algo que me enseñó muy bien mi padre. Y ahora tengo amigos por todas partes, si me viera en apuros, no tendría más que maullar y aquí estarían unos cuantos en menos que canta un gallo.
Y en lo referente a las gatitas… pues hombre, sé que no está bien que lo diga yo, pero, con este cuerpo serrano, las pobres andan maullando detrás de mí desesperadas. Los de la cuadrilla me suelen cantar aquella canción tan de moda hace años, una que cantaba un tal Carlos Mejía Godoy con los de Palacagüina, aquélla que decía:
“Clodomiro, Clodomiro, ¿para dónde vas tan serio? Voy a ver un partidito allá por el cementerio. Y en asunto de mujeres, ¿cómo te trata la vida? Me defiendo, me defiendo, como gato panza arriba”.
Y si les digo la verdad, no tengo gran interés en aparearme con ninguna, bueno, entendámonos, a nadie le amarga un dulce, pero eso de las responsabilidades siendo tan joven todavía… no, que no me veo preparado, porque claro, luego vienen los gatitos y ya todo es un lío tremendo. Así que de momento, procuro mantener a raya esa cuestión, y cuando vea que las cosas son diferentes, que me encuentro más cansado para trotar de un lado a otro, entonces ya me buscaré la vida, bueno, la gata y luego la gatera… En el fondo, sigo los pasos de mi padre, y el hombre (digo, el gato), tuvo una suerte tremenda con mi madre, ¡ni más ni menos que una gatita persa con pedigrí, ahí es nada!
Mientras tanto aquí me tienen, haciendo las delicias de todo aquel que repara en mí, y yo, de vez en cuando me dejo fotografiar, acariciar el lomito, les pongo ojos melosos, y cuando veo en los de alguno esas ganas de querer adoptarme… salgo pitando, ¡no sea que me atrapen en los brazos del cariño y el cuidado casero!
Foto y Texto: Edurne
29 comentarios:
Uuuyyyy!!! Anda que no hay gatos así y engatusan como personas oye.
Pero gatas también...
Muy divertida tu entrada de hoy, se ve que conoces muy bien a estos animalillos tan encantadores.
Besos.
MUy entrañable Edurne. Me ha tenido enganchada hasta el final. Besos
No sé, no sé, me parece que es un poco creidillo este Melquiades con el tema de las gatitas.
Un poco zalamero.
Como lo veo un poquito presumido, e imagino que se pasará por aquí para leer lo que dice la gente de él, le quiero advertir de que tenga cuidado para que, como es tan apuesto, no le pase como a este pariente lejano suyo.
Ah, y también decirle, que en caso de que le pasara, le puedo hacer un huequecito en el carrito de Xana, que ella va muy contenta, y estaría dispuesta a hacerle un hueco si fuera necesario. No tiene nada que temer, porque aunque es una perrita siempre ha tenido buena relación con los gatunos.
Bueno, Melquiades, ya lo sabes te mando una caricia (sin intención de adoptarte) y Xana un lametón (sin intención de ligar, que conste)
Eta Edurnerentzat, muxu bat.
Ah!!! Orillera linda!
Es lindo, lindo, re lindo!
Me gustan los cuentos, me ponen de animo.
Y si es de gatos ni te cuento, apretujo al mio de un abrazo.
Besitos :)
Me pareció ver un lindo gatito! Tanto mejor que sea yo y no la Candela, que cumple fielmente su función de perrita perseguidora de mininos. Aunque, en una de ésas, como ella también es algo engreída, se hacen buenos amigos. Nunca se sabe...
Un gran abrazo, amiga.
(Sabes?, tengo otra amiga vasca además de ti. Se llama Olatz y es la lectora de Euskera en algunas universidades acá).
Melquiades parece un gato muy sabio.
Lástima de nombre...
Besos.
Ja.
Siempre me han gustado los gatos.
Me gusta su altivez, su orgullo, su independencia.
Me gusta su amor por la libertad y por vivir la vida sin temor a la muerte.
Siempre los he envidiado, algunos viven poco, pero siempre viven.
Sí, siempre me han gustado los gatos.
Saludos.
Si Edurne, tiene toda la razón el gato Melquiades, y no solo los gatos, hasta nosotros nos defendemos como gato panza arriba, como nos dejan y como nos permiten.
Yo misma, hasta 1982, tuve que arrastrar mi nombre en español en el DNI y en el pasaporte. Gracias a Dios que llegado 1982, la ley me permitió figurar a todos los efectos con mi nombre original en vasco.
Un fuerte abrazo y un beso
Jolín con el gatito con pedigrí por parte de madre... ¡Cuánto sabe de la vida!.
Los gatos son sabios y egoístas, ¿verdad Edurne?. No "pactan" con nadie. Van a su bola.
Un abrazo.
Originalísima entrada. El nombre del gato es demasiado largo.
Un abrazo
OJOSNEGROS:
Pues yo no tengo gato que me maulle... jejejeje! Pero bueno, por los que tienen y lo que he visto y lo qu eintuyo...
Los gatos me parecen de lo más misteriosos, me gustan, son especiales.
Y este Melquíades tiene un punto!
Besos!
:)
MILAGROS:
Me alegro de que te haya gustado el relato gatuno!
Besitos!
;)
ASUN:
"Estaba el señor Don Gato..." Jajajaja!
La verdad es que cuando me puse a escribir la historia del amigo Melquíades, se me vino a la cabeza este Don Gato de nuestra infancia. Gracias por recordármelo!
Pues siempre está bien saber que el pobre, en caso de necesidad, tendría un huequito en el cochecito de Xana, jejejeje!
Muxu bat zuretzat ere!
;)
CECY:
Me creerás si te digo que me acordé de ti, de Zimba, y también de Noelita? Pues sí, es verdad!
Así que mira, casi como que te lo dedico...
Besitos gatunos, linda!
;)
TRISTANCIO:
Vaya, pues la Candela seguro que haría buenas migas con este gatito Melquíades, seguro! Que al final, mucho ladrar, mucho ladrar...
Un super abrazote!
Ah, y qué bien que haya por allá una Olatz que te pueda contar cosas de aquí!
;)
MELQUIADES:
Es que se ha graduado en la Universidad de la Calle!
Petons!
;)
JAVIER:
Pues sí señor, los gatos son todo eso que has dicho tú, y por eso amí también me atraen. Aunque no sé yo si sería capaz de convivir con uno...!
Un abrazo!
;)
MIRENTXU:
Mira, mi ama, que nació en plena República tiene su partida de nacimiento hecha un auténtico cristo. Aparece inscrita con su verdadero nombre: Miren Edurne, llegó Franco y, automáticamente, borraron todos los nombres vascos y pusieron encima su traducción castellana, en este caso: María de las Nieves. Y en el año 80 pudo volver a restituir su verdaero nombre, porque, claro, nunca han dejado de llamarla Edurne. Como yo, que aunque nací en plena dictadura, el cura ya me bautizó con mi nombre, Miren Edurne, aunque en el Registro me tuvieran que inscribir por narices con el otro, el traducido (que no es feo, es muy bonito, pero no es mi nombre), y en el 80, hala, la madre y la hija a recuperar nuestros nombres!
Así que sí... como gato panza arriba!
Muxutxuak, polite!
;)
MAR:
Este Melquíades es más listo que listo...
Los gatos son los animales más independientes que he visto nunca, claro que no pactan con nadie, ellos siempre alo suyo!
besitos!
;)
ANTORELO:
Pero es un nombre muy original y con alcurnia, jejejejeje!
Un abrazo!
;)
Acabo de darme cuenta de que antes he contestado un comentario a... MELQUIADES!
Pues no, este gato es muy listo, pero que yo sepa todavía no se ha iniciado en la escritura!
El coco me ha hecho una jugarreta, yo quería contestar a TORO, y como estaba pensando en el nombre del gatito...
Ya ven, a mí también se me va la olla, y cada vez más!
TORO:
Perdó, maco!
:)
Vaya vaya con el gato este... pues que me ha tenido entretenida la historia del gato, jeje. Gracias.
Abrazo. Jabo
Lamento llegar tan tarde, Melquíades, pero no te imaginas lo que he sufrido buscándote estos dos días, y resulta que tú estabas en mi pantalla. Conozco a aquella que te ha dado el ser, conozco su estampa y sé que de tal palo, tal astilla, así que debes ser guapísimo y muy elegante; seguro que te adornas con una sonrisa de oreja a oreja y que tienes éxito asegurado. Me alegro mucho de encontrarte. ¡Ah! Saluda a tu mami en mi nombre.
Hola desde los tiempos inmemorables. Este Melquiades me parece un gato bastante alegre; bueno si tiene quien le acaricie estará contento. De todas formas parece de peluche, vamos que cualquiera le da unas caricias.
Bonito Melquiades; un saludo para él y un beso para Edurne.
Muxus.
Gato serio y vanidoso ha salido! Se ha olvidado que jugar con otras gatitas, siempre cuando no se mienta y se comunique el motivo del convite, es muy agradable. Y muy ilustrativo. Y muy sabio. Besos.
¡Uy! me recuerda mucho a un gato que tuve...
Bien escrito, me gustó.Saludos.
¡Eres genial, te haces los "episodios nacionales " con dos de pipas !!¡Qué arte , que juego te dá una foto!!
Los gatos son independientes , nada pegajosos y te dejan leer ,no quieren a nadie y solo se mueven por el interes ,lamen la mano de quién les dá de comer ....como algunos hombres !!!!
Ya me contarás que libros te has comprado .
Un superbesazooooo
Oye con el Espada ...¿hay tema ??
menudo historión....
JABO:
Pues me alegra que te haya gustado la historia de Melquíades!
Un abrazo!
;)
FRANCISCO:
Usted siempre tan atento, caballero!
;)
El pobre minino estaba un poco asustado cuando le saqué la foto, pero seguro que es un gato alegre y sonriente!
un abrazote, amigo!
;)
FERNANDO:
Ya sabes cómo son los gatos, cuando quieren, te buscan para queles hagas mimos, y cuando no, con un bufido te espantan...
Besarkafa bata eta bihar arte!
;)
JAVIER F.:
Pues sí, un poco chulito, pero seguro que es por lo que ha tenido que pasar y pelearse en la vida...
Y seguro que también sabe lo de cómo comportarse con las gatitas...
Un abrazote!
;)
MARÍA BLANCA:
Bienvenida a la Orilla, y gracias por tus palabras.
Vuelve cuando quieras!
Un abrazo!
;)
CRISTINA:
Jajajaja! Con dos de pipas, jajajaja!
Pues nada, tengo en la cabeza unos cuantos animalillos para sacarlos a la palestra...!
Qué tal vas con loslibros? Yo esta tarde me pondré ala tarea, mientras el bus me lleva a Bilbo.
Con don Paco, me dices? Jajajajaja! Francisco es todo un caballero, un amigo encantador que me mira y me ve siempre con buenos ojos. Es de esas amistades de blog que nacen así, espontáneas.... pero si tú ya sabes de qué hablo, gallina gemela!
Ah, y te recomiendo que te pases por su blog, escribe fenomenal y además de lo más variado! Pincha en su foto y allá que te lleva don Blogger.
Oye, besos de cacareo dominical! Hoy está cambiando el tiempo, eh!
;)
Una gata callejera ha parido enmi jardín. De un tiempo a esta parte los gatos forman parte de mi vida sin yo quererlo.
Un abrazo enorme, Edurne.
Y miles de gracias por estar siempre cerca.
Ahora sí. Misterios de mi conexión a internet. Bello relato. Y si es de gatos, mejor.
Beso grande
LAURA:
A mí también me rondan perros y gatos en los últimos tiempos...
Y qué habéis hecho con los gatitos que han nacido en el jardín?
Besotes!
;)
HORACIO:
Internet, o Blogger, que a mí por ejemplo, no me deja comentar en otros blogs... El éter anda revuelto, amigo!
Miau, marramiauuuuu (maullidos de protesta)!
Me alegro de que te haya gustado la vida de este Melquíades.
Un besote!
;)
Es que no hay duda de que llamarse Melquiades da mucho carácter. Y ese gato parece que tiene las cosas muy claras y va por buen camino
Jajaja, estupenda la historia del gatito, me ha tenido con la sonrisa puesta todo el rato.
Un abrazo Miren Edurne
MIGUEL:
Ya lo creo que eso del nombre imprime carácter...
Y este Melquíades lo tiene más que claro, no hay más que mirarle...
Abrazo!
;)
LUNA AZUL:
Jejejejeje!
A que se hace simpático el gatito?
Encantada de que te haya caído tan bien el amigo Melquíades!
Muxutxuak!
;)
Publicar un comentario