No sabía muy bien desde cuándo
estaba allí, postrado en esa cama, entubado, con cables y goteros por todas
partes. Tenía la mirada fija en el techo,
blanco, como las paredes, blancas… Si torcía, con esfuerzo, la cabeza hacia su izquierda, divisaba una
puerta entreabierta y percibía el rumor de pasos y voces. Si giraba el rostro
hacia la derecha, un enorme ventanal le castigaba la vista con la luz a
raudales que escupían sus cristales, y silencio… Volvió a cerrar los ojos, tal
vez era un sueño, y al abrirlos de nuevo, estaría otra vez en su habitación. Pero no, ahora eran un crucifijo en el frente y un pequeño televisor los que se
le mostraban sin pudor alguno en ese paño desnudo.
No había duda, estaba en un
hospital, pero ¿por qué? No recordaba absolutamente nada, por más esfuerzos que
hacía, que buscaba y rebuscaba entre los pasillos de su mente… nada, no podía
recordar nada. Tan solo ese dolor sordo y constante de todo el cuerpo le
avisaba de que algo le había ocurrido, y de que no debía ser ninguna tontería.
No podía moverse si no era con gran dolor. No volvió a intentarlo. Esperaría a
que apareciera un médico, una enfermera…
Alguien tendría que decirle algo.
Intentó dormir. Cerró los ojos
con fuerza, tanto que le dolían los párpados. Las ganas no superaron a la
imposibilidad por conciliar el sueño. Imposible. Trató, en vano, de inducir el
letargo recordando situaciones, personas, lugares… Labor totalmente infructuosa,
un caudal de imágenes se abarrotaban en la entrada de su cerebro sin orden ni
concierto alguno. No podía respirar. Volvió a abrir los ojos. Blanco. Todo
seguía siendo completamente blanco.
Lo intentó una y otra vez,
hasta que alguien empujó la puerta y notó unos pasos que llegaban hasta su
cabecera. Abrió los ojos y se encontró con la mirada de un hombre joven que le
sonreía, en el bolsillo de su bata blanca había un nombre escrito “Doctor
Satrústegui”. Lo miró interrogante, esperando que despejara sus dudas. Éste llevaba
una carpeta con papeles que ojeaba pensativo.
—Así que su nombre es…
—Armando.
—Armando… ¿qué más?
—Armando García Ríos.
—Muy bien, veo que recuerda
quién es. Teníamos nuestras dudas. La conmoción ha sido muy fuerte y ha estado
inconsciente muchas horas.
Conmoción, inconsciente… Seguía
sin recordar nada. ¿Qué había podido ocurrir?
—Veo por su expresión que no
recuerda nada de lo que le ha ocurrido. Bien, no se preocupe, está usted en un
estado de amnesia orgánica normal, poco a poco volverán las imágenes y los
recuerdos. Que sepa su nombre ya es una buena señal. Ha sufrido usted un
accidente de coche realmente grave, sus lesiones son de carácter reservado,
pero no irreversibles. Además ha permanecido casi setenta y dos horas en estado
de schok e inconsciencia debido a una conmoción cerebral. Hay que esperar para
poder evaluar todos los daños y las posibilidades de mejora. Pero vamos por el
buen camino. Ahora descanse, duerma…
—No puedo. Imposible, lo
intento y lo intento pero no puedo dormir, me estoy empezando a angustiar…
—No se preocupe, le pondremos
algún medicamento para inducir el descanso.
—¿Pero qué es lo que ocurrió?
En el accidente, quiero decir, ¿cómo fue?
“Doctor Satrústegui, Doctor Satrústegui, una
emergencia en la 328, por favor acuda. Doctor Satrústegui a la 328, urgente”.
La megafonía no dejaba
ni un segundo para explicaciones. El doctor salió presuroso de la habitación,
seguido de la enfermera, que cerró la puerta tras de sí.
De nuevo solo, solo con el blanco en el techo, en las paredes, en su mente…
De nuevo solo, solo con el blanco en el techo, en las paredes, en su mente…
Imagen: Internet Texto: Edurne
18 comentarios:
Espero ansiosa la continuación.... vamos a seguir las aventuras de Armando... Esperemos que se recupere y que la memoria, le venga de poco.
Besos
Que esa memoria vuelva pronto y que el accidente no le deje secuelas irreversibles(que parece que no)...Que pena que al Dr:le llamaran para atender otro paciente y nos hemos quedado a medias:(
Esperaremos con impaciencia la continuidad de este intresante relato?
Un abrazo Edurne
Que buena guionista de series televisivas hubiese sido; dejar la intriga en el mejor momento es una buen estrategia para esperar la siguiente entrega.
Un abrazo Edurne.
Nada más empezar a leer me he visto en esa cama. Es casi casi como si me estuvieras describiendo en un accidente de coche que tuve hace tiempo. Afortunadamente yo no estuve inconsciente pero sí con una conmoción tal que no sabía ni dónde estaba ni por qué. Casi veinte años después sigo sin recordar lo qué pasó.
Esperaremos a ver qué es lo que acaba recordando Armando.
Besos
Muy buen relato, Edurne. Espero el desenlace.
Un abrazo
Eso de ir buscando por los pasillos de la mente y no encontrar lo que buscas .... uf!!
Espero la continuación con muuuucho interés.
Besos!
MYRIAM:
Pues vamos a ver qué pasa con Armando y, tal vez otros pacientes y personal de esta tercera planta...
Un besote!
;)
BERTHA:
Sí, vamos a esperar, según s eme vaya presentando la historia, la iré contando. Paciencia.
Esta primera parte ha surgido en un momento y tal cual la he colgado...
Un abrazote!
;)
ELENA:
Yo también estoy intrigada...
Qué pasaría?
Qué pasará?
Esperaremos.
Guionista, dice! Ay, pero eso es que tú me lees con muy buenos ojos!
Gracias y un besote!
;)
ASUN:
Ez da izango!
Ufff, tiene que ser terrible no recordar nada!
Ea Armando honekin zer gertatuko den!
Muxutxuak!
;)
ANTORELO:
Muchas gracias, celebro que te hay interesado. Nos esmeraremos para la próxima entrega.
Un abrazote!
;)
MARÍA:
Pues sí, que tiene que ser horrible!
Intentaremos darle una solución al pobre Armando...
Muxutxuak!
;)
Ba bai, Edurne, hala izan zen.
Hau da pasa den urrian horri buruz idatzi nuen sarrera.
Bertan dagoen kotxearen barruan ni nihoan.
Ikusten duzunez, hobe ezer ez gogoratzea.
Muxu handi bat.
Ez dakit zer gertatzen zaidan, ez dut asmatzen linkarekin jajajaja.
Ea orian bai.
ASUN:
ASUN:
Lasai!
Zure blogean bilatu dut eta bai... irakurrita neukan, orain gogoratu dut; karanba, ia-ia antzerakoa!
Zelako pasada, neska! Bizitza horrelakoa da, edozein momentuan... zasss!
Erne ibili behar da eta ondo sailkatu mundu honetan, inportanteena zein den!
Muxutxuak!
:)
Querida Edurne: sabes que te quiero, que te admiro, que me gusta todo lo que haces, ¿pero te he dicho que tienes una prosa cercana a la perfección? Me ha encantado tu relato. Tengo larga experiencia hospitalaria y me ha parecido revivir la situación que describes.
Besos
Edurne, no se te ocurra hacerme esperar mucho...me has dejado en lo mejor. Te estás volviendo una escritora pérfida ;)
Un beso y buen lunes
Espero que los hospitales sean ya solamente en la ficción.
Cuanto suspenso, Edurne, y la misma angustia por saber cómo sigue que la que debe estar sintiendo el pobre Armando.
Un abrazo en este intervalo :)
Jo, me está angustiando hasta a mí.
Besos.
FRANCISCO:
Óle! Eso es un amigo! ;)
Miles de gracias, vaya, ya he engordado un par de kilitos, y mira que estoy conteniéndome... jejejeje!
La experiencia hospitalaria es terrible, yo la tengo de cuidadora y sufridora, así que también mem resulta muy familiar, lamentablemente!
Veremos cómo se va desarrollando la historia del pobre Armando...
Un super abrazo, don Paco!
Y sabe usted que yo también le tengo en gran estima, caballero!
;)
MARTA:
Esperemos, esperemos pues...
Gracias!
Un besote!
;)
ÁNGELES:
Pérfida... jajajajaja! Me encanta el adjetivo!
Habrá que esperar un poquito, que estoy con exámenes, notas, informes, actas y demases entre manos... ayyyys!
Besotes!
;)
Qué tal lo tuyo con la Pedagogía?
GIANCARLO:
Grazie tante per la tua visita e felice settimana per te anche.
Un abbraccio!
;)
REL:
Querido amigo! Las olas de esta Orilla se alborotan al sentir tus pasos...
El pobre Armando tiene que estar hecho un lío con tanta incertidumbre, sin recordar nada más que su nombre...
Habrá que hacerle una visita dentro de poco, y que nos cuente cómo va su vida...
Otro abrazote para vos, amigo!
;)
TORO:
No te me angusties, hombre, que enseguida saldremos de dudas... Espero!
;)
Molts petons, maco!
;)
¡Qué agobio! Has sabido llevarnos hasta el punto exacto para que te tengamos que decir ...¿Para cuándo la continuación?
Me encanta como escribes. Un abrazo
CHELO:
Te has agobiado? Bueno, pues entonces vamos bien!
Habrá que esperar un poquito, que estoy con menesteres que tú conoces muy bien, y tengo que quitarme de encima mucha tarea urgente!
Y gracias por tus palabras, tan halagadoras...!
Besotes!
;)
Publicar un comentario