Me arañan los segundos en el bolsillo donde guardo las prisas,
y esos minutos robados en la primera esquina,
justo al torcer de mis
ansias, me llaman,
me llaman…
Muchas son las horas que me faltan,
las que perdidas andan por montes y playas de otros.
Suspiro e imploro.
¡Oh, Cronos, tú que quitas y das,
apiádate de esta pobre que tu nombre alaba
por los rincones, escarbando entre rocas y almohadones!
Un día.
Veinticuatro horas.
Mil cuatrocientos cuarenta minutos.
Ochenta y seis mil cuatrocientos segundos…
¡Solo eso pido,
todo eso y nada más!
Imagen: Internet
Texto: Edurne
6 comentarios:
Cronos no me escucha, está claro... Me falta el tiempo!
Prometo volver con unas Crónicas del Foro que tengo pendientes, hoy... o mañana a más tardar.
Gracias por la paciencia y la fidelidad.
Y a disfrutar todo lo que se pueda o nos dejen!
Un abrazo enorme!
:)
Busco días de 36 horas,
y mejor aún si fueran de 48.
¿No habrá por ahí algún inventor
despistado que tenga la ansiada fórmula???
¡Cómo te comprendo!!!
Besotes! muchos muchos.
Nos falta descubrir que Cronos es un ídolo, que el tiempo es una entelequia y que cuando metemos la mano en el bolsillo manejamos los hilos secretos de lo que atesoramos.
Besos
Edurne, que es mala época para pedir.A ver si Cronos hace un esfuerzo y te regala unos minutillos gratuitos.
Preciosa Oda me ha gustado muchísimo!
El tiempo es de Oro.
Un abrazo.
MARÍA:
Yo necesitaría un día entero por cada hora...
Imposible, sé que es imposible!
Ánimo!
Muxutxuak, polite!
;)
FRANCISCO:
Una entelequia...
Pues esta entelequia me trae de cabeza! Jejejeje!
Un besote, amigo!
;)
BERTHA:
Oro... ya lo creo, por eso estamos tan empobrecidos, ni tiempo ni oro, ni plata ni ná de ná a la marcha que vamos...
Besotes!
;)
ESTOY ESCRIBIENDO LAS CRÓNICAS, HOY APARECERÁN... SEGURO!
;)
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