Puente del Pilar. A una semana de la vuelta.
Escribo justo siete días después de haber abandonado el Foro, y es que no quiero
que esta vez se me quede nada enredado entre los dedos: los recuerdos, lo
visto, lo rabiado, lo caminado, lo reído (vamos a ponernos con la cara alegre,
que no siempre lloramos a todas horas)…
El tiempo es siempre un compañero que ejerce su
derecho a voz y voto y permite que hagamos tal o cual actividad. Bien, no fue
demasiado severo con nosotros, es más, el sol nos acompaño la mayor parte del
tiempo, pero… era el último puente más o menos “viajable” antes de entrar de
lleno en el otoño más cercano al invierno y, claro, Madrid estaba a rebosar,
lleno hasta la bandera.
Llegué el jueves por la noche, después de casi
cinco horas de viaje-lectura. Les
comenté en la entrada del relleno del sándwich, que había descubierto la novela
de aventuras de Matilde Asensi, y
que me había agenciado la trilogía de Martín Ojo de Plata, ¿recuerdan? Pues
bien, en este viaje de ida y vuelta, he dado buena cuenta del último volumen de
la serie, “La conjura de Cortés” y como ya hice mis
comentarios acerca de este tipo de literatura, solo les dejo la portada del
libro en cuestión.

Tener intenciones de visitar una exposición recién
estrenada y de mucha “moda”, en fechas como éstas… casi una misión imposible.
Eso nos ocurrió, ni el viernes, ni el sábado conseguimos acceder a la
exposición de Gauguin en el Thyssen. Y eso que probamos diferentes
horas, de mediodía, tarde y mañana… nada, imposible, las colas eran terribles y
las entradas las daban para mucho más tarde, o simplemente, no las daban para
ese mismo día. Resultado: desistimos, y como hay tiempo, esperaremos a mejor
ocasión, aunque te da una rabia…
En contrapartida, y para consolarnos, pudimos ver
la de Retratos del Pompidou en la Fundación Mapfre, y que el viernes
tampoco nos dejaron ver por la misma razón, aforo completísimo para ese día.
Todos los cuadros son retratos, y la verdad que muy
buenos, a mí me gustó mucho. Algunos de los cuadros expuestos ya los había
visto anteriormente en otras exposiciones y otros museos, pero siempre agrada
volver a disfrutar de las líneas y el color de obras tan buenas. Y como estará
hasta el día de Reyes del año que viene, miren ustedes por dónde… todavía
tienen tiempo. Y esta exposición es totalmente gratuita.
Allí mismo, en el Paseo de Recoletos, estaba instalada la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que, casualidad, pero casi
siempre que me acerco a la Mapfre, está esta feria…
Con las ansias museísticas y la frustración del
Thyssen, teníamos ganas y hambre de más… Así que el Museo Naval se nos puso a
tiro, pero no por un interés especial en esas cosas de la Armada… ¡uf!, sino
por el reclamo del exterior: “No fueron solos. Mujeres en la conquista y
colonización
de América”. Y como andaba yo con las aventuras de Catalina
Solís/Martín Navares… allá que nos metimos de cabeza.
El Museo tiene muchas cosas interesantes, cosas de
las de antes, ya me entienden, y es curioso. Te puedes encontrar cañones y
culebrinas de las naos españolas del siglo XVI, mascarones de proa o de popa,
cualquiera sabe, que una no entiende de esta terminología náutica. Espadas,
floretes, cartas de navegación, astrolabios, maquetas inmensas de barcos, trajes
de almirantes, recuerdos de los muertos en alguna batalla de renombre, utillaje
de las naves, armamentos diferentes según las épocas, retratos de reyes, reinas
y bastardos reales… En fin, muchísimas cosas.
Y en cuanto a la exposición que a
nosotros nos interesaba, pues más bien era una pequeña muestra pedagógica, con
datos históricos, algún que otro útil netamente femenino, recuento biográfico de
mujeres famosas por su valentía, gobierno y arrojo… Interesante, de cualquier
modo.
Llevaba yo la intención de perderme por los
estantes de la nueva librería La Central
situada en Callao. Fuimos, pero
hasta allí nos perseguía el gentío. ¡Socorro! El edificio en el que está
situada la librería, es un antiguo palacete de la zona, y que los propietarios
han aprovechado al máximo para crear distintos espacios y ambientes. Tienen una
web que se puede visitar, la recomiendo.
Allí, merodeamos entre los distintos
estantes, curioseamos, y yo “piqué” un poquito: “Yo mataré monstruos por ti” de Víctor Balcells, del que nada conocía, pero, ya saben que yo me fío
de mi olfato, de mi tacto, de mi vista…
También me compré otro librito: “Cuentos
breves para leer en el baño”, una selección de cuentos de autores tales
como Irving, Poe, Tolstói, Wilde… Y
tal vez nos asome una sonrisa por el título, pero, ustedes saben muy bien que
en el baño se lee… ¡huy, lo que se lee! Así que estos libritos, vienen muy
bien.
En el Ayuntamiento
de Madrid, el que gobierna la señora Botella como herencia que le ha
llegado casi como llovida del cielo, están muy activos desde que cambiaron,
Gallardón así lo decidió, la sede, y se trasladaron a la mismísima Plaza de Cibeles, al otrora Palacio de Correos (creo que todavía se
utiliza como sede de la Posta nacional en una pequeña zona). Ahora es un punto
de referencia cultural de la ciudad, y suele haber siempre alguna exposición, a
mas de visitar su parte alta desde la que se divisa la urbe en su plenitud…
No
llegamos a la hora de poder subir hasta las alturas permitidas, así que nos
conformamos con sacar alguna que otra
foto tras los cristales. Y disfrutamos de una exposición de pintura, y otra de
tendencias de los diseñadores más emblemáticos del país…
El edificio, bello ya por fuera, tiene rincones muy
curiosos en su interior, y pasearlo es una actividad bastante agradable. Si nos
sentimos cansados en algún momento, disponemos de una zona de reposo con unos
sofás de colores, cálidos y acogedores, que seguro harán las delicias de
nuestros trajinados cuerpos… Como ven, siempre es una opción cultural más
dentro de la amplísima oferta de la capital del Reino.
Y como todo no es museos y librerías, lo de
siempre, lo más barato nos espera: callejear, mirar al cielo, admirar edificios
y cúpulas: Azotea del Círculo de Bellas Artes, Cúpula del Metrópolis, la Gran Vía…
Incluso hubo tiempo para visitar a las simpáticas tortugas de la Estación de
Atocha, que parecen estatuas de lo hieráticas que son, aunque más bien creo que es porque están
acostumbradísimas a posar.
También hay actividades más relajantes como los
arreglos florales, y como ustedes ya saben de mis aficiones jardineras, ya ven,
unas plantitas por aquí, otras por allí…
El Foro queda en orden, hasta mi nueva visita, que
será… dentro de poco.
Fotos:
Antonio y Edurne Foto cola en el Thyssen y fachada de La Central, más imagen cuadro de Gauguin: Internet Escaneo libros:
Edurne Folletos exposiciones Mapfre y Museo Naval: de las exposiciones.