Esto son dos vascos que andan por el monte, buscando setas. De pronto uno se encuentra un flamante Rolex y emocionadísimo llama a su compañero:
Me las encontré así, dispersas por toda la oficina. Trabajando.
Por un momento pensé que eran parte de una broma de alguno de mis compañeros, pero no, las setas no sabían nada de bromas, que ellas eran muy serias, y que estaban allí, me dijeron, o creí entender, porque las habían mandado de la oficina del paro.
No daba crédito a mis ojos. Setas, eran setas, aunque más bien parecían platillos volantes. ¡Setas trabajadoras, y parlantes! Y al parecer, muy buenas…
Enseguida llegaron mis compañeros, y la cara de susto debió de ser la misma que puse yo. Pero como les llevaba una ventaja de quince minutos, hice uso de ella y les informé de la situación: que no había que preocuparse, que ellas hacían su trabajo y no se metían con nadie. Además, les dije, podremos salir al bocadillo de la mañana con más tranquilidad, sabiendo que si llega algún teletipo de última hora, ellas lo recogerán y sabrán qué hacer con la información. Se las ve muy bien preparadas, y encima hablan idiomas…
Ya, me dijo, Juan, ¿Y si nos quitan el puesto? Que con esto de los recortes, unas setas... mano de obra de lo más barato. ¡Ahhhh, pues en eso no había pensado yo! Porque, no había más que mirar y ver: manejaban el ordenador como nadie, se desenvolvían con soltura en la fotocopiadora, al teléfono…
Una de ellas, la más mayor, que tenía la “antena” puesta, se volvió hacia donde estaba yo y me dijo con esa voz (que he descubierto ahora que es la voz típica de las setas campestres) terrosa:
–Tranquilos, nosotras no somos “okupas”, solamente cumplimos lo que nos mandan, y en este caso, nos han enviado del INEM, como ya hemos dicho antes, para hacer este trabajo y de paso echaros una mano. Nuestros puestos de trabajo son… casi como virtuales, es decir, que hoy estamos, pero que mañana, igual, no estamos. A nosotras no nos importa, mejor estamos aquí que en el bosque, expuestas al filo de los cuchillos de esa cantidad de desalmados que vienen con una locura setera que para qué vamos a contaros; y luego, creo que ya os imaginaréis dónde acabamos con nuestras tiernas carnes y nuestras esporas, ¿no? Pues eso, que cuanto más trabajo nos den, mejor. Además no nos pagan en money, en cash, nos pagan en especias, por la noche nos reubican en unos plantones con todos los nutrientes que necesitamos y listo, hasta el día siguiente.
Bueno, en ese caso… Aumenta la producción, se ahorran la contratación “legal”, la Seguridad Social, el sueldo mínimo, el finiquito, las reivindicaciones por convenio laboral… ¡Un chollo! La prima de riesgo descenderá, los mercados se recuperarán, la banca respirará tranquila (más de lo que ya lo hace), y a los funcionarios, tal vez no nos quiten la paga de Navidad…
Adoro las setas. ¡Que a nadie se le ocurra nada mejor que hacer con ellas, que han venido a salvarnos!
Fotos: Antonio Imagen platillo de setas cocinadas: Internet Chiste: Popular Texto: Edurne (Hoy, los vascos vamos a setas (además llueve), aunque algunos pretendan ir a Rolex...)
14 comentarios:
Ay, Edurne, esrtoy tan espesa, que ni me atrevo a comentar...yo a setas, también...
Besos y buenos votos!
Que te ha quedado redondo (no de ternera) Edurne:precioso relato de estas invasoras tan sustanciosas.
Feliz domingo(me encantan las setas)
Mi padre era un experto buscador de setas y me enseñó a tener precaución con ellas. Cada año hay intoxicaciones. Él me aconsejó no comer setas alegremente en cualquier sitio. Mejor di que no te gustan y si quieres comer setas yo te las busco -me decía- Y ahora que él no está se lo digo a mi hermano Fer, porque sólo a él le enseñó y sólo de él me fío. Por otro lado me ha hecho gracia porque en Navarra a los guiputxis les llamamos robasetas y ellos a nosotros meaplayas. Qué tiempos aquellos...
Muxuak!!!!!
Muy bueno, Edurne...
Voy a cortarme unos Rolex para comer ;)
Un beso.
HD
Precioso, Edurne, precioso, simpático y divertido. Eres genial. Si vamos a cuentos, vamos a cuentos; lo demás son cuentos.
Besos
Ojalá mañana encuentre una seta en puesto de trabajo y me digan que no es necesario que vuelva... pero que me sigan pagando eh...
Besos.
Ay, hija mía, no están los tiempos para desechar un rolex si me encuentro uno cuando vaya a por setas, que quién sabe si no lo tendré que acabar empeñando para poder dar de comer a mi niña. Luego ya seguiré a setas, pero "la pela es la pela" jajaja.
Muxu bat
Lo que yo daría por levantarme una mañana y encontrarme la casa llena de setas fregando, planchando, cocinando, barriendo...
Uf, dejemos de soñar.
Un beso Edurne.
Las setas me gustan , pero prefiero una cesta de Rolex...
Muy original el texto.
Besos
¡Perfecto! Me ha encantado.
Y las setas tan contentas.
Un abrazo
ZEL:
Pues las setas, ya ves, nos fueron bastante bien...
Petons, maca!
;)
BERTHA:
Estas setas en concreto, me han informado de que eran malas, malísimas!
Huyyy!
Besotes!
IDOIA:
Es que mira que son los giputxis, eh???
Muxutxuak/Petonets!
;)
HUMBERTO:
Un poco duros para mi gusto, pero bueno, si ati te gustan más qu elas setas... a Rolex, nada, a Rolex!
;)
Besos!
FRANCISCO:
Eso, eso, mejor a setas o a Rolex que a cuentos malos de los cuentistas que ya nos conocemos!
Besotes!
;)
TORO:
Me parece a mí que va a ser que no...
Ya lo siento, en otro sueño, tal vez!
Petons!
;)
ASUN:
Nada, nada, tú ve apañando unos cuantos Rolex que pilles por ahí, entre seta y seta, y ya luego... eso!
Jajajajaja!
Muxutxuak!
;)
ELENA:
Anda, y yo! Pero creo que la cosa ya se ha acabado, vamos, que era un cupo especial y listo, c'est fini!
Besotes, guapa!
BLANCA:
Otra con los Rolex, vaya vaya... que hay mucha afición al Rolex eh???
;)
Besotes!
CHELO:
Las setas, por lo visto, encantadísimas, con tal de librarse de estar en el bosque dando cobijo a David el gnomo y su mujer y pendientes de los locos seteros...
;)
Besotes!
MARTA:
Ay, versátil, dice ella.. jajajaja, las setas, que me han inspirado!
Gracias, y me alegra haber arrancado una sonrisa.
Besotes!
;)
Publicar un comentario