Sacas a paseo las
prisas por escapar
de la cárcel en que
se ha convertido tu vida.
Al llegar a la senda,
una mano retiene tu
marcha,
—calma, sin prisa—
te dice.
Hay muchas veredas que
llevan
al mismo camino.
¿Cuál tomar?
Mira,
mira,
busca y encuentra
la tuya.
Hojarasca que oculta
la ruta marcada.
Oyes ruido de pasos
que desvían tu rumbo.
Una ardilla salta
de rama en rama,
y te mira.
de rama en rama,
y te mira.
La sigues.
El camino está
y estaba ahí,
en ti.
Ya no hay pérdida
posible.
Foto: Antonio.
Texto: Edurne
7 comentarios:
Efectivamente, el camino está dentro de nosotros. ¡Qué bien lo has expresado! Un abrazo
todo sendero comienza en el primer paso que decides realmente tú
Besos.
Efectivamente, el camino está en uno mismo. Quien llega a esa convicción, nunca más se pierde.
Besos.
ANTORELO:
Pero tenemos la mala costumbre de obviarlo...
Un abrazo!
;)
PEDRO:
Cuando empezamos a caminar por nuestros propios medios, somos nosotros los que decidimos qué camino tomar, y si nos perdemos o "despistamos", también es nuestra decisión.
Besos.
;)
PACO:
Pero a veces nos dejamos entretener por los cantos de sirenas, somos como Ulises. A veces, y no todos, claro!
Besos y abrazos, amigo!
;)
Edurne me ha encantado este poema
besos
Pasear y seguir nuestro camino sin que nadie te detenga...
Aunque no siempre podemos, las ataduras , a veces, son muy fuertes.
Besos
MARIJOSE:
Gracias por tu visita y por las palabras.
Un beso.
;)
BLANCA:
Si todo fuera tan fácil, pero...
Lo importante es no dejar nunca de caminar, y si nos hemos perdido, seguir caminando hasta encontrar nuestra propia senda...
Besos.
;)
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