Echo de menos tu aliento en mi piel,
y tus manos que acarician mi alma
cuando viaja,
ausente,
entre las estrellas de nuestra Vía Láctea.
Echo de menos tu mirada
vistiendo mi desnudez al alba,
tus pasos que caminan mi cuerpo
y tus besos que a ti me enlazan.
Echo de menos amanecer cogida de tu mano,
con la felicidad enredada entre mi pelo
y tu boca perdida en mis entrañas.
Pintura: Antonio. Texto: Edurne
3 comentarios:
Siempre habrá nuevas manos, nuevas bocas.
Besos.
¡Cómo duelen las ausencias! Un abrazo
PEDRO, ANTORELO:
A veces las ausencias también están en las presencias...
Todo duele, y sí siempre hay algo más en nuestras vidas que nos ayuda a mitigar ese dolor.
Y aunque tengas, siempre echas de menos lo que amas, al segundo siguiente de separarte de ello, de él, de ella...
Gracias por vuestras visitas y vuestras palabras!
Un abrazo grande.
;)
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