sábado, 16 de julio de 2016

DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro LXV) "Del Bosco al Botxo pasando por Cáceres".


Corría el primero de julio de este año en el que el calor nos tiene muertos a todos, y veinticuatro horas después de haber finiquitado este curso que ya me estaba ahogando, cuando montaba yo con mi maleta en el bus de ALSA camino de la meseta. Meseta dorada y parda que me acoge como siempre, con sonrisas de medio lado y alegría entre la tierra reseca. Quince días. Ya fui, y ya volví.





Mi tiempo de asueto es también raro, rápido y esporádico, como todo en mi vida, y por eso trato de exprimirlo al máximo, de quedarme con el jugo de los mejores momentos, de guardar  los pequeños instantes en los que casi podemos decir: “ahora soy feliz”…

Hay algo dentro de mí que me tiene agarradas las entrañas, algo que me impide fluir como yo soy de verdad. Estoy en crisis, está claro, y la manejo lo mejor que sé y que puedo, o que me dejan las circunstancias. Pero no soy yo de las que tiran la toalla cuando vienen mal dadas, ¡para nada!

Escribo estas nuevas Crónicas del Foro sin haber lanzado una de Historias de La Ría previamente, pero, qué quieren, se me amontona todo y, a veces, ya no merece la pena volver atrás… estamos en tiempo de avanzar, de hacerle un guiño al futuro.




Avancemos pues, y si quieren, me acompañan en este paseíto.

De viernes a viernes, y tiro porque me toca. Parece poco, pero no, si se sabe estirar el tiempo, da para muuuucho. A mí me da, ya les digo yo que me da. Soy jardinera y hortelana frustrada, así que cuando puedo, ejerzo de tal. Esta vez ha habido una pequeña gran revolución en el jardín, así que estoy contenta, y espero que el proyecto siga adelante, cuajando, aunque sea poco a poco. En esos menesteres, nos demoramos el fin de semana.




Como yo tampoco soy de las que me desespero si no puedo hacer grandes viajes, porque mi capacidad de adaptación a todo es una suerte, pues con las pequeñas cosas, me conformo.

Una visita al Prado para ver la anunciadísima exposición de “El Bosco” en España, única y que no había que perderse… Pues sí, una va con mucha expectación y expectativa, y sí, pero… Tal vez la gente que te rodea por todas partes, como si fueras una ínsula, y que te impide ver a tus anchas cada cuadro, o el que tienes la sensación de que todo es tan parecido que casi se asemeja a un juego infantil donde hay que ver quién descubre más cosas raras… Pues eso, como les digo, le restó al final un poco de esa magia que esperaba encontrar. Estuvo bien, muy bien, no crean que no, y hay que verla, claro que sí. Además, les voy a confesar un secreto, algo que me produce un placer inocente: entrar en las pinacotecas públicas sin pagar, enseñando mi carné de profe. Me encanta, ¡jajajaja! Pues a lo dicho, si están en Madrid, si piensan pasar por allí o ahora les ha picado la curiosidad… Museo del Prado, hasta septiembre, el gran Bosco y su maravilloso y sorprendente mundo onírico. Hacer un análisis de su obra, nos llevaría mucho tiempo, y además, no somos expertos, tan solo amantes de la pintura, curiosos, espectadores entusiastas. El tipo era un visionario, un surrealista y … Pues fíjense sino ustedes en la afición que le tenía el monarca de las Españas más católicas, el llamado Felipe II, el dueño del Imperio donde nunca se ponía el sol. Por algo sería.

  





Y ya por ahí cerca, en La Caixa Forum, acaban de inaugurar una expo muy buena, pero que yo no pillé, espero hacerlo el mes que viene, “IMPRESIONISTAS Y MODERNOS”. Sí que vimos  otra, “EL PESO DE UN GESTO”, La mirada de Julião Sarmento a las colecciones Gulbenkian, MACBA y “la Caixa”. Ni fú ni fá, para mi gusto, sí que había alguna cosa rescatable, pero en general… Aunque ya saben que sobre gustos no hay nada escrito.





Nos dimos un paseo por Cáceres, ciudad que yo no conocía, de la que tanto había oído hablar y a la que estuvimos a puntito de ir hace dos años, con el hotel reservado y todo, pero que una incidencia familiar abortó la intentona… Esta vez sí, esta vez había que ir. Cáceres, ciudad de integración de culturas: judía, árabe y cristiana. Y ese pasado romano. Recuerden que la Emérita Augusta, Mérida, de los romanos de la antigua Hispania queda muy cerca. Fuimos a a la bella Cáceres. ¿Calor? Creo que hay que inventar otra palabra para expresar lo siguiente a calor, calorazo…





La ciudad me gustó, lo que pudimos ver, que básicamente se redujo a la zona antigua. La piedra, magnífica, el color, el efecto, la estructura… pero todo rodeado de silencio. En el Casco Antiguo de Cáceres no hay comercios, no hay ese bullicio propio de otros Cascos Antiguos. Iglesias, museos, palacetes… Nosotros sacamos fotos como posesos.

Después de dar bastantes vueltas para poder llegar al hotel y luego dejar el coche en un parking más o menos próximo, a primera hora de la tarde, comíamos en una terraza de la Plaza Mayor, o de Sta. María, al abrigo de la canícula, bien protegidos por toldos y sombrillas. Lo que pedimos para comer, buenísimo, y el servicio, estupendo también. El camarero que se hizo cargo de nosotros, en una de éstas, se lanzó y nos preguntó que a ver si no eramos del Norte por casualidad, porque venía observando desde que nos sentamos que el habla no era de por allí,  y que como él era de Donosti... ¡Jajajaja! ¡Bingo! La del norte era yo, la que más hablaba, claro. Estuvo bien la anécdota, porque se ve que el hombre estaba deseando contarle su historia a alguien de sus orillas cantábricas. Catorce años llevaba ya por tierras extremeñas, que hasta los hijos le habían nacido en aquel Cáceres abrasador, y que el calor se le había integrado ya en el código genético... de eso y más charlamos un rato y ya de paso pudimos recabar información de los alrededores.

A la noche, y después de una magnífica cena en el hotel-palacete en el que nos alojamos, viendo cómo los cielos se abrían y lanzaban todo tipo de aparato eléctrico (léase truenos, rayos y centellas...), al escampar, nos dimos un reconfortante paseo nocturno para volver y dormir como unos benditos.




Estuvo bien la escapada, y ya les digo, yo me conformo. De camino, parada en Trujillo, tierra de conquistadores que dicen. Visita muy rápida.  En la plaza, la estatua de un Francisco Pizarro ecuestre y arrogante, lo llena casi todo. Coches y autobuses rodean el espacio sin parar, lo que hace que el disfrute sea un poco a la carrera. En un giro de 360º, se percata uno de que el color de la tierra está grabado en la piedra de sus casas y sus iglesias. sol y calor, carácter rudo, recio y de aguante. La pena el poco tiempo... 


Y de vuelta a Madrid, actividades varias, unas inaplazables y otras de ocio propiamente dicho.

Un cine. No tuvimos tiempo para el teatro, había que estar un poco más espabilados. A la próxima. Y el cine en verano… Vimos “EL CAPITÁN KOBLIC” de Darín, que me gusta, pero es que ya está hasta en la sopa, e Inma Cuesta haciendo de argentina… Correcta pero me percaté de que no había feeling entre los dos protagonistas, ese historia de amor no se la creían ni ellos, no saltaban chispas ni nada. Nunca he visto tan claro algo así. No la hicieron creíble. Una lástima.



Madrid. Madrid es mi segunda ciudad, mi ciudad de acogida, eso ya lo saben ustedes, mi corazón tiene echadas sus buenas raíces allí. Y yo siento que la ciudad y yo hacemos buenas migas, la quiero y me quiere. Como todo el entorno en el que yo me muevo y que forma parte de mi vida, de lo que yo soy. 



Por eso, tal vez, a la vuelta, el viernes pasado, al poco de salir de la estación, y salvando un pequeño y primer atasco, el bus hizo cataplaf en plena autovía. Seguro que no quería que me marchara, ¡jajajaja! Fue toda una odisea, con remolque y escolta por una pareja de motoristas de la Benemérita hasta un área de servicio casi en el punto de partida, cambio de bus y llegada a Bilbao dos horas y pico más tarde de lo previsto. Ya era el día siguiente cuando entraba yo en mi casa de Bilbao con todo el calorazo del día, del viaje, del agobio… En mis más de 300 viajes en los últimos años, es la primera vez que el autobús se estropea. Dentro de lo malo, hubo suerte.




Leer. Lectora empedernida y compulsiva, pero que disfruta lo que lee, que no es que no me entere por muy rápido que lea…

Aquí les traigo unos titulillos que han caído en estos días. Tengo acumulados libros y libros, atasco en todas las partes donde puedo aposentar mis pequeños tesoros… A ver si me voy organizando poco a poco.



·    QUE ES UN SOPLO LA VIDA” el último libro colectivo de mi Taller, Taller de Escritura CreativaAlfa. Ya hay muchas personas que lo tienen en su poder, y que espero que hayan disfrutado de su lectura. Pinchando AQUÍ, pueden leer el libro.




·     LAS GRANDES MUJERES” de la gran Alfonsina Storni. Este libro me ha emocionado, me he identificado totalmente con sus versos, sus vivencias… Además la edición es de Nørdicalibros. ¿Qué decir? Dejarse llevar por su poesía llena de sentimientos, nada más.

·     LOS CRISANTEMOS” de John Steinbeck, también un ilustrado de Nørdicalibros. Una deliciosa historia situada en esa parte de América que nos lleva a una zona de depresión, de tiempos de supervivencia… Merece la pena leerlo.

·        LA HABITACIÓN DE NOA” de Cristina Fernández Cubas, de Tusquets,  libro que ya traje a esta Orilla cuando lo compré, pero que ha estado viajando conmigo meseta arriba, meseta abajo, y no terminaba de leerlo. ¡Por fin! Y he de decir que con muy buen gusto. Altamente recomendable.

·         IMPRESIONES DE PASO”, de Santiago A. López Navia, de Ediciones La Discreta. Un poemario que te acerca a lo cotidiano con muy buen hacer. No conocía yo al autor, ahora ya lo tengo apuntado.




·   HISTORIA DE UN PERRO LLAMADO LEAL” del chileno  Luis Sepúlveda, también en Tusquets. Una tierna historia de un pastor alemán y un niño mapuche. Merece mucho la pena porque habla de la amistad, del amor, de la lealtad, de las raíces y la unión con la tierra… Sepúlveda reivindica aquí muchas cosas, entre ellas, su identidad mapuche, sus ancestros, algo de lo que siempre hay que sentirse orgullosos, de lo que somos y de dónde venimos.




·      LA TIERRA QUE PISAMOS” de Jesús Carrasco, en Seix Barral. Así como la primera novela de Carrasco, INTEMPERIE, me encantó y la leí en un suspiro, esta otra… no he podido terminarla, he llegado a más de la mitad, pero he tenido que aparcarla para otro momento en el que tenga mejor predisposición. Lo siento, no ha sido lo que yo esperaba. A veces ocurre, que después de un primer boom, la siguiente obra, se desploma. De todas formas, hay que leerla para poder comparar y comentar y…

Y así, casi sin querer, hemos llegado al final de estas Crónicas del Foro, las del inicio del verano, un verano que todavía no se sabe muy bien cómo pinta. Los distintos acontecimientos que nos sorprenden cada día, nos dejan con el alma tiritando, la rabia a flor de piel y la pena vagando desconsolada…



PAZ y CORDURA.

Un abrazo, amigos míos.



Fotos: Antonio y Edurne.  Cartel película: Internet. Folletos: de las exposiciones. Vídeo: Youtube. Libro Taller digitalizado: de la web del Taller. Texto: Edurne

5 comentarios:

Myriam dijo...

¡Qué bueno poder leer esta crónica
tuya taaaaan completa!

Para ver los detalles de los cuadros de El Bosco,
no hay como internet. Justamente ayer estuve en eso, Bosqueando en
el Jardín de las Delicias y el Carro de Heno.
Uno quisiera verlos in situ así, largo tiempo al detalle, pero sortear
a la ente es prácticamente imposible. El medio año de mi vida
en que trabaje en La Dirección Nacional de Museos
(Secretaría de Cultura de Argentina) fue una
delicia en ese sentido, pues como alta funcionaria podía
acceder a visionados individuales o personalizados.

Gracias por el recorrido de Cáceres, que aún
no he visitado.

Espero que superes muy bien la crisis
por la que estás pasando, que es señal de crecimiento,
sin duda. ¡Arrojo! ¡Animo! y besos,
deseándote un verano placentero y con ventilador
o aire acondicionado o mucho mar.



Myriam dijo...

sortear a la Gente digo (me tragué la g,
no si porque tipeé mal o porque me traicionó el inconsciente:
es que a veces más que gente, veo "entes" deambulando sin ton ni son
sólo para decir que estuvieron allí)

Edurne dijo...

MYRIAM :
En eso de los entes tienes toda la razón.
Mira ahora mismo acabo de volver del Gugenheim con mi madre, y nosotras mirando y comentando los cuadros y "entes" de los que tú dices, son ningún respeto ponerse delante tapando toda tu visión y haciendo comentarios sin ton ni son... Y todo por decir que estuvieron allí.
Em fin!
Un calor en Bilbao también inaguantable! Ahora bajo ños toldos en la terraza.
Gracias por tus palabras y tus visitas, amiga!
Besos y abrazos!
;)

Raquel P.R. dijo...

No te has dejado detalle alguno de tu viaje. Me gusta mucho Edurne, no sólo que hayas disfrutado, porque está claro que viajar, cambiar de aires, de escenarios, de gente, gastronomía, rutas.. etc, está genial, es que encima veo las fotos tan bonitas que nos has regalado y te veo genial. Te sienta bien vivir de ese modo tan bonito, disfrutando de cada instante.
Es verdad que volver a la realidad nos pone los pelos de punta, pero no nos olvidemos nunca que vivir para nosotros mismos forma parte de esta realidad también.

Me ha gustado mucho el lujo de detalles de tu comienzo de vacaciones. Espero que no dejes de disfrutar ni un solo segundo.

Un abrazo enorme, preciosa.

Edurne dijo...

RAQUEL :
Eskerrik asko por tus visitas, tus palabras y reflexiones. Muy acertadas.
El verano es un tiempo extraño, hay que explorarlo...
Disfruta del tuyo!
Muxutxuak!
;)