sábado, 26 de noviembre de 2016

TENGO, TENGO, TENGO... TÚ NO TIENES NADA (Replay 2)



Sabiase dueña de un genio del carajo, de un marido trasnochado, aburrido él, pero buen hombre, para qué engañarnos, bueno hasta decir basta.

Era propietaria de una úlcera de hiato que la llevaba por la calle de la amargura. Y en su cuenta también figuraban un par de hijos adolescentes con la cara llena de granos y el café más amargo que el de ella; eso sí, guapos… ¡más que guapos!

Para rematar el listado de sus posesiones, se le unía un padre enfermo de no se sabe muy bien qué, pero que ella más bien piensa que es mala leche y ganas de joder la marrana a todo quisque, el pobre no tiene otro entretenimiento en esta vida, si en el fondo hasta le comprende… Ah, y una hermana que siempre ha tenido sueños de princesa de cuento, y que ahora, a sus… bueno, mejor no dice la edad porque sería como confesar, de paso, la suya propia, está sumida en una Gran Depresión, como el Gran Cañón del Colorado pero en depresión, después de su divorcio, porque claro, su ex la ha dejado por una pipiola de veinticinco añitos, casi como su hija… Ya, una hermana depresiva y llorona, pero a la que adora.

Y cómo no, también tiene un puesto de administrativa en una empresa de mierda, con un sueldo de mierda y un jefe de mierda. Y un dolor de espalda continuo, sordo y mezquino. También le traen a mal vivir los pies, que hay que reconocer, son bonitos y bien poco los luce, pero que ya están muy machacados los pobres.

Y tiene una perrita linda que se llama así precisamente, “Linda”, que es todavía más pesada que su niña con sus reivindicaciones de hija progre, en el fondo una bendita (la niña y la perrita); y una amiga del alma, su amiga de toda la vida, Pilar, aunque la mayoría de las veces, si la ocasión la pintan calva, se despellejan vivas, y que después se perdonan mútuamente con grandes dosis de cariño, de pastelitos y cafecitos.

Sí, y de eso otro también tiene, de unos kilitos de más...

Tiene un autógrafo de Julio Iglesias de hace casi un siglo, cuando fue a verle con Pilar y Nati al Pabellón, aquel verano en que empezaba a tontear con Agustín, que mejor que no hubiera empezado… Y tiene nostalgias dobladas entre la ropa limpia del armario, afectos en las caras de las fotos viejas que guarda en la caja de zapatos de la cómoda, y también tiene recuerdos debajo del pelo, muy dentro de la cabeza, en el fondo del alma, porque todavía es una niña que sube y baja las escaleras cantando, con el pan y el chocolate en la mano… En la maletita del colegio guarda su colección de cromos de “Vida y Color”, la única que pudo terminar, y que la tiene como si fuera su tesoro más preciado, aunque no, si le preguntaran, sin dudarlo sabría qué responder: que su mayor tesoro era ella misma, y después, sí, los hijos, y…, y…, y…

Y sobre todo tiene unas ganas tremendas de comerse el mundo, ¡sí! Todavía, a pesar de, por mucho que, aunque no le guste a, y por encima de…

Sabiase dueña de tantas cosas… ¡y ella que se creía pobre!




Foto: Antonio Texto: Edurne
Entrada ya publicada anteriormente en esta Orilla. Aqui los comentarios que suscitó las dos veces que fue leída.

1 comentario:

Edurne dijo...

"Tengo,tengo,tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo tres ovejas
en una cabaña.

Una me da leche,
otra me da lana,
y otra me mantiene
toda la semana.

Caballito blanco
llévame de aquí.
Llévame hasta el pueblo
donde yo nací".

¡Chin Pum!
;)