domingo, 13 de agosto de 2017

PEQUEÑOS APUNTES INTERCRÓNICAS (II)


Ya sé que últimamente no escribo Crónicas, ni del Foro, ni de La Ría, y no es porque no haya cosas, porque no vaya y venga del Botxo al Foro… Pero bueno, ya se sabe, hay cosas que necesitan un tiempo de descanso de vez en cuando. Por eso esta nueva modalidad de “Pequeños Apuntes Intercrónicas”, que viene a ser lo mismo, o parecido, solo que en formato reducido y condensado.
Pero aquí estoy, como una bicicleta aparcada junto a la Ría, lista para salir pedaleando en cualquier momento.




El verano ya está llegando a su fin (¡jajajajaja!). En menos que canta un gallo yo ya estaré cantándoles las cuarenta a mis pupilos (en el mejor de los sentidos, claro está), y así, sin darme cuenta, se me ha pasado este verano.

Recopilo y hago cuentas. A saber: mis comienzos oficiales en la enseñanza fueron el curso 1981-82, o sea, hace 36 años. Tal cual. Sigo echando cuentas. Si me puedo jubilar a los 60, como viene ocurriendo hasta la fecha para los que somos de MUFACE (Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado), o sea, funcionarios de carrera, de los de Oposición pura y dura… me quedan exactamente dos años y cuatro meses (diciembre del 2019). ¡Ya vale! ¿O no? Máxime si contamos que yo llevo en esto de trabajar desde los 16. Trabajar de día y estudiar por la tarde y por la noche.




Estoy cansada. Muy cansada. Solo espero poder llegar con un mínimo de alegría, que los cambios que estamos experimentando en la educación (en general), no me machaquen demasiado. Más que nada estoy triste, me siento impotente ante muchas situaciones.





Pero bueno, vamos a cambiar el dial de la radio dominical. Busquemos algo alegre.  Acabo de ponerme a Eric Clapton (me gusta de siempre). Bailo haciendo girar mi silla color cereza con ruedas, me desplazo de un lado a otro de la habitación. Miro por la ventana abierta. Empieza a declinar el sol. Domingo veraniego, hoy sí, hoy y ayer tocaba. El tiempo está alterado, como nosotros, que ya no sabemos ni en qué época vivimos. Tranquilos, no voy a hacer disertaciones profundas, ya todos nos entendemos y somos conscientes de lo que nos está tocando vivir, de la incertidumbre en la que nos han metido. Mientras tanto, Il mondo gira, gira




El mes pasado fue un mes intenso para mí. En realidad, siempre es intenso todo lo que me rodea —“I’ve Got A Rock’n’ Roll Heart”—. Sigo el ritmo de “mano lenta”. Yo cantar, en play back, pero bailar, todo lo que me echen. Sigo. Ustedes me esperan, ¿verdad? No lo puedo remediar, la música me llama, me llama, me llama…

Bueno, ya estoy de vuelta. Continuemos. Decía que el verano se me escapa como los granitos de arena entre las manos (por cierto, he estado un día en la playa). He pasado un calor horroroso, abrasador, he sudado lo indecible, pero también he podio usar mi chupa vaquera para sentirme abrigada contra el relente nocturno. He usado el paraguas más de lo deseado y de lo que procede en este tiempo. He mirado mucho al cielo. 
En Madrid me tocó despedir a una persona cercana y a la que apreciaba mucho (sé que ella a mí también), pero se ve que ya era su hora, aunque nos pilló a todos un poco de sorpresa porque nunca estás preparado para estas cosas. Siempre la recordaré. Ahora por fin descansa tranquila.




He vuelto a recordar mi magnífica experiencia peregrina en El Camino hace trece años ya. En Villafranca he visto muchos peregrinos. Me gustaría muchísimo volver a caminar, pero con lo que no podría ahora es con cargar la pesada mochila de peregrino. Hay otras fórmulas. No descarto esto de volver al Camino. La vida nos lleva y nos trae a su antojo y no podemos asegurar al cien por cien dónde estaremos mañana, o bueno, pasado mañana...





Conan, nuestro amiguito canino, perrito guapo, que decidió partir a hacer su Camino particular a un lugar especial para los perros como él, ha sido sustituido. Un primo más blanco y joven que él, ocupa ahora su espacio. Rey sustituye a Conan. ¡A ver si se convierte en tan buen perro hospitalero como Conan! Hasta navidades no lo conoceré, ¡espero que nos caigamos bien mutuamente!




Por la “Capi” todo anda más o menos como siempre (dentro de dos días lo volveré a comprobar): sol, calor, eventos varios,  gente y más gente…




¿Les he hablado alguna vez de La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, verdad? ¡Sí! Bueno, pues siempre hay que volver y saborearla despacito. La colección permanente que se extiende a lo largo de tres plantas, merece nuestra atención. Lo digo  con entusiasmo porque es una colección muy buena. En esta ocasión disfruté de la tercera planta. 





To by continued…

También estoy leona total (lo están comprobando por mis entradas “libreras”), me encanta poder leer tanto,como en mis mejores épocas. Pero la verdad es que quisiera leer más y no me alcanza el tiempo porque no paro de hacer cosas. 




Terminé "La vegetariana" y "Mi enemigo mortal", ya reseñadas en esta Orilla, y tal y como aventuré, ninguna de las dos me ha dejado indiferente. "La vegetariana" es brutal y enternecedora a la vez, hace que reflexionemos sobre tantas cosas... Y "Mi enemigo mortal" también es una pequeña parábola de la vida. 


Ahora estoy a vueltas con mi querido Benedetti, esta vez es un precioso libro de relatos, diez historias, "El mejor de los pecados", en una cuidada edición ilustrada de Lumen. Una delicia.



O sea, descansar, lo que se dice descansar, nada de nada. En verano siempre parece que hay más tiempo para hacer todo eso que no podemos en otros momentos (limpiezas y ordenamientos varios…).
¡Y disfrutar de los amigos pateando la ciudad! 




Tears In heaven”. Paro, esta canción merece toda mi presencia física y espiritual. Me emociona cada vez que la oigo.

Ya. Pero estoy “tocada”. Son las 22.05. Vuelvo a mirar por la ventana y veo una estrella tililar, será Venus… ¡Hola!

Bilbao se está preparando ya para su Aste Nagusia, que dará comienzo el sábado 19, y que durante nueve días cambiará el panorama de la ciudad. Yo volveré para la segunda mitad del periplo festivo.




En el Botxo tenemos al Gran Buque anclado en la Ría, ya saben el Guggenheim, que sigue recibiendo verdaderas riadas de personal. La exposición “París, fin de siglo”, la he visto tres veces, y espero verla alguna más. También está Bill Viola, el videoartista del momento, digo del momento porque está acaparando muy buenas críticas, aunque el hombre ya lleva muchos años en esto del arte. Me gustó, sinceramente.
En cambio, la de Baselitz, no me gustó nada.





Y en el Bellas Artes tenemos la exposición de la colección de Alicia Koplowitz, una de las hermanísimas y riquísimas hermanas Koplowitz. la exposición tiene un poco de todo: noventa obras de Goya, Van Gogh, Picasso, Modigliani, Zurbarán, Bacon, Barceló, Rothko y otros muchos más. Abarca distintas épocas, desde la antigüedad griega hasta lo más contemporáneo. Es interesante por lo heterogéneo de la mezcla, aunque no podamos decir que todo son obras "mayores" de los grandes gurús del arte, pero merece la pena visitarla y disfrutar de tanta belleza. 





¿Y si me preguntan por el cine? Pues les diría que... "Dunkerque". Sí, ya sé que es otra peli más de las llamadas bélicas, otra más sobre la Segunda Guerra Mundial, pero merece la pena pasar angustia y estar inquieta en la butaca todo el rato que dura la proyección. La música y la fotografía, lo mejor. La música es el 80% del éxito de la película (para mí), y la fotografía, apabullante. También sé que hay bastantes fallos históricos, pero, en fin...




A principios de Julio, después de mi analítica anual,  mi médico me dijo que el tiroides estaba controlado y que este año no me mandaba ni ecografía ni punción. ¡Bravo! Pero que tenía la Vitamina D por los subsuelos. ¡Ohhhh! Tratamiento y que tomara el sol. ¡Noooo! El sol no se lleva nada bien conmigo desde que doña Menopausia se ha convertido en mi más íntima amiga, pero precisamente por eso he de hacer un esfuerzo y reconciliarme (levemente) con antiguas amistades… Ando haciendo la fotosíntesis como buenamente puedo: la semana pasada estuve en la playa, más bajo la sombrilla que otra cosa, y hoy, entre los toldos de la terraza asomaba yo la faz y las extremidades contando los minutos para esconderme…




Hoy también he estado un ratillo en el gimnasio, y la verdad, como a mí no me gusta nada el ambiente de los gimnasios, este mediodía ha sido una maravilla, casi lo tenía todo para mí.
Remando y haciendo ziabogas como loca, he ganado la Bandera de La Concha, en la cinta he corrido más que Bolt; en la bici, he subido el Tourmalet y me he calzado el maillot amarillo; en la elíptica he sido la vencedora indiscutible del campeonato de esquí de fondo de secano…




Ahora, después de cenar,  me espera otro trabajito: bizcochear. Hoy me iré a la cama envuelta en ese olor a bizcocho que me hace sentir tan bien. Yo les pondré aquí una foto de cómo me han quedado (pienso hacer dos), y ya tendrá que ser su imaginación la que dé cuenta de ellos. Ricos, ricos, eso sí.





¡Y que ya les seguiré contando cosas de aquí y de allí!




Mientras tanto, ya saben, lo de siempre: sean felices y disfruten de la vida.
¡Un abrazo enorme!




Fotos: Antonio y Edurne. Cartel película y otras imágenes: Internet. Texto: Edurne

2 comentarios:

Francisco Espada dijo...

¿Cómo puede decir esa cara de ángel, querubín del Botxo, que piensa en la jubilación? Que todo te salga a la medida de tus apetencias y que seas muy feliz antes, durante y después.

Besos.

Edurne dijo...

PACO:
¡Muy buenas, caballero!
¡Pues sí, contando ando!
Pero no porque esté deseando dejar mi profesión, ¡no! Más bien es puro cansancio ya.
Mis previsiones futuras no descartan en absoluto el seguir ejerciendo mi humilde magisterio de otras formas, en otras circunstancias y situaciones...
Una es y será maestra hasta el último aliento.

Y dicho esto, muchas gracias por su cariño de siempre, sus visitas sosegadas y sus palabras animosas.
Espero que tanto usted como su preciosa familia estén disfrutando de un verano alegre y tranquilo.

¡Un beso y un abrazo grandes, querido amigo!
;)