sábado, 17 de febrero de 2018

LA GRUTA




Estás ahí,
dentro, muy dentro.
Los ojos, cerrados,
se repliegan en sí mismos
y clausuran todo resquicio
de claridad.
Negro.
Te duelen de tanto apretar,
igual que los puños,
también cerrados.
Las uñas te hacen daño,
y notas que el dolor
se te escapa entre los dedos.
Lloras.
Y sigues quieta,
con miedo a moverte,
a respirar.
Buscas su mano.
Palpas con cuidado
las rugosidades de la pared.
Necesitas recuperar su apoyo.
No está.
En su lugar
algo frío,
húmedo y
viscoso
se ha pegado a ti.
Se apodera de tu cuerpo.
No puedes luchar,
tienes paralizada la razón.
Estás en la gruta,
ésa en la que tú no querías entrar.
No llevas mapa,
ni linterna,
ni agua...
Todo se lo diste a él.
Las paredes son resbaladizas,
como el suelo que pisas.
Caes.
Una,
dos,
tres veces...
Sigues con los ojos cerrados.
No hay dónde sujetar tus esperanzas,
y el miedo se ha apoderado
de tu sentido.
La gruta se vuelve cada vez más fría,
más estrecha,
más profunda.
Y caes.
Caes,
caes...



Pintura: Antonio. Texto: Edurne

6 comentarios:

Myriam dijo...

Querida Edurne, Has logrado transmitirme esa sensación
desgarradora de dolor y de miedo aterrador.
Recuerda siempre que pasado ese primer
momento terrorífico, al tocar fondo y acostumbrarte
a la oscuridad, una estancia necesaria y productiva
puede acontecer y desde luego al tercer día, el resurgimiento
a la superficie, crecidos de alguna manera.

Besarkada handi bat

Abejita de la Vega dijo...

Tocamos fondo y ascendemos.
Un abrazo

Bertha dijo...

El miedo al desamor en el amplio sentido de la palabra.-Seño: te felicito, por saber darle tanto sentido a esas palabras, la entrada anterior esta fabulosa.Se nota que lo disfrutas.

Besos feliz semana

Edurne dijo...

MYRIAM:
El dolor sirve para crecer, efectivamente!

Besarkada erraldoiak.
;)

ABEJITA:
Abajo.
Arriba.

Besos.
;)

BERTHA:
¡¡¡Gracias!!!

Besos par ti también y buena semana.
:)

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Apreciada Edurne, quiero agradecerte mucho tus visitas a Contrastes y, también por el enlace que me dejaste sobre Fika, que me permitió enterarme de la existencia de este bello pueblo vasco. Tengo que decirte que tu ciudad, Bilbo, me pareció fantástica, con gente acogedora y mucho que aprender en cuanto a historia y al arte. El Museo Guggenheim es impresionante!
En relación a tu publicación La gruta es estremecedora, refleja tanto dolor y la impotencia de un ser humano preso de su miedo a la libertad, dependiente de otra persona; me parece que "cerrar los ojos" es la figura para mostrarnos la oscuridad. Somos esclavos de los apegos y desprendernos de ellos, incluido el "amor" por otra persona, nos hace vulnerables. En todo caso, un poco de amor propio sería bastante necesario para que sepamos entender que el amor no muere, que el amor sigue en nosotros y que siempre habrá quien nos ame. Es lógico que suframos por una situación que nos afecta emocionalmente, pero, también es cierto que si nos damos nuestro sitio sabremos seguir adelante viviendo la vida.

Besarkada erraldoiak

Edurne dijo...

GUSTAVO:
Amigo Gustavo, muy agradecida por tus piropos a mi Botxo. LA verdad es que la transformación de Bilbao es digna de estudio, y los de aquí estamos más que orgullosos de nuestra ciudad.
me alegra muchísimo saber que os gustó, que lo pasasteis bien y que os fuisteis con buen sabor de boca (y nunca mejor dicho, jejeje!).

Gracias por haber comprendido el "poema". Sí, el desamor es uno de los grandes temas sobre los que escribir, da para mucho, ya lo creo... Y también es cierto que los apegos a veces no son muy sanos y cuesta desprenderse de ellos, pero lo más importante, como tú bien dices, es el propio amor, el amor propio... Siempre habrá amor para dar y recibir.

Besarkada erraldoiak, bai!
;)