
Nada, que aquí me tienen ustedes con una nueva crónica de la capi. Han pasado tres días desde que volví y tres días que estoy súper congestionada, ya no sé si a causa del cambio de allí a aquí, o por culpa de esta medio primavera temprana y mis alergias. Pero el caso es que ando un poco de aquella manera, queriendo escribir y no saliéndome nada, con mucha falta de tiempo, eso para empezar, cansancio, y pereza, eso también.
El fin de semana ha sido totalmente “artístico”, por denominarlo de alguna manera. El sábado: ARCO y el domingo a la mañana: BARCELÓ. Bien, cupo de “arte”, completo. Misión cumplida.

El sábado amaneció fresco pero soleado, así que bien abrigados emprendimos camino hacia la Feria de Madrid (IFEMA). ¿Gente? sí, pero no excesiva; todo fue sobre ruedas y no hubo ningún problema para entrar.
ARCO es una feria de Arte Contemporáneo a la que acuden galerías de todo el mundo, cada una con su apuesta por unos artistas determinados. En realidad es un negocio, no es una exposición, no tiene la distribución de un museo… Es el negocio del ARTE. Es una feria para galeristas internacionales, para artistas, para coleccionistas, y también para los que van de "artistas". Y cómo no, para todo el público curioso que tenga un interés mayor o menor en esto del arte, las nuevas tendencias, diseño...
Personalmente siempre he sido una asidua a Arco, pero en los últimos años había hecho “pira”. Y en esta edición, la del reencuentro, he notado que algo había cambiado, o mejor dicho, nada había cambiado. Me explico.
Menos gente, eso sí, no he soportado colas para entrar (la entrada costaba 32€), no me he agobiado para ver los stands, he podido sacar fotos a diestro y siniestro tranquilamente… Pero, ¡todo está inventado, amigos! Nadie me ha descubierto nada nuevo. Una lástima.


Por aquí les dejo unas cuantas fotos ilustrativas.





A la noche se nos ocurrió “marcarnos” una de cine: “Celda 211”. Sí, ya sé, ocho Goyas en su haber, pues como que había que ir a verla, pero, ¡no! que ya la teníamos en cartera desde hacía tiempo. ¿Mereció la pena? Sí, mereció la pena. Luis Tosar está que se sale, ¡carajo con el gallegiño! Muy dura, pero sólo de pensar que la dureza de la verdadera vida carcelaria se triplica… ¡me entran unos escalofríos que para qué les cuento! Pues eso, que altamente recomendable.

Y el domingo amaneció muy “malamente”, gris, lluvioso, húmedo, vamos, que daban ganas de volver a meterse a la cama y olvidarse de todo.
Miquel Barceló en el Caixa Forum. Aquí sí que había colas para entrar (gratis), pero menos mal que las colas eran ágiles y avanzaban sin pausa. Miquel Barceló con una retrospectiva de los últimos 25 años: “La solitude organisative”. Hay cosas interesantes (algunas obras realmente buenas y tipo Anselm Kieffer, que me encanta, otras cosas, acuarelas, con temática africana, muy bonitas y cálidas) y otras que bueno… aunque claro, estos artistas tipo “artista-genio-enfant-terrible”, se lo pueden permitir, o se lo permiten/permitimos… ¡que ya no sé!


En cualquier caso, cuando me empapo de tanto arte, salgo con la cabeza llena de ideas, y con ganas de organizar a mi cuadrilla galáctica para “forrarnos” en un futuro.
Pero siempre merece la pena ver arte: arte del bueno, del menos bueno, incluso del que nos pueda parecer mediocre, porque nos inspira, nos hace reflexionar, nos alimenta, nos emociona, nos llena, nos…
Fotos: Antonio y Edurne. Entrada a la Feria con una fotografía de García-Alix. Cartel peli: Internet Folleto: de la Expo de Miquel Barceló. Las obras pertenecen a distintos artistas de cuyos nombres "non mi ricordo", salvo los Tàpies, Saura, Genovés... Todas ellas presentadas en la edición de ARCO 2010