Llevo las costuras de la vida
demasiado prietas,
oprimiéndome el alma.
Hilvanada la sonrisa,
así, con un poco de tiento,
marcando la sisa en blanco, para
que sea vista
entre la negra pena de este
invierno eterno…
Llevo descosido el dobladillo,
porque me caí jugando a ser niña
grande.
Y ahora lloro sin consuelo,
buscando un corchete para sujetar
el desgarro de esta tarde sin
margen,
ni línea por la que caminar sin
torcerme…
Llevo zurcida la alegría,
por si alguien viene a reclamarla,
por si la necesito un día.
Las entretelas cortas en el tiro,
reclamando corte y avío…
Llevo el costurero lleno de
sueños,
las agujas en pie de guerra
y las tijeras marcando el ritmo…
Torzal para remendar mi llanto,
imperdibles con que prender
los suspiros…
Y en el fondo, bien guardado,
patrón para marcar,
de nuevo,
a la risa el camino.
Dibujo: Aitor Texto:
Edurne (Texto ya publicado en este blog el 8 de febrero de 2010, el 9/4/11 y el 27/11/16).
Como me gusta mucho y siento que es muy actual en mi vida, lo traigo de nuevo
hasta la Orilla.).
3 comentarios:
Marcar de nuevo las veces que haga falta.
Un abrazo, Edurne.
La vida es eso, rehacer puntadas de forma continua.
Besos.
SOR:
LA sisa siempre en el bolsillo, ni GPS ni gaitas, una sisa de las de antes...
;)
Besos y abrazos.
PEDRO:
Eso es: hacer y deshacer, y remendar y volver a empezar y...
Besos.
;)
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