–Bueno, eso lo dirás tú, porque yo nunca me aburro, siempre tengo cosas que hacer… ¡Búscate alguna distracción y ya verás cómo se te pasa el aburrimiento!
–No sé, chica… será esta maldita primavera que me ha pillado con el paso cambiado. Mira, ya estoy harto de los sudokus, los crucigramas… Leer, así, en serio, como que no puedo. ¡Mira, mira la cantidad de libros que tengo empezados, y nada, que no les encuentro la gracia! Con lo que yo soy para la lectura… no, si estoy un poco preocupado, no te creas.
–¡Hombre, Juan, no te vayas a deprimir ahora, que no tienes edad! ¡Compórtate!
–Ya, para ti es muy fácil, no paras, tienes una marcha que cualquiera te sigue... Pero yo, ¿qué quieres? Las cosas en la oficina están como para dar saltos de alegría; y luego los amigos: al uno que le ha dado un infarto, al otro, que le detectan un cáncer de próstata… ¡Como para no deprimirse!
–¡Bueno, bueno, buenoooo, no exageres! Tú en la oficina no tienes ningún problema, lo sabes, aunque te adorna ese sentimiento solidario. Por otra parte, Juan, tú estás sanísimo. Y a Miguel ya le han controlado lo del corazón, además sólo fue un amago, ni siquiera llegó a ser un infarto-infarto. Lo de Ernesto, bueno, eso ya es más serio, pero estoy convencida de que todo va a salir bien, y es que con lo optimista y positivo que es él… seguro que se recupera enseguida y sale de esta en un santiamén, ¡ya verás!
–¡Y encima la niña por esos mundos de Dios a cuenta del dichoso Erasmus!
–Pero mira que eres… La niña, como tú dices, ya tiene veintidós años, y está en Florencia pasándoselo pipa y aprendiendo un montón, todo para que tú te sientas cada vez más orgulloso de ella. Que sí, que ya sé que la echas mucho de menos. ¡Y yo! Porque, no te habrás pensado que yo, que soy su madre, estoy así, tan tranquilita, como si nada… ¡Que también es mi niña!
–¡Y luego para que venga un “italianini” meloso y engañador de esos, que le diga ciao bambina y otras tonterías por estilo, y hala… Arrivederci! Que no, que no te rías, que eso lo tengo yo aquí dentro, bien metido, y si no… ¡al tiempo!
–Te estás poniendo de un tontito… que me vas a fastidiar la tarde a mí también, ¡y eso sí que no, hasta ahí podíamos llegar! Ahí te quedas…
–¡Oye, Carmennnn, no te vayas, no me dejes aquí solo! Ya, ya sé que me he puesto un poco pesado, ya lo sé, pero no me hagas mucho caso, venga mujer, que ya me animo. Mira, que me levanto, me peino, me voy a preparar un cafecito… ¿Quieres que te ponga algo, una infusión, un chocolate, no sé…? ¡Hey, Carmen, qué haces, dónde estás?
–¡A ver, ven aquí, ayúdame con esto…!
–Pero qué haces, si ahí tenemos más cosas que ni sé, vamos que ni sé, ni sabemos lo que hay guardado… Además te vas a caer, anda baja de esa escalera, que no tiene ninguna estabilidad, y sólo nos faltaba eso, que te cayeras y te me averiaras… pues ya lo terminamos de rematar. Deja, deja que suba yo…
–Estos armarios con altillo, sí, están muy bien pero también son incómodos de ganas… sobre todo cuando quieres buscar algo.
–Ya. ¿Y qué es lo que quieres buscar, si puede saberse?
–Pues los álbumes de fotos, los viejos… Es que me he puesto un poco melancólica y me han entrado unas ganas terribles de viajar al pasado, ya ves, ¡y todo por tu culpa!
–¡Hombre, ahora soy yo el culpable de tu melancolía! Perdona, mujer, no quería ponerte triste…
–Si no estoy triste, es que tengo ganas de recordar, solamente eso… Ahí, ahí, en esa caja grande hay unos cuantos, venga, dame, dame el rojo, y ese marrón de tapas más duras, y el otro que está debajo…
–Andaaa, mira lo que me he encontrado, los anuarios de mi colegio, ¡Jajajajaja! Esto sí que lo quiero ver yo otra vez, vaya pintas, mira, mira…
–¡Venga, baja de una vez, que así no podemos ver las cosas bien!
–Ya, ya voy, toma, cuidado, que pesan…
–¿Has visto, tonto, como siempre hay algo que hacer para matar el aburrimiento?
–¡Si es que eres una joya, Carmencita mía, guapetona! ¿Qué haría yo sin ti, eh?
–¡Eso digo yo! Venga, vamos a sentarnos en el sofá, juntitos, y trae esos cafecitos, bueno para mí un chocolatito. Hummm… ¡Qué tarde más retro vamos a pasar, eh, Juanito!
–¿Hace un besito y… me perdonas por lo latoso que me he puesto?
–¡Si es que eres como un niño, un mimoso de tomo y lomo! ¡Toma beso!
Pintura: Antonio Texto: Edurne
17 comentarios:
Parece que se hayan escapado del Cuéntame...
:P
Besos.
No puedo dejar de imaginarme la tarde que van a pasar viendo fotos del pasado.
Muy fresco el texto Edurne.
Un abrazo.
Muy entretenida esta serie a la que podríamos titular. "Escenas de la vida cotidiana". ¿Qué te parece el título?
Un abrazo
Diálogo de la vida misma: sencilla, cotidiana, nada que no sea verosímil con la fluidez de una conversación de pareja. ¡Fantástico!
Una pareja normal que se vuelve especial con tu forma de relatar su día a día. Un beso
¡Vaya pareja!
Si al final son tal para cual...
Besos
No es por fastidiar, pero el final me ha gustado tanto que me han dado ganas de meterme entre los dos para tomarme yo también el café o el chocolatito caliente o un chupito aunque sea.
Encantadora tu entrada.
Besos.
Muy majos y taaan reales!!!
intenta publicar Edurne , se te dá muy bien y no es amor de gallina compinche
Que pareja más entrañable.
La vida, sí.
Pero se quieren, mucho. Y eso es lo más grande.
Saludos.
Como dicen en mi tierra:¡Qué riquiños son!
saludos
TORO:
Pues nolo sé, porque no veo esa serie...
A mí es lo que se me ocurre!
Pero, de todas formas, comoson una pareja tipo, se parecera a tantas!
Petons!
;)
ELENA:
Yo también me imagino la tarde que se habrán pasado!
;)
besitos!
ANTORELO:
A ver si ampliamos la serie con más diálogos...
Buen título, sí!
Un abrazo!
;)
FRANCISCO:
Es real, claro, un diálogo así, cualquiera lo puede tener, la cosa está en sacarle lal chispa y elparecido...
Gracias!
Besos!
;)
CHELO:
Todos somos normales, y todos somos especiales.
Gracias!
Besitos!
;)
ASUN:
Como el perro y el gato, pero los perros ylos gatos se quieren mucho!
Muxutxuak!
;)
OJOSNEGROS:
Pues nada, sin miedo, nos sentamos todos en ese sofá y que nos inviten!
;)
Besitos!
CRISTINA:
Jacarjacarjcarcaracar!
Que publique! Pobriña de moi...
Que me gusta escribir, eso es evidente, pero otra cosa es que sea buena...
Pero te agradezco el entusiasmo gallináceo, de verdad, de todo corazón!
A que los gallos y las gallinas también tenemos diálogos de este pelo?
Besitos!
;)
JAVIER:
S´, ya estoy viendo yo que estos dos se quieren mucho...
Lo ´más grande, tú lo has dicho!
Abrazos!
;)
NOCHEYDÍA:
Pues es verdad, son entrañables, "riquiños", como dices tú!
Biquiños!
;)
Un relato precioso y muy emotivo... aunque a mí cada vez me guste menos ver fotos antiguas. Quizás cuando sea más mayor cambie, no sé. Pero el caso es que está muy bien contado.
Que bien narrás, como me fuiste llevando paso a paso, con tus detalles, hasta me pareció verlos.
Hermoso, la compañera es todo en la vida de un hombre, algunos no hemos tenido esa suerte, pero estamos llenos de amigos, que como siempre digo, son los parientes elegidos.
Un beso grande mi querida.
Juan
NO SÉ QUÉ HA PASADO CON BLOGGER... PERO DESDE AYER ESTÁ HACIENDO FAENAS.
SÉ QUE HABÍA DOS COMENTARIOS MÁS, UNO DE MIGUEL Y OTRO DE JUAN... PERO SAN BLOGGGER LOS HA ELIMINADO!
LO SIENTO!
IMAGINO QUE NOS HABRÁ HECHO LO MISMO A TODO EL MUNDO!
UN ABRAZO!
;)
Huy, si me los ha devuelto, y en su orden de llegada!
Caramba... vaya líos que se arma este Blogger!
Bueno, pues bienvenidos de nuevo!
MIGUEL:
A mí me encanta ver fotos, pero lo mío es desde pequeñita y afición!
;)
Abrazo!
JUAN:
Estas historias son reales como la vidamisma, y si a ti te han llevado de la mano hasta el escenario, íntimo, de esta pareja... mejor que mejor!
Un abrazote enorme!
;)
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