No son las luces del camino que me
alumbran las que hubiera escogido para acompañarme en este tramo de mi vida
pero ellas han venido hasta mi orilla sin preguntar y aquí están como amigas
íntimas que no me dejan ni a sol ni a sombra alumbrando a medio gas mis
rincones más oscuros dejando que entrevea apenas una dirección por la que echar
a andar sin saber muy bien por dónde se aventuran mis pasos ni si caerán en
pozos aún más oscuros que estos en los que me hayo perdida pues la noche ya se
ha apropiado de mi día y los ojos se me están volviendo estériles por la poca
luz por la sal de mi llanto ya no tan peregrino sino llanto generoso y sabedor
de por qué llora y se derrama sin importarle las miradas ni las bocas que
preguntan ni el frío de la vida…
Pintura:
Antonio Texto: Edurne
5 comentarios:
Un texto muy intimista donde el significado está velado por los visillos del lenguaje, pero que no me hace falta descorrer para intuir lo que leo. Estoy contigo y quiero estarlo muy cerca; aquí van mis brazos.
Besos
Solo espero que sea un texto de ficción, pues me ha encogido el alma de pensar que puedas sentirte así.
Un fuerte abrazo.
HD
Hay lágrimas que fluyen y limpian las oscuridades del alma. Creo intuir que en este texto hablas de esas que limpian y descomprimen el corazón.
Un beso, Edurne, estoy de regreso de mi viaje y vengo rauda y veloz a saludarte.
La vida, en efecto, da frío casi siempre. Un buen ejercicio de estilo.
FRANCISCO:
Intuyes muy bien...
Gracias por tu apoyo y tu cariño.
Besos.
HUMBERTO:
Lamentablemente, así es como me siento.
Besos y gracias!
MYRIAM:
No sé si mis lágrinmas podrán arrastrar todo el dolor...
Gracias por tu visita y tus palabras.
Besos.
PEDRO:
La vida, me está dejando bajo cero en estos momentos.
Gracias, y besos.
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